UN VUELO SECRETO AL ESCAMBRAY

Written by Alvaro Alvarez

6 de mayo de 2025

Por: Álvaro J. Álvarez

Entre los objetivos de la CIA antes de la invasión de La Brigada de Asalto 2506 estaba el lanzamiento de armas y municiones a los alzados (guerrilleros anticastristas) del Escambray y en otros frentes. Cómo ya estaban entrenándose los pilotos de la Fuerza Aérea de la Brigada en la Base Rayo cercana al pueblo de Retalhuleu en el pacífico guatemalteco, desde allí salían los aviones en misiones de lanzamiento para el Escambray, como en este caso específicamente. 

Este relato se debe al Brigadista #2503, Vicente Blanco Capote (Blanquito) que ya había participado en 5 de estos vuelos como radio operador siendo un joven de 17 años (nació el 19 de marzo de 1943). 

En horas de la madrugada del 5 de marzo de 1961, el mayor Billy Campbell, el jefe de la Base Rayo le dijo a la tripulación que partiría poco después, lo siguiente: “Si aterrizan en la Base Naval de Guantánamo, los entregaremos a los cubanos”.

El avión era un C-54 Skymaster (comercialmente DC-4) y llevaba como piloto al capitán José Pérez Menéndez (piloto de Cubana de Aviación con más de 20,000 horas de vuelo), el copiloto Leonardo Seda Reyes, el Ingeniero de Vuelo Cándido Sierra Rey, el Navegante Vicente Secades López, Radio Operador Vicente Blanco Capote y como PDO’s (Packet Dispatcher Officer) iban, Ramiro Sánchez Montesino, Salvador Miralles Poveda, Alberto Pérez Martínez y Fernando Puig Cossio.

Sobre un trípode había un mapa de Cuba con una línea trazada hasta Cuba señalando con letras del alfabeto empezando por la “A” diferentes puntos hasta llegar a la zona del lanzamiento. La ruta de regreso estaba señalada igualmente. 

Vicente tenía que transmitir una señal cada vez que el capitán le indicaba sobre que letra estaban pasando y así en la base sabían dónde estaban.

Salieron de la Base Rayo alrededor de las 5:00 PM enseguida el avión subió a 13,000 pies para cruzar las montañas hasta el Atlántico, ya sobre el mar descendió a 8,000 pies, después a 2,000 hasta llegar a los límites territoriales de Cuba que bajó a 800 pies haciendo las correcciones necesarias para entrar a la Isla y volar sobre las montañas del Escambray. En esas misiones el factor sorpresa era la que protegía a sus aviones.

Después que el navegante Secades le informó transmitir la letra correspondiente a la posición del avión, Blanco se preparaba para transmitir sobre el primero de los 3 lanzamientos de esa noche. 

Uno de los grupos de alzados que esperaba recibir las cajas era el capitán Joaquín Bembrive.

Los PDO’s tenían listas las 6 cajas (con sus paracaídas enganchados a la línea estática), unas plataformas con ruedas servían para desplazar las cajas sobre los rieles previamente alineados, podían ser empujadas hasta llegar a la misma puerta del avión y lanzarlas cuando la luz roja cambiaba para verde. 

De pronto un PDO vino corriendo a la cabina para decirle al capitán que una carga se había salido del riel y estaba bloqueando la puerta del avión impidiendo el lanzamiento.

Pérez Menéndez enseguida cambió de rumbo, salió al mar para dar tiempo que los PDO arreglaran el problema. Ya era más de las 9 de la noche.

Al comenzar de nuevo la operación, notaron que el faro estaba apagado y al poco rato comenzó el fuego antiaéreo, las trazadoras iluminaban el cielo. Los impactos sonaban en el fuselaje del avión como si fueran piedras que le tiraban. De pronto el motor 4 se incendió, lo apagaron y lo pusieron en bandera. 

La experiencia de Pérez Menéndez, su sangre fría y habilidad lo hizo salir hacia el mar y evitar más daños. 

Detrás de su asiento una bala impactó en el tablero eléctrico, Blanquito cortó la electricidad, por eso el Loran (sistema de navegación) no podía funcionar. 

Aparentemente la operación de salir y volver a entrar fue lo que causó que los castristas detectaran al avión y la dichosa caja fue la causante.

Pusieron rumbo a Jamaica sabiendo que estaban perdiendo gasolina, cuando Pérez Menéndez les informó que, según los cálculos, el combustible les permitiría poder llegar hasta Montego Bay. 

Tuvieron que tirar al mar las cajas antes de aterrizar.

Para poder aterrizar el PDO, Ramiro Sánchez Montesinos tuvo que bajar por una escotilla detrás del ingeniero de vuelo para poder bajar manualmente, el tren de aterrizaje.

El piloto sobrevoló la pista y el personal del aeropuerto iluminó la pista y aterrizaron.

Tuvieron que bajar descolgándose por sogas y así fue como vieron la gasolina saliendo del ala perforada.

A pesar de haber limpiado el avión, siempre quedó algún panfleto que causó que las autoridades de Jamaica pudieron relacionarlos con propaganda anti-Castro y por eso “echar por tierra” la historia que tenían preparada de antemano.

Como el avión estaba lleno de agujeros de bala, tuvieron que inventar de un vuelo de carga sobre Cuba y les habían disparado.

Los vacunaron contra la viruela y los llevaron para un cuartel de la policía en Kingston. La suerte le favoreció cuando Jack el jefe de la policía era un conocido de Pérez Menéndez y le permitió a Fernando Puig llamar por teléfono a su esposa Alelí Lorenzo en Miami, ella pudo comunicarse con Joaquín Sagenis y de esa forma la CIA supo que estaban vivos, porque la CIA no sabía nada de ellos, aunque dijeron después falsamente que ellos los habían localizado.

Estando en la cárcel, el hijo del dueño de la Textilera Ariguanabo (de apellido Hedges) fue a verlos y se lo dijo al cónsul americano, pero éste se hizo el no saber nada. 

Entonces Hedges se ofreció a sacarlos en su avión, cosa que no llegó a ocurrir cuando la CIA reaccionó y les envió un C-46 para poder llegar hasta Miami. En el avión iba E. Howard Hunt (1918-2007, oficial de la CIA, fue uno de los plomeros implicados en el escándalo Watergate en junio 1972) y les entregó credenciales falsas para utilizarlas en Miami.

Del aeropuerto de Miami los llevaron a Opalocka donde se encontraron con un grupo de cubanos del cuerpo de tanques que esa noche regresaban a Guatemala.

Los dejaron permanecer unos días en Miami, los casados fueron para sus casas y los tres solteros (Vicente, Salvador y Alberto) los alojaron en el hotel Lauderdale Biltmore en Fort Lauderdale.

Al otro día los llevaron para una casa de seguridad en Miami y de allí para el aeropuerto para viajar a Guatemala junto con los miembros de la Operación 40.

Vicente había ido en cuatro vuelos (nov/7/60, dic/30/60, ene/28/61 y feb/6/61) al Escambray.

El quinto había sido el 8 de febrero 1961, a la zona de Imías en Baracoa, pero no pudieron tirar las armas por falta de contacto con la guerrilla. En ninguno de estos los aviones habían recibido disparos, lo cual indica que fueron sorpresas totales.

Sobre su experiencia de ese viaje, Vicente dijo: “nuestros aliados no eran confiables, pero por mucho que uno dijera lo que pensaba, era inútil, nadie le creería a un muchacho de 17 años.

Eso lo volvió a comprobar cuando el 17 de marzo de 1961 lo trasladaron junto a Antonino Díaz Pou (Brigadista #2502) desde la Base Rayo a Miami (Hotel Avalón) y estando el 18 de marzo en una casa se encontraron con Manuel Artime, que le regaló $20 por su 18 cumpleaños. Entonces llegó Rolando Martínez (Musculito) con Joaquín Membrive al cual acababa de sacar de Cuba y quien no le creyó a Vicente cuando le contó de sus misiones al Escambray, porque al parecer su grupo nunca recibió armas lanzadas por paracaídas.

Volaron desde el aeropuerto de Miami hasta el de Nuevo Orleans y de allí a una Base del Ejército Americano donde estaban todos los hombres rana y el 80 % de los miembros de los grupos de infiltración que se suponía que ya deberían de haber estado en Cuba, porque desde diciembre los habían sacado de Guatemala.

Vicente se encontró con Guille otro radio operador de su grupo que se había fugado de Guatemala y estaba con el grupo de Nino Díaz”.

Antonino Díaz Pou nació en 1934 y fue miembro del grupo de infiltración como telegrafista que entró por la Base Naval de Guantánamo. Después del fracaso de la Brigada pudo asilarse en la Embajada de Venezuela, pero luego salió y tratando de escapar del país fue capturado en la playa de Jibacoa (10 km al este de Santa Cruz del Norte por la Vía Blanca) el 10 de noviembre de 1961 y fusilado el 6 de diciembre de 1961, hay dos tipos de información, una que fue fusilado en San Severino y otra en Limonar, Matanzas.

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