Leer un libro durante un largo fin de semana junto a su autor, relajarse en un entorno natural y compartir la experiencia con otras personas es la propuesta de “Remanso”, un retiro de lectura que ha celebrado su primer aniversario y que en 2025 prevé viajar a América Latina.
Por Marina Segura Ramos
El primer retiro se celebró el 18, 19 y 20 de octubre de 2023 de la mano del académico de la RAE y Premio Príncipe de Asturias, Antonio Muñoz Molina, y en 2024 fue su mujer, la escritora Elvira Lindo, quien conversó con sus lectores en Castrojeriz (Burgos, España), una villa de piedra con encanto en lo alto de un cerro.
La idea partió de Miguel Ángel Cayuela, educador, comisario de arte y gestor cultural, tras acudir un retiro de yoga, afirma en una entrevista con una lectora que ha tomado parte en esta experiencia, y Laura Ferrero, escritora y guionista de Isabel Coixet en la película “Un amor”.
Ferrero: Los lectores son la parte más
enriquecedora
Ferrero explica que el trabajo de autor es muy solitario, por lo que el contacto con el público de “carne y hueso” brinda otra dimensión a la lectura.
“Lo que diferencia un retiro así de otras experiencias con lectores es el tiempo, porque habitualmente compartes cápsulas en presentaciones o charlas, los tiempos son más ajustados. Estar dos días enteros rodeada de gente que te está leyendo es bonito”; “se amplía la experiencia de lectura que siempre se hace en solitario”.
No cree en la dependencia emocional del escritor de sus lectores, pero sostiene que “no se entiende su trabajo sin ellos (…). Los lectores son la parte más enriquecedora de mi trabajo porque cuando escribes una historia deja de ser tuya para ser de otra persona; esa persona lee otra historia con lo que te devuelve algo que no habías previsto en un inicio”.
Se respeta la intimidad y el espacio del autor
invitado
Por su lado, el cofundador de “Remanso” explica que la palabra retiro le genera cierto recelo porque “está maleada, monetizada, hay mucha paja y humo, hasta que fui a uno de yoga, me encantó y se me ocurrió esta idea”.
En sus retiros “hay un grupo donde cada uno busca su rincón lector y lee solo, aunque tenga cerca a otras personas. Es la parte bonita, ese acompañamiento estando solo”. El escritor invitado también tiene su espacio “- se respeta su intimidad y sus tiempos”-.
Los participantes llegan el viernes al lugar elegido y el sábado y domingo conversan con el escritor. Su entrega es “total”, asegura.
Cayuela recuerda el encuentro con Sergio del Molino, en el que se leyó su libro más íntimo y galardonado, “La hora violeta”, donde narra la enfermedad y posterior fallecimiento de su hijo Pablo. “Se palpaba -explica- la energía y la emoción” en las conversaciones.
Siempre se elige un lugar enclavado en la naturaleza porque retiro significa “recogerse y necesitamos territorios que nos den ocasión de llegar a “remansarnos”, un verbo que pronunció Muñoz Molina cuando nos visitó. Para remansarse deben concurrir una serie de circunstancias y así salir del día a día y bajar las revoluciones”.
La buena acogida de la iniciativa ha impulsado a sus creadores a querer implantarla paulatinamente en América Latina. En 2025 está previsto hacerlo en Argentina y Colombia.
Hortensia, una sumiller “repetidora”
Hortensia Déniz ha participado en dos ocasiones, con Antonio Muñoz Mollina y Marta Carnicero, y ya está preparando su tercera incursión en “Remanso”.
“Es una experiencia inigualable (…); se establece un microclima contigo misma y con el resto del grupo y sinergias muy importantes porque ya estás predispuesta a que va a ser un fin de semana de bastante silencio, de relajación absoluta, en el que te olvidas de todo. A veces es muy emocionante”.
Lo único que hay que hacer -continua la sumiller- es leer, comentar el libro si quieres, pasear y comer. “Es un “planazo” porque la vida no te suele permitir esto”. “Tienes que hablar poquito, no es un acto social, allí todo es calmado”, enfatiza Hortensia.
A los retiros acude una gran diversidad de perfiles, desde un juez y un alto ejecutivo a un mecánico, una auxiliar de enfermería, una profesora de inglés o la propietaria de una pequeña tienda, aunque abundan los mayores de 45 años dado que tienen un poder adquisitivo mayor. Los impulsores de la iniciativa están pensando en fórmulas que permitan atraer a un público más joven.
El manifiesto de “Remanso” propugna una vuelta a la calma para “encontrarnos con todo el tiempo del mundo. Para alimentarnos de otras vidas, del silencio, del tacto del papel. Deteniéndonos en la lentitud de la palabra. Un retiro en clama. Un remansolector”.
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