Gaspar Pumarejo Such, nació el 8 de noviembre de 1913, en Santander (Cantabria) España. En 1921, la famila completa emigró a Cuba, su padre Miguel Pumarejo, su madre Flora Such González, sus hermanos Enrique, Laura, Miguel y Toly (1915-2006). En esa fecha Gaspar tenía ocho años y por supuesto continuó sus estudios primarios en La Habana. En 1930, comenzó a trabajar como dependiente de comercio en Humara y Lastra, en la calle Muralla de la Habana Vieja, que era la más importante distribuidora de
vitrolas, radios y discos de Cuba.
En 1932 tomó una licencia de tres meses en aquel empleo para probar suerte en la locución comercial, actividad por la cual se sentía muy atraído.
Radio Salas era la Emisora de Radio CMBZ de los hermanos Manolo y Guillermo Salas, situada en San Rafael y Trocadero fue donde Pumarejo se inició cantando tangos y más adelante como locutor de programas radiales.
Desde 1930 a todas las emisoras de Cuba se les había asignado las letras CM como prefijo de identificación.
Marzo de 1933, la Emisora CMCB era de Miguel Gabriel Juri (1902-1945) y de Ángel Cambó Ruiz, cuando se la compraron a su fundador desde 1928, José Fernández Suviaur.
Pumarejo logró que le brindaran una oportunidad como tal en dicha emisora, que mantenía sus estudios en la Calle 25 # 445 entre 6 y 8 en el Vedado. El germen de la CMQ, que fundaron al mudarse al local de Monte y Cárdenas.
Aqui fue animador de un programa patrocinado por La Casa de las Medias, negocio situado en la Calle Águila # 23, que también pertenecía a los dueños de la emisora.
Demás está decir que G.P. jamás retornó a su empleo en Humara y Lastra, pues, con una asombrosa rapidez, se encauzó en lo que habría de ser el trajín de toda su vida. En realidad, Pumarejo tenía todo lo necesario para triunfar: personalidad relevante, acometividad máxima y convincente, amplia cultura, buena voz microfónica y sobretodo: carisma.
Armado pues, de todas estas dotes, alcanzó rotundo éxito desde el inicio de su carrera.
Más adelante, cuando la CMQ trasladó sus estudios a Monte (Máximo Gómez) y Cárdenas, muy cerca de la Plaza de La Fraternidad, por eso muchos dicen Monte y Prado.
La aceptación del público le valió el papel de presentador de la Compañía Crusellas, en La Fiesta Radial del Jabón Candado. Este programa se convirtió en el show más importante de la radio cubana en el horario del mediodía. En sus inicios era transmitido por la emisora COCO y retransmitido por la CMQ, pero luego se produjo directamente en los estudios del gran circuito CMQ, en las calles Monte y Prado. Además, en CMQ, Pumarejo se desempeñó, muy exitosamente, como vendedor de anuncios.
LA PALABRA
Como locutor hizo pareja con Arturo Artalejo. En la recién fundada CMQ, creó el periódico radial La Palabra, en el que se encargó de la dirección y también de la locución, con un estilo consistente en leer noticias publicadas en la prensa plana, a la vez que intercalaba inusuales efectos sonoros. Abría cada emisión diciendo “Aló, Aló… Aquí el periódico La Palabra”. De ahí que la audiencia lo bautizara con el sobrenombre Aló, Aló. Su simpatía fue, desde entonces, un recurso que supo utilizar a lo largo de toda su carrera. Así, a pesar de sufrir un trastorno del lenguaje, llegó a ser uno de los locutores radiales más populares del país.
SUARITOS
Laureano Suárez Valdés (Suaritos), famoso desde 1935 se hizo muy popular como locutor de la radio capitalina La Metropolitana, planta radial que cubría un espacio con música estado-unidense. Los éxitos alcanzados lo entusiasmaron para adquirir una propia emisora.
Esas ideas de Suaritos coincidieron con el traslado de la Emisora de Gabriel-Cambó del Vedado hacia Monte y aprovechando ese acontecimiento, Suaritos adquirió la emisora de esta instalación a los propietarios originales de la CMQ, Miguel Gabriel y Ángel Cambó en 1937, justo en la fecha en que se inauguró el programa de CMQ, La Corte Suprema del Arte.
Suaritos le añadió a la planta una potencia de 5,000 watts. Algo después amplió su radio de acción con siete horas de trasmisión diarias conocida como Radio Cadena Suaritos. En 1939 fue equipada con un magnífico y moderno grabador de placas de aluminio. De inmediato la directiva se hizo el propósito de atraer a su Emisora a los principales anunciantes y también a importantes músicos e intérpretes cubanos y extranjeros para realizar grabaciones exclusivas para su Emisora a la que llevó desde este lugar, a planos estelares de popularidad y audiencia, mediante una variada programación informativa y musical de la que Suaritos era dueño, técnico, locutor y animador.
Como maestro del doble sentido que distingue al cubano, estas son algunas de sus picarescas oraciones:“no es lo mismo Suaritos dando la hora, que Suaritos una hora sudando”; “no es lo mismo pasta de dientes que dientes de pasta”; no es lo mismo un baile en el centro asturiano que un asturiano en el centro del baile”; “no es lo mismo Suaritos jugando con un niño que un niño jugando con su arito”; “señorita, si su novio llega borracho y se lo pide, déselo, Sí dele un par de Alka Seltzer y adiós la
borrachera”; “póngase en 4, sí en 4 horas de La Habana a Nueva York en los Super Constellations de Cubana de Aviación”; “no se la haga, ni deje que su novia se la haga, cómpresela hecha, guayaberas Comodoro, las mejores del mercado”.
En 1956, Suaritos se arruinó y tuvo que vender su Emisora a quienes luego instalaron Radio Aeropuerto Internacional, para transmitir las salidas y llegadas de los vuelos, haciendo entrevistas a los viajeros, hasta que a principios de 1959, fue robada por Fidel Castro.
Suaritos falleció en 1958 y con él, murió un genio de la radiodifusión cubana y ferviente martiano, que merece ser recordado.
LOS CAMBÓ
Miguel Gabriel y Ángel Cambó, propietarios entonces de la CMQ, querían darle mayor estructura a sus programas de música y de variedades, pero tenían una dificultad, porque las pocas figuras líricas de las que disponían cobraban honorarios demasiado altos para la empresa.
Fue entonces que idearon la fórmula de dar entrada espectacular a los aficionados que pudieran convertirse en estrellas de la radio. Así surgió el 1º de diciembre de 1937, La Corte Suprema del Arte, copiando programas existentes en los EE.UU.
Cuando un participante no pasaba la prueba, el mismo Gabriel, desde la cabina de control y fuera de la vista del público, tocaba una campana, para indicarle al cantante o recitador que estaba imposibilitado de continuar. De allí se creó la famosa frase: “le tocaron la campana” que le dio atractivo inicial al programa.
Durante esa etapa el “staft” estaba formado por: Ángel Cambó, Director Gerente; Miguel Gabriel, Administrador Gerente; Arturo Liendo, Escritor; José Antonio Alonso, Maestro de Ceremonias; Manuel Serrano, Miguel Buendía y Germán Pinelli, eran los locutores.
CON LOS MESTRE
La relación de Pumarejo con Goar Mestre comenzó cuando éste lo nombró Director de Radio en su agencia de publicidad, Mestre y Godoy.
En 1943, Emilio Azcárraga se reunió con Goar Mestre en una suite del Waldorf Astoria en NY, Mestre quería montar una cadena de radio. Don Emilio le contestó: «Usted no puede poner una cadena de radio porque estamos en plena guerra. No conseguirá equipos por ningún lado. Lo que tiene que hacer, es comprar una de las dos cadenas que ya están en el aire». Mestre le respondió: “Pero, don Emilio, no están en venta.”
Azcárraga esbozando una sonrisa condescendiente: “todo se vende en esta vida. Hágales una oferta, consígase buenos socios y yo pondré, como socio minoritario, $250,000”.
Inmediatamente Goar pensó en Gabriel y Cambó y su CMQ. Ya de regreso en La Habana, se reunió con ellos.
¿Y quién quiere comprar la CMQ?, preguntó Gabriel y su respiración se aceleraba. “Nosotros, un grupo que estamos formando”, respondió Mestre.
LA VENTA DE CMQ
“Bueno, mira, yo te la vendo, pero si aceptas tres condiciones: la primera es que no se la quiero vender a ningún americano; la segunda es que deseo dejar una parte importante de lo que me paguen invertida en la planta, porque no sabría qué hacer con tanto dinero. Y la tercera condición, que es para mí la más importante, es que vendo la CMQ solo si la manejas tú”.
“Yo no sé nada de radio”, le plantea, Goar, “además tengo otros negocios que atender”. “Pues entonces, no te la vendo. Creo que debes ser tú quien la maneje: eres cubano, pero te has educado en los Estados Unidos”.
ABEL MESTRE
Abel Mestre dibujó una original forma de asociación: los Mestre pondrán solo $50,000 y, sobre el saldo de $675,000 a los que aspiraba Gabriel, pagarán anualmente un interés del 4%, amortizando el total con el 25% de las utilidades que se vayan generando. A cambio de esa facilidad, Gabriel y Cambó seguirán siendo dueños del 50% de las acciones. Así se formó el consorcio de lo que mas tarde sería el Circuito CMQ (Radio y Televisión) sugerido por Emilio Azcárraga. Los Mestre, dueños mayoritarios acapararon un gran éxito hasta el final el 12 de septiembre de 1960.
Más tarde, en 1943, cuando Mestre compró el Circuito CMQ S.A., Pumarejo fue designado como director de la programación de la planta, cargo en el que se mantuvo hasta 1947. Fue GP quien sugirió a Goar Mestre la creación de la emisora Radio Reloj, que fue inaugurada el 1 de julio de 1947, con un novedoso formato que ofrecía la hora minuto a minuto e intercalaba noticias durante las veinticuatro horas del día. Ese mismo año, GP renunció a su posición en CMQ.
Aprovechando las relaciones y las experiencias adquiridas durante su estancia en CMQ y con la ayuda de Humara y Lastra, fundó su propia empresa, Unión Radio (CMCF) el 6 de octubre de 1947.
TREMENDA HUMANIDAD
Cigarrillo en mano y protegido por unas gruesas gafas de pasta y su fino bigote, Pumarejo podría no parecer un gran felino, por su simpatía natural, claro, pero también por su tremenda humanidad, tendente al sobrepeso, pero enfrentado a una cámara o un micrófono se transformaba en una auténtica fiera, capaz de entrar en todos los hogares cubanos.
El abuelito cuentalotó y Kindergarten Musical eran dos de los programas infantiles creados por Pumarejo.
Uno de los retos que se propuso en Unión Radio fue instaurar un sistema cooperativo de emisoras, a partir del
modelo de una compañía mejicana que conocía. Los programas se grababan en la planta matriz, en La Habana, y eran distribuidos en discos a las plantas provinciales. El objetivo de esa empresa era contrarrestar el monopolio de grandes cadenas de radio como la de los Mestre. Pero, a pesar de su iniciativa, problemas financieros atrajeron la crisis de la empresa; entonces Pumarejo intentó vender la idea del sistema cooperativo y las acciones a hombres de negocios, e incluso a los propios oyentes, pero fracasó. A partir de entonces, fijó su meta en un nuevo horizonte: la Televisión.
La primera transmisión de la TV Cubana en 1950
Julio.- Cuatro aviones procedentes de EEUU trajeron a Cuba los equipos necesarios para la próxima salida al aire de Unión Radio Televisión.
Septiembre.- GP y algunos de sus colaboradores en su proyecto de Unión Radio Televisión viajaron a New York para observar cómo se hacían los programas en los estudios de las televisoras norteamericanas y acumular experiencias. El grupo estaba formado por los escritores María Julia Casanova, Carlos Robreño y Cástor Vispo. Narradores deportivos, Rafael “Felo” Ramírez, René Molina. Reportero, Esteban Yaniz Pujol, ademÁs, Cuqui Ponce de León, Juan González Ramos, José Pardo Llada y Maruja García.
Principios de octubre.- Unión Radio ultima los preparativos para comenzar sus transmisiones.
7 de octubre.-GP está ya planeando poner proximamente en el aire el patrón de pruebas de Unión Radio TV. Los directores que se encargaron de la programación son: Celia Sara Ponce de León (Cuqui), Yara Rodríguez, Roberto Miranda, Roberto Garriga, Clara Ronay y Larry Steinberg.
14 de octubre.- Unión Radio TV lanzó al aire su primera señal desde Mazón y San Miguel. De 4 a 7 de la tarde, los pocos televisores ubicados en La Habana pudieron captar el patrón de pruebas acompañado de audio. Pumarejo, principal ejecutivo de la empresa, apareció en cámara haciendo referencia al hecho de que se trataba de la primera transmisión de TV que se realizaba en Cuba y pidiendo a los televidentes que reportaran a la planta cómo estaban recibiendo la señal. Varias llamadas se recibieron, incluyendo la de un vecino de Santiago de las Vegas que informó que en su pueblo se estaba viendo bien. Ese sábado 14 y en los siguientes días, en los horarios de 4:00 a 6:00 pm y de 8:00 a 10:00 pm, aparecieron en cámara, periodistas, empleados de la emisora, narradores deportivos y artistas que realizaron actuaciones, entre ellos Tito Hernández, Adolfo Otero, Aidita Artigas, Raúl Castellanos, La India de Oriente, el trío La Rosa, Hortensia de Castroverde y Lidia Martín. El presentador fue Alberto Gandero.
16 de octubre.- Ese lunes estaban haciendo pruebas desde el Estadio del Cerro y por error salieron imágenes que se pudieron ver en los televisores.
22 de octubre.- El cronista Eladio Secades en su columna del Diario de la Marina se refirió a esas pruebas: «La escena empieza a ser característica de nuestra ciudad, ante las vidrieras de algunos comercios los transeúntes se quedan ensimismados viendo un fenómeno venido de otro planeta, es la Televisión aunque aún está en período de ensayos”.
MÁS CÁMARAS
Pumarejo, entrevistado en la prensa, reveló sus planes. Estaba en tratos para alquilar un teatro y ponerlo en función de la TV. A las tres cámaras con las que contaba, se añadirán otras cuatro que llegarán de EEUU, en noviembre.
24 de octubre.- Era martes y a las 9:30 am, el sacerdote Daniel de la vecina Iglesia del Carmen bendijo el edificio y los equipos. Desde la casa de su suegro, donde él vivía, en Mazón #52 y San Miguel, Gaspar Pumarejo y sus asociados comenzaron las transmisiones diarias de Unión Radio TV, a través del Canal 4. Los equipos eran de la marca RCA Victor. ¡Hasta la cocina se utilizó!
Lo primero en aparecer en las pantallas fue una cajetilla de cigarros Competidora Gaditana con un jingle de Ñico Saquito. A las 12:30 se produjo el remoto desde el Palacio Presidencial y con las palabras del presidente Carlos Prío Socarrás se produjo la inauguración oficial, en el tercer país latinoamericano en tener TV, el primero fue Méjico y luego Brasil.
Por la noche se transmitió una gran fiesta en los jardines de la casa, a la cual asistieron estrellas como Pedro Almendáriz, Carmen Montejo y Raquel Revuelta, y, por supuesto, Gaspar Pumarejo como animador del programa.
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