En el 140 aniversario del natalicio y 80 de la muerte del General que más preocupaba a los nazis (I)
Por Rafael Jesús de la Morena Santana
La verdad histórica por desgracia esta influenciada por las ideologías y la política, reflejadas en la literatura y en los puntos de vista personales. Esto lo afirmo tras años de trabajo junto a oficiales jubilados del Ejército de la oprimida Cuba, reconozco que muchos son personas amistosas, pero si se les habla de la Segunda Guerra Mundial, sus críticas a los Generales americanos son negativas, destructivas, en especial hacia uno a quien obvian sus méritos: El General George Patton.
No importa, que estas injusticias subsistan, nos toca a nosotros dar a conocer en su dimensión a este guerrero excepcional, casi desconocido entre la juventud cubana, tanto en la desgobernada Isla, como entre los que han emigrado. Él se lo merece y los librepensadores lo exigen.
Desde su nacimiento en San Gabriel, California en 1885, George Smith Patton estaba predestinado, porque la fecha del 11 de noviembre coincide con la del Armisticio de la Primera Guerra Mundial en 1918, contienda en la que él validó sus aptitudes militares. Efeméride convertida en Dia del Veterano, entrañable tradición del pueblo de los Estados Unidos de América, de rendir homenaje a los que han servido en las Fuerzas Armadas de la Unión.
Desde tierna edad George Patton demostró inteligencia y curiosidad insaciables, en la Middle School Stephen Clark de Pasadena se fascinó con la Historia y los grandes estrategas: Aníbal, Escipión, Julio César, Aecio, Gonzalo de Córdova, Napoleón, Sucre. Estudiaba batallas decisivas como Cannas, Zama, Alesia, Chalons, Las Navas, Austerlitz, Ayacucho, soñaba con igualarlos.
La vocación militar en su familia era de larga data, él matricula en el Instituto Militar de Virginia en Lexington, en 1902, quería estar a la altura de sus antepasados en las Guerras de Independencia y Secesión. Se destacó por su afición a la literatura grecolatina, la autodisciplina, la excelencia como jinete, y la capacidad de liderazgo de que haría gala a lo largo de su trayectoria. Los resultados obtenidos de esa formación física y académica le llevarían a un compromiso del mayor nivel.
Efectivamente en 1904 ingresa en la Academia Militar de West Point, fragua de los oficiales de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. En esta escuela hecha a su medida, aparte de sus notas en asignaturas básicas sobre estrategia y táctica, fue un consumado atleta, astro de deportes tan disímiles como la esgrima, las carreras de vallas, el Polo ecuestre, el tiro y el fútbol, sabía la importancia de tener resistencia y habilidades físicas imprescindibles en el teamwork, su vehemencia en los eventos, le causó serias lesiones de las que se recuperó con rapidez.
El subteniente de Caballería George Smith Patton se graduó con honores en 1909, fue el Primer expediente de su promoción, un orgullo que le serviría de estímulo para los desafíos que estaba dispuesto a enfrentar, de los cuales el inminente fue su boda con Beatrice Banning, viaje a lo desconocido del que llegaron sus tres hijos.
Un episodio poco conocido es que Patton integró la Delegación de 174 deportistas de los Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912. Él participó por sus habilidades atléticas y disposición, en la primera edición del Pentatlón Moderno en los Juegos estivales. Este evento se creó como recuerdo a los esfuerzos de los mensajeros de antaño para cumplir sus misiones, incluye cinco modalidades. Patton, a pesar de no haber competido como amateur fuera de los encuentros en escuelas militares, ni poseer fogueo internacional, ni ser un verdadero especialista de ese deporte, aparte de ser el único americano entre 42 competidores, la mayoría europeos, quedó en un digno 5to lugar por su resultado integral: Tiro: 21ro, Natación 7mo, Esgrima 4to, Equitación 7mo y Carrera 3ro. Fue un derroche de concentración, precisión bajo presión y versatilidad física.
En la Escuela del Servicio Montado en Fort Riley, Kansas, era instructor de armas categorizado de “Master of the Sword”, diseñó un sable para las cargas de Caballería que por su calidad se aceptó oficialmente en 1913 con su nombre. Por eso pudo pasar al 8vo de Caballería de Fort Bliss, Texas.
En mayo de 1916 fue su bautismo de fuego, asignado al General Pershing para la expedición punitiva contra Pancho Villa que había violado la frontera en New México y abordado la ciudad de Columbus. Patton recibe la orden de tomar una posición de los villistas, dirige una carga…¡con automóviles!, constituyendo la primera acción mecanizada de los americanos, cumplió así la tarea en la que personalmente eliminó a dos enemigos con su revolver Colt calibre 45, en el que puso las primeras muescas en las cachas de marfil, como hacían los gunman en los tiempos del Wild West.
La siguiente fase sería exigente: la Primera Guerra Mundial. En 1917 otra vez en el staff del General John Pershing, Jefe de la Fuerza Expedicionaria Americana. En colaboración con los franceses, dirige el incipiente cuerpo blindado norteamericano, un arma experimental de la que sería responsable de llevar a las alturas de batirse con los tanques de los otros poderes internacionales.
Con los tanques y la infantería aparece en la Batalla de Saint Michel, comanda la 304 Brigada Blindada en el Meuse-Argonne, pero el 25 de septiembre el impulsivo Patton es herido de gravedad en un asalto temerario a una trinchera, por este acto de valor se ganó la Medalla Corazón Purpura. El Mayor Patton fue llamado Héroe de los Tanques y recibió la Cruz de Servicios Distinguidos.







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