(a 100 años de Raúl Atan como árbitro) (final)

Una colaboración de MsC. Rafael Jesús de la Morena Santana.

La reaparición del estelar árbitro fue en el Parque Cuauhtémoc, en el desafío entre “Azules” y “Sultanes”, al verlo, el público le aclama y pide que recorra el diamante igual que los vencedores olímpicos, saludado frenéticamente, los aplausos son prolongados, de los ojos de muchos brotan las lágrimas, el chino se emociona, es la voz del pueblo que un día le reservará un lugar de honor en el Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México, en la ciudad de Monterrey. En el principal santuario del deporte del hermano país azteca, es uno de los nueve umpires destacados.

Para honor del árbitro y la Patria, su tarja en ese altar del deporte ha sido vista en Cuba, gracias a la cortesía del prematuramente desaparecido sacerdote católico cubano, Héctor Rodríguez Casacó SDB, que fue un gran entusiasta de la pelota, él visitó el Hall azteca y tomó la foto para la familia de Atan, que han podido contemplar muchos amigos y seguidores.

Hombre carismático, a Atan los cubanos le admiraban, era un caballero seguidor de las doctrinas de Cristo, los atletas eran sus hermanos. Tenía amigos sacerdotes como el Padre Orlando Cejas, de San Juan Bosco, que era un conocedor del béisbol. Se relacionaba con artistas famosos, pues era asiduo al teatro y amante de la buena música, su propia hija es una notable soprano. 

En Cuba asistía a la Capilla del Colegio de Santa Rosalía, muchos de los hombres que iban a este templo dejaron de comulgar, como si fuera una debilidad, y la monja Celia Martínez, recurrió a Atan, que por su profesión tenía fama de duro, para que diera el ejemplo en la comunión, el chino, con su caballerosidad característica, accedió, los demás, al verlo comulgar con regularidad, asimilaron la lección y volvieron a tomar el cuerpo y la sangre de Cristo los Domingos.

Hay una noble acción de Atan omitida en la prensa comunista, que solo menciona y ubica en el hecho a Maestri, que era partidario de los rojos: Los jóvenes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), dirigidos por el matancero José Antonio Echeverría, el 26 de noviembre de 1952, se lanzaron al terreno de juego en el Gran Estadio de La Habana, en medio de un partido de la Liga Profesional, con un cartel donde convocaban al pueblo a luchar contra Fulgencio Batista. Al ser atacados por la policía, Maestri y también Atan, intervinieron para detener la violencia y defender a los muchachos, un hombre con los principios del chino no podía permitir a los represores profanar el recinto sagrado del diamante.

Al irse Batista, Atan cooperó desde 1959 a 1962 en la formación de nuevos oficiales. Se iniciaban las Series Nacionales de Béisbol, pero como el ateísmo y la politización impuestos en la esfera deportiva por los marxistas son inconcebibles para él, desencantado por la nefasta y absurda Resolución 83-A del Instituto Nacional de Educación Física y Recreación (INDER), que eliminó el béisbol profesional en la isla, y a sabiendas de no ser del agrado de los comunistas, decide que es la hora del retiro, llevaba 38 años en las faenas arbitrales. El caballero chino deja la liza, seguro del deber cumplido.

Si el INDER lo ignoró, el pueblo nunca lo olvidó, un día de 1970, un grupo de fieles de diferentes edades, entre los cuales estaba este redactor, de los barrios de Santos Suarez y Luyanó, que asistíamos a una de las sesiones del curso “Tres en treinta”, en la Parroquia de Jesús del Monte, en la Calzada de 10 de Octubre, nos enteramos por uno de los participantes, de que enfrente, en la Casa de la Cultura, estaba Atan, pues la hija iba a cantar allí, todos los presentes cruzamos la avenida y acudimos al lugar para saludar al legendario deportista, incluido el párroco, el entonces sacerdote Monseñor Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal.

A finales del año 1971, se le reconoció como uno de los grandes ampayas cubanos, en el acto de clausura de un torneo del orbe en el “Latino” (11). Allí le fue entregada la placa “Cuba 71, Recuerdo del XIX Campeonato Mundial de Béisbol Amateur, en homenaje a los que durante su vida activa como pelotero representaron a la Patria en eventos Mundiales, Comité Organizador y COC”.

Al cumplirse el Centenario del Deporte Nacional, el 27 de diciembre de 1974, es invitado a arbitrar en el desafío conmemorativo que se efectuó en el epónimo “Palmar del Junco”, cuna del béisbol organizado en Cuba, en Matanzas, su terruño natal. Recibió la placa “100 años del béisbol, Palmar del Junco”, allí, por vez postrera, mostró su estilo preciso y magistral.

En el mítico Palmar del Junco, el estadio de béisbol activo más antiguo del mundo, por iniciativa particular de los amantes del béisbol en Matanzas, se ha recreado el Salón de la Fama del Béisbol, sueño de los incondicionales de este deporte en Cuba (12). El 6 de febrero de 2018 fueron exaltados al renacido Hall, el periodista Reynaldo González Villalonga, el historiador Alfredo Santana, el manager Gerardo “Sile” Junco y el umpire Raúl “El Chino” Atan, personalidades que honran la identidad nacional.

Raúl Atan y Solís, ya no está entre nosotros, el 18 de diciembre de 1980, “sobre el escudo”, como a un guerrero espartano, despedimos al caballero chino-cubano del diamante. Al irse, legó a los tiempos por venir, su ejemplo de espíritu deportivo, de culto al trabajo, de superación constante y de profesión de la fe católica en cualquier lugar y circunstancia.

La intensa vida del chino Atan, caracterizada por el amor a la profesión, la sinceridad, la honestidad y la excelencia en el campo de juego, le otorgan el mérito indiscutible de ser uno de los Ases de la Galería de Inmortales que han enaltecido el béisbol, él supo llevar el nombre de Cuba a otras naciones, es una gloria del deporte cubano, orgullo de Matanzas, la Patria, de Latinoamérica y el Mundo.