En realidad, los estaba reclutando para servir como “carne de cañón” en la guerra civil de la República de Angola, apoyando al comunista Agostinho Neto y su “Movimiento Popular de Liberación de Angola”.
Así murieron cientos de jóvenes defendiendo una causa totalmente ajena en un país distante de sus costumbres y cultura, y con el único fin de prestarse —sin saberlo—, a los intereses de la internacional comunista y la maldad sin límites del sátrapa cubano.
(El pasado verano, los discípulos actuales del “Elfo de la Maldad”, hicieron lo mismo con los pobres jóvenes cubanos instándoles a marchar a Rusia como “obreros de la construcción”. Los que creyeron en la nueva argucia, terminaron en las líneas del frente en Ucrania, otra vez como “carne de cañón” a triturar, engrosando las perdedoras filas del depauperado ejército ruso. Pero, al ser descubiertos, los jenízaros del régimen cubano lo tergiversaron todo. ¡Desvergonzados!).
A partir de 1963, el mafioso de Cuba —el vulgar pandillero callejero y agitador convertido ahora en déspota mandatario—, decidió también que había llegado la hora de extorsionar a turistas, líneas aéreas y gobiernos, y comenzaron los “secuestros de aviones comerciales”, que sirvieron para que prófugos de la ley en los Estados Unidos y otros países, conminaran por medio de la fuerza al desvío de vuelos comerciales hacia Cuba; obligándose luego al pago de gastos por alojamiento de pasajeros, mantenimiento y cuantas tarifas y penalidades se le ocurrieran al maquiavélico cerebro del “Máximo Ladrón”.
Felipe Lorenzo
Hialeah, Fl.
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