VLADIMIR PUTIN CON EL OJO EN STALIN, UN LIBRO SIGNIFICATIVO

Written by Demetiro J Perez

13 de junio de 2023

Acaba de ponerse a la venta en Francia Cuando Putin se toma por Stalin (1) de Pierre Rigoulot y Florence Grandsenne, un libro en lo adelante indispensable para quienes aspiramos a comprender los antecedentes de la guerra que Rusia inflige a Ucrania teniendo en paralelo la personalidad de Vladimir Putin y la incondicionalidad de sus secuaces. El subtítulo en portada precisa al escalpelo el perímetro establecido por los autores: «la sombra de la Gran Guerra patriótica sobre Ucrania».

Rigoulot y Grandsenne son historiadores que desde hace medio siglo están vinculados al Institut d’Histoire Social de Paris, sus numerosas actividades y publicaciones periódicas sumadas a la biblioteca que alberga la institución en su local de Nanterre, al oeste de la capital.  Este centro, abierto libremente a todo aquel que lo solicite, pone a disposición del público y de profesionales una gran colección de libros, revistas y periódicos focalizados en el comunismo, el socialismo y el sindicalismo. Yendo muy para atrás apunto que es una institución fundada en 1935 por Boris Souvarine, quien, tachado de trotskista en la entonces joven URSS, denunció al llegar a Francia la raigambre criminal de Stalin y las verdaderas características de su proyecto totalitario. 

Esta obra compuesta de 230 páginas divididas en 17 capítulos; una introducción; más una conclusión a manera de resumen y de actualización es de una pertinencia absoluta que todo lector puede colocar junto a las informaciones que se están recibiendo diariamente desde el frente. Las acciones de gran salvajismo que los rusos cometen cotidianamente tienen todas ellas antecedentes en el historial soviético de cuando el leninismo y el estalinismo se consolidaban en gran medida gracias al respaldo que Occidente les dio so pretexto de la necesidad de crear valladares a la progresión del militarismo hitleriano en Europa.

Que Rusia perpetre con su enorme poderío y sus mercenarios acciones de exterminio en Ucrania de las que el mundo es testigo no sorprende al binomio Grandsenne-Rigoulot. Han analizado las declaraciones de Putin durante los últimos años, plagados todos de referencias históricas arbitrariamente truncadas. Es desde esa exposición detallada que establecen el parentesco entre lo ruso de hoy con lo soviético de ayer, teniendo a los servicios secretos como trasfondo e hilo conductor. Nos recuerdan, como recientemente lo hicieron Françoise Thom y Stéphane Courtois, que Putin es un auténtico retoño del KGB, columna vertebral del comunismo ruso.

Vemos pasando páginas como Putin revisa, corrige y aumenta las lecciones recibidas de sus predecesores. El autócrata Vladimir insiste en emparentar referentes de los siglos XVII y XIX cuando las batallas pretéritas contra Polonia y contra la Francia imperial de Bonaparte respectivamente.  En ambos casos el ruso soslaya exponer quienes fueron en cada ejemplo propuesto los invasores y quienes los agredidos. Sin sorpresa para quienes hemos vivido en países sometidos al comunismo y a la catilinaria de sus medios de propaganda. Sabemos muy bien cómo opera el lavado de cerebros que los anima, al respecto es edificativo verlo en la prensa de La Habana.

Tocante a la Segunda Guerra Mundial los dos historiadores franceses colocan los puntos sobre las íes sin dejar de admitir el enorme precio humano que la URSS tuvo que pagar, en gran medida por las incapacidades estalinianas para conducir los dos factores claves que estaban entonces en juego: política exterior y estrategia militar. Stalin se equivocó tanto como parece estar errando Putin actualmente, desde febrero del año pasado a la fecha.

En materia de maquillaje del pasado, del presente y del futuro, los méritos de la yunta Stalin-Putin son puestos en relieve ante los lectores. A comenzar por la omisión – una inversión cínica de la realidad – que constituye haber logrado borrar al menos en expresión todo el período de 1938 a 1941 cuando la alianza del nacionalsocialismo alemán con el comunismo soviético fue el hecho concreto que permitió a Hitler desencadenar su guerra de agresión y ocupar varios países en Europa repartiéndose con gula el botín que iban consiguiendo.

La sombra de aquellos tiempos se ha extendido hasta nuestro presente, cuando probablemente muchos ignorábamos que tempestades se avecinaban. Otras amenazas oscurecen el horizonte para quienes hemos apostado por la democracia, el peor de los sistemas posibles excluyendo a todos los otros. Mirar hacia China Comunista plantea otras inquietudes que no son ajenas al desarrollo de las actuales. Así lo expresan Pierre Rigoulot y Florence Grandsenne en este libro formidable.

(1) Quand Poutine se prend pour Staline, éditions Buchet Chastel, París, mayo 2023 precio € 22.90

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