Por tercera vez votaré por Trump, pero aunque no existiera Trump votaría por cualquiera que se postulara contra el Partido Demócrata cada día más comunistoide. Y ahora con la camarada Kamala la acaban de defecar.
EL IMAGINARIO ESTANISLAO
Vamos hoy a suponer que en las oficinas centrales del Partido Republicano trabaja como conserje un ancianito de 84 años. Nació en los Estados Unidos y sus padres fueron inmigrantes polacos quienes eran radicalmente anticomunistas.
Ese ideal se lo inculcaron al joven Estanislao Sonolosky el cual hoy,
-muchos años después- se dedica a limpiar los pisos y bufetes en la R.N.C. y realiza allí todo lo que sus defectos físicos le permiten hacer.
El pobre pasa más trabajo que un forro de catre en este menester y es extremadamente respetado por su tesón y patriotismo.
Sólo fue al colegio hasta el quinto grado, nunca ha leído un libro y le cuesta trabajo entender las noticias en los periódicos.
Pero siente un odio tremendo contra el socialismo, contra los dictadores de izquierda y es un formidable defensor de los Estados Unidos, de la democracia, del capitalismo y de todas las causas conservadoras.
Bueno, mis estimados lectores, toda esta larga introducción del imaginario “viejito conserje” es porque creo que llega la hora de que nadie me pregunte más “por quién voy a votar en las elecciones de noviembre”: ¡Voto hasta por Estanislao mejor que por Kamala!
Es decir que sin pensarlo dos veces, repito, yo votaría por el viejo Estanislao, ciego, manco, inválido y analfabeto mejor que por cualquier candidato demócrata. Fíjense hasta que extremo llego yo.
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