Bajo el mando del Capitán General Valeriano Weyler (alias el “carnicero”), los cubanos fueron arreados en las llamadas «áreas de reconcentración» en y alrededor de las ciudades más grandes; los que permanecieron en libertad fueron tratados como enemigos. Las autoridades españolas no hicieron ninguna provisión adecuada de refugio, alimentos, saneamiento o atención médica para los reconcentrados, miles de los cuales murieron por exposición, hambre y enfermedades.
Estas condiciones fueron retratadas gráficamente para el público estadounidense por periódicos sensacionalistas en particular el New York World de Joseph Pulitzer y el recientemente fundado New York Journal de William Randolph Hearst.
La preocupación humanitaria por los sufridos cubanos se sumó a la tradicional simpatía estadounidense por un pueblo colonial que lucha por la independencia. Estos aspectos de la guerra crearon una demanda popular generalizada de acción para detenerla.
La realidad en Cuba, como se describe en el párrafo anterior era tal que, a pesar de versiones distintas, los mambises estaban en condiciones precarias.
Al vencer a España los EE.UU. proclamaron a Cuba independiente después de una intervención que al tomar el mando Leonard Wood estableció le estructura necesaria en materias como administración, educación, servicios sanitarios y comercio.
El 20 de mayo del año 1902 se estableció la independencia de Cuba tomando
posesión Don Tomás Estrada Palma de la República de Cuba. En el 1934 se eliminó la Enmienda Platt que daba el derecho de intervención en Cuba con la excusa de proteger las inversiones de los Estados Unidos. En 1940 se estableció la Constitución, un magnífico tratado, democrático y para le época muy progresiva.
En enero primero del 1959, terminó esta República independiente con el arribo de Fidel Castro en el poder. Duró menos de 57 años. Estamos en el 2023 y aunque con distintos líderes, sigue el pueblo sujeto a esta tiranía…
Durante las primeras décadas del Castrato, se luchó con armas o sin ellas para recuperar la Cuba perdida. Esta, con defectos y virtudes progresaba y llegó a ser un ejemplo para el resto del mundo, cuando las estadísticas de las Naciones Unidas demostraron que, aunque joven y pequeña competía favorablemente con democracias más antiguas y de más población.
En el presente tenemos que aceptar, copiando a las palabras de Calderón de la Barca a través de Segismundo, que “nuestra Cuba es un sueño y los sueños, sueños son”. Esa isla llamada Cuba ya falleció. Existe otra que nació, donde aprendieron, vivieron, lucharon, y sobrevivieron otras personas con genética del antaño, pero distinta formación. Solamente queda un común universal.
Todo ser humano, no importa el lugar de nacimiento o vivencia nace con el instinto más importante el de sobrevivencia. Este instinto se nutre de una energía inamovible, el deseo de ser una unidad independiente. Nos obliga a dejar el pecho de las madres, los consejos paternos, los de los educadores y las reglas de los gobernantes.
Este deseo de libertad existe en los cubanos del momento al igual que lo tenemos nosotros. Las tiranías podrán dominar temporalmente a la ciudadanía, pero el deseo de autonomía e independencia siempre triunfa. Por eso en Cuba ya no es Patria o Muerte, sino Patria y Vida.
Sin emancipación no existe vida, sin vida no hay Patria. Los mambises, incluyendo a mi familia, pelearon con las armas y voz en la guerra del 1868 (de los diez años) y del 1895 que logró la independencia.
Mi generación (incluyéndome) participamos en Playa Girón y seguimos a pesar de nuestras limitaciones abogando por una nueva Cuba libre.
Los jóvenes que en este momento abogan por un renacimiento de una Nación libre que fue, como estos liderados por la joven Yenesis Álvarez en Hamilton College, y los que en Cuba salieron a la calle, sin armas o protección merecen todo nuestro apoyo. Solo se necesita un fósforo para lograr un fuego.
Hagamos todo lo posible para ahogar las ayudas económicas producto de las remesas y el turismo. Aunque duela estas ayudas monetarias no llegan al pueblo. Solo la cúpula militar se beneficia. Nuestros nuevos mambises necesitan armas, no palabras y acción política desde este País, símbolo mundial de Democracia.
¡Patria y Vida, vencerán!
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