Una obra que reconoce la enorme contribución y el alto número de libertadores nacidos en otras geografías.
Españoles en las filas insurrectas (V de VIII)
LOS HERMANOS
HERNÁNDEZ VARGAS
Dos españoles hermanos nacidos en Las Canarias se incorporan a las fuerzas insurrectas cubanas. Uno de ellos Jacinto Hernández Vargas nacido en Tenerife el 12 de mayo de 1865 y que a los doce años viajó a Cuba para reunirse con sus padres, ya establecidos en el poblado habanero de San Antonio de las Vegas donde comenzó a desempeñarse como juez municipal, contrayendo matrimonio con la cubana Florinda Pérez.
Jacinto Hernández Vargas, era ya alcalde de aquella población habanera y tras conversación con Máximo Gómez», cuando la columna invasora llegaba a aquella provincia, subordinándose al entonces Teniente Coronel Adolfo del Castillo, y días después al Mayor General Antonio Maceo. El canario Hernández Vargas asumió el mando de la brigada que, hasta su muerte, dirigía el General de Brigada Adolfo del Castillo el 25 de octubre del año 1897. Participará en varios combates; entre ellos el de el Plátano, el Navío, la Güira y Flor de Mayo.
Como decíamos, Jacinto Hernández se incorporó a las tropas comandadas por el General Adolfo del Castillo, junto con los miembros de la comunidad de San Antonio entre los que se encontraban Daniel Perea, Agustín Valle, Clemente Acosta, Nano Valderrama, Felipe y Braulio García y otros insurrectos. Inmediatamente participa en el asalto a Bejucal, San Felipe, San José de las Lajas y otros.
Hernández Vargas, alcalde de San Antonio de las Vegas cuando llegaron a la provincia de La Habana las fuerzas invasoras, se compromete en una entrevista con Máximo Gómez para levantarse en armas. Se elabora un plan de alzamiento entre Jacinto y su hermano Faustino que, como expresamos, tenían a su cargo el Cuartel de Voluntarios. Fue jefe de la Brigada Centro de la Segunda División del Quinto Cuerpo sustituyendo al Brigadier Adolfo del Castillo. Su zona de operaciones abarcaba los poblados de Bejucal, San Felipe Quivicán, Güines, San José de las Lajas y Melena del Sur.
Antes de asumir el mando ya el español Jacinto Hernández había participado, bajo el comando de Mayía Rodríguez y Alejandro Rodríguez, protegidos por el Teniente Coronel Rosendo Collazo, en la batalla de Flor de Mayo (14 de mayo de 1896) contra los batallones de los Regimientos Barbasro y Albuela que estaban al mando del Coronel Francisco Rodríguez. En el encuentro murió el Alférez Alberto Collazo, hermano de Rosendo.
Vuelve Jacinto a servir a las órdenes José María Aguirre cuando este campamento de El Plátano es atacado el 3 de diciembre de 1896 en cuyo encuentro muere el Teniente Coronel Verdecía.
Su hermano, Faustino, siendo jefe del Cuartel de Voluntaria se apropió de 64 fusiles que allí se encontraban y de 188 fusiles Remington y 14,000 cápsulas que habían solicitado al general Arsenio Linares para movilizar a los vecinos y enfrentar la invasión. El 10 de febrero de 1898 los dos hermanos Jacinto y Faustino se alzaron con 384 hombres obteniendo el grado de comandante a do por Máximo Gómez.
Al morir el Brigadier Adolfo del Castillo, Jacinto, repetimos ocupó la jefatura del Centro de la Segunda División del Cuerpo que tenía como centro de operaciones los poblados de Bejucal, San Felipe, Quivicán, Güines, San José de las Lajas y Melena del Sur.
Finalizando la Guerra de Independencia Hernández Vargas tomó el poblado de Güines y el 16 de julio de 1900 fue elegido alcalde de esa ciudad y poco después participó activamente en la política. En 1908 resultó electo representante. Murió el 8 de mayo de 1951.
Su hermano Faustino, se incorpora a los insurgentes atacando el fuerte de la Loma Vista Alegre en San José de Las Lajas (15 de Junio de 1897). Posteriormente murió macheteado por una guerrilla.
Al terminar la guerra Jacinto participó políticamente en Güines donde fue electo alcalde de aquella ciudad y respaldó el levantamiento que se produjo en agosto de 1906 en la inscripción de reelección de Don Tomás Estrada Palma.
Pero otros peninsulares también se unen a la causa cubana. En Cádiz, España, nacía Diego Dorado a quien sus amigos llamaban «el andaluz». La familia se trasladó a Cuba y. pronto comenzó el jovial Diego a crear estrechos lazos de amistad con muchachos de su misma edad. Juntos se hicieron hombres. Los unía el innato sentimiento de rebeldía y de rechazo a la opresión. Junto a muchos de sus mejores amigos, en los primeros meses del 68 comenzó a colaborar con la Junta Revolucionaria de Sancti Spíritus preparando con Marcos García Castro el al/amiento de los hombres de aquella región que se realizó el 20 de febrero de 1869. Recibiendo el ascenso a coronel el 15 de noviembre del siguiente año estando subordinado al General de Brigada Marcos Garcia.
Participa en las acciones de Paso del Castaño y Santa Elena formando parte de la División de Sancti Spíritus. y muere en la acción de Las Varas (Pozo Azul) combatiendo a las guerrillas de Castilla, en la finca Las Varas, también conocidas como Pozo Azul; precisamente el mismo sitio en que 24 años después se producirá una intensa batalla dirigida por el entonces Mayor General Carlos Roloff y el General Serafín Sánchez que ocasionaría grandes bajas a ambas partes.
Hablemos de otro español.
José Sabino Caillet Barrantes, español, era alférez del Segundo Regimiento de Lanceros de la Reina cuando pidió su licenciamiento en La Habana el 4 de mayo de 1852.
Se traslada a la jurisdicción de Bayamo donde contrajo matrimonio con una joven cubana. Pasa luego a Las Villas. Había tenido relaciones de amistad con el Presidente Carlos Manuel de Céspedes y al iniciarse la Guerra de los Diez Años le ofreció sus servicios al ya Presidente Céspedes quien, por su capacidad militar lo ascendió a brigadier en reconocimiento, también, a sus labores conspirativas. Participó en varias acciones y al morir en combate, Carlos Manuel de Céspedes le escribe a su viuda el 5 de julio de 1871 expresando lo siguiente:
«Apreciable amiga: Con harto sentimiento he sabido la irreparable pérdida que ha hecho de su querido esposo, y de mi fiel amigo y de la Patria, de uno de los más leales, decididos y ardientes defensores de su independencia, por lo que estamos de pésame, y tengo el imprescindible deber de manifestar a usted mi aguda pena, y mi disposición a ofrecerle mis servicios en cuanto está en mis facultades, y no los menos sagrados de fraternidad y patriotismo con el malogrado amigo Caillet».
Nacido en España pero asentado desde muy joven en la provincia central cubana, José Caillet se unió a los comienzos de 1869 a los insurrectos cubanos en La Esperanza y en el mes de marzo el Presidente Céspedes lo nombró jefe de la División de Sagua la Grande con grado de coronel. Fue muy corta la vida militar de este hombre que participa en el ataque a Guaracabuya el 4 de septiembre de 1869 y muere en el combate de Manajanabo (también conocido como Manajuabo), al este de la ciudad de Santa Clara sirviendo en las fuerzas del Mayor General Federico Fernández Cavada al alistarse a una fuerza de Los Voluntarios de Cádiz.
También adquiere la finca Corralito, en Cauto Embarcadero y al iniciarse la Guerra de los Diez Años, como sabemos, ofreció al Presidente Céspedes sus servicios.
En junio de 1871 cayó combatiendo durante un enfrentamiento con la contraguerrilla del Segundo Regimiento de Caballería del Rey.
JOSÉ ÁLVAREZ PÉREZ,
«EL GALLEGO»
Y ALVARO CATÁ JARDINES
De la Coruña, Galicia, llega José Alvarez Pérez en 1874 cuando contaba tan sólo 3 años de edad. Su familia se radica en Matanzas y creciendo y haciéndose hombre junto a los jóvenes de aquella región no resulta sorprendente que «el Gallego», como todos lo conocían, se alzara el 2 de junio de 1895 junto a aquel amplio grupo de amigos en Alacranes, incorporándose a las fuerzas del entonces Coronel
En el primero, Coliseo, participa en el asalto a esa población cuando se han unido las fuerzas del General Máximo Gómez y del Lugarteniente General Antonio Maceo en el mes de diciembre de aquel año. La población estaba protegida por tropas españolas que formaban parte de los batallones Regimiento de Asturias y Regimiento de Navarra. Participarán en este combate fuerzas del Mayor General Serafín Sánchez comandadas por el Comandante Loynaz del Castillo y la mayor importancia de este encuentro fue la de impedirle a Martínez Campos, que dirige personalmente las tropas, detener la marcha de la columna invasora.
Terminaba octubre (1895) cuando cruza Gómez la provincia por la trocha de Júcaro a Morón y ya en territorio villareño sostiene los combates de Las Delicias, La Campaña, Monte Oscuro y otros, y habrá de encontrarse con Maceo el 29 de noviembre (1895) en d potrero Lázaro López, en Sancti Spíritus donde analizan los puntos para continuar la invasión hacia Occidente. Juntos, Gómez y Maceo, librarán los combates de Iguará, Casa de Tejas, el Quirro, Mal Tiempo, La Colmena y Coliseo, comenzando, semanas después su quinto encuentro en la provincia de La Habana para atraer las tropas enemigas y facilitarle a Maceo el pase de sus tropas para culminar con la invasión en Mantua.
(Continuará la próxima semana)
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