En el Aeropuerto de Tamiami la Brigada de Asalto 2506 este año tendrá una ceremonia anual especial que honrará la memoria de los pilotos, cuatro de ellos norteamericanos, 10 cubanos y a dos mecánicos, quienes se destacaron por su heroísmo en la batalla de Bahía de Cochinos.
Allí ahora –según Frank De Varona– se construyó un bello Mural grabado en bronce que honra la memoria de estos patriotas y héroes pilotos muy jóvenes que lo dieron todo por la libertad de Cuba, una patria que no era la de ellos, pero que la amaron y por eso fueron allí a luchar.
Estos valientes jóvenes fueron los siguientes: Pilotos cubanos: Crispín García, Daniel Fernández Mon, José A. Crespo, Gastón Pérez, José Antonio Fernández Rovirosa Eddy González, Osvaldo Piedra, Raúl Vianello, Lorenzo Pérez-Lorenzo, González Romero y Julio Acosta Ruiz. Mecánicos de la Fuerza Aérea quienes murieron peleando en tierra: Julio Caballero González y Julio Acosta Ruiz. Pilotos estadounidenses del Alabama National Guard: Thomas “Pete” Ray, Leo Baker, Riley Shamburger y Wade Gray.
Frank De Varona, recuerda que el capitán Amado Cantillo fue presidente de Cuban American Pilots Association o la Asociación de Pilotos Cubanos (CUPA), todos hombres jóvenes que lo dieron todo por la libertad de Cuba.
Frank De Varona dice que el capitán Amado Cantillo decía: “Vengo al monumento varias veces por semana para asegurarme que todo esté en orden. Al llegar siento una paz muy grande, tan grande que al mirar esas fotos me pongo a rezar por ellos. Siento tanta paz aquí como cuando voy a una iglesia”.
Frank De Varona continúa el relato y mencionaba que el capitán Cantillo aseguraba que no era fácil mantener ese monumento”. Requirió de mucho trabajo y gastos, pero gracias a la ayuda de voluntarios, tales como el capitán Flaquer, capitán Perón, y otros fallecidos como Julio Pestonit y Julio González Rebull, Víctor López, Manel Menéndez, Jose “Pepe” Cancio, se ha podido mantener durante los últimos años.
“Pero es nuestro deber estar de guardia aquí y buscar los recursos necesarios para su mantenimiento. Ellos se lo merecen todo porque fueron unos grandes luchadores cuyo objetivo primordial fue devolverle a Cuba la libertad”, expresó Frank De Varona.
Continúa el relato Frank De Varona y manifiesta que el capitán Cantillo expresó “que miembros de la Marina de la Brigada rescataron a 17 brigadistas después del hundimiento del Río Escondido y a 36 brigadistas después de ser derrotados”.
De Varona recordó que Cantillo dijo “que él, quien era un hombre rana en Playa Girón, fue uno de estos valientes brigadistas que varios días después del fracaso junto a Gray Lynch estuvo buscando a soldados de la brigada que intentaban escaparse del gran cerco de miles de soldados del Ejército Rebelde y las milicias castristas”.
De Varona rememora que el capitán José A. Crespo, esposo de la fallecida Leonor Portela, fue el piloto de un B-26 llamado Puma I. “Iba el capitán Crespo acompañado por su copiloto Lorenzo Pérez-Lorenzo y su avión atacó una gran columna enemiga de 968 soldados del 339 Batallón de Milicias de Matanzas que avanzaba hacia Playa Larga”.
“Junto –añadió De Varona– con otro B-26 de la Brigada llamado Puma II, a cargo del piloto capitán Osvaldo Piedra y el copiloto José A. Fernández Rovirosa, mi primo de Camagüey, abrieron fuego con los B26 que tenían las ocho ametralladoras calibre.50 y descargaron sus bombas y cohetes contra el enemigo”.
“Este ataque aéreo salvó las vidas de muchos brigadistas que también disparaban desde Playa Larga contra el 339 Batallón de Milicias de Matanzas. Solo unos pocos de este batallón sobrevivieron. Fidel Castro llamó el 339 Batallón de Milicias de Matanzas el “batallón perdido”, relató lleno de emoción De Varona.
“El B-26 de Osvaldo Piedra y José Fernández Rovirosa fue derribado por un Sea Fury y por el piloto de la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR) Álvaro Prendes que volaba un T-33 jet. Los dos patriotas murieron. Él Sea Fury y el T-33 de Prendes atacó el B-26 del capitán Crespo destruyendo el motor izquierdo de su avión y dañando la mayoría del equipo de navegación”, añadió.
“Muchos años después, Prendes, como otros pilotos que atacaron y mataron a muchos brigadistas entre ellos del Pino, desertaron y murieron en Miami” relató Frank De Varona.
“José Crespo voló su B-26 averiado rumbo a la base de la Fuerza Aérea de la Brigada llamada Happy Valley en Puerto Cabezas, Nicaragua. A unas dos horas de Cuba le notificó al capitán Eduardo Ferrer, quien volaba en otro B-26 de regreso a Nicaragua, que su avión estaba perdiendo velocidad y altitud y que pronto tendría que aterrizar en el mar”, contó Frank De Varona.
“El padre Cipriano Cavero, quien era el capellán de la Fuerza Aérea, le había rogado al capitán Ferrer que le dejara acompañarlo a Bahía de Cochinos en su avión. Cuando el padre Cavero oyó la situación desesperada del B-26 del capitán José Crespo y su copiloto Lorenzo Pérez-Lorenzo, les preguntó si querían que los confesara. Ambos dijeron que sí y fueron confesados por el radio”, narró esta bella anécdota De Varona.
“Un tiempo después, el capitán Crespo le dijo al capitán Ferrer que la situación estaba empeorando y que se encontraba a unos 300 o 400 pies de altura y que probablemente tuviera que aterrizar en el mar en dos o tres minutos”, agregó Frank De Varona.
Ferrer le dijo lo siguiente: “Dios los bendiga. Espero que todo salga bien. Tú has sido muy valiente y también tu copiloto. Trataré de buscarlos a ustedes mañana. Avísame antes de aterrizar en el agua”. Unos 10 minutos después oyó a Crespo decirle por el radio: “¡Aterrizando en el agua!” “Al día siguiente el capitán Ferrer y otros aviones regresaron al área donde el B-26 del capitán Crespo se había estrellado y no pudieron encontrarlos, manifestó De Varona”.
“Algo grande fue que Humberto “chino” Argüelles recordó la inmensa alegría de ver estos dos B-26 de la brigada atacar a las tropas de Castro que avanzaban rápidamente hacia ellos en Playa Larga y su inmensa tristeza al ver uno de ellos ser derribado y el otro ser ametrallado”, expresó De Varona con palabras tristes.
“Todos los días cerca del 15 de abril también se rinde tributo y se honra a todos los mecánicos y los pilotos que sobrevivieron la gloriosa gesta de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506 y a todos los brigadistas que lucharon en Bahía de Cochinos por la libertad de Cuba”, insistió Frank De Varona.
“Igualmente se honra al Grupo Makasi de pilotos y mecánicos, quienes en su mayoría eran de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506 y lucharon contra las tropas dirigidas por el Che Guevara en el Congo. Después de muchos años de enorme e infatigable esfuerzo, el monumento se inauguró en el año 2010 en honor a la Fuerza Aérea de Liberación de la Brigada de Asalto 2506”, recordó con nostalgia De Varona.
“El Capitán Amado Cantillo y el Capitán Eduardo Ferrer, quienes descansan en la Paz de Dios en el Cielo, lucharon durante muchos años, junto con otros pilotos de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506 y brigadistas, por levantar este bello monumento que honra a los valientes pilotos y mecánicos muertos en combate luchando por la libertad de Cuba”, dijo al referirse al monumento en el aeropuerto de Kendall.
“El Monumento a los Pilotos Brigada 2506 tiene una enorme columna con una placa de bronce con los nombres de los 14 pilotos que dieron sus vidas por la libertad de Cuba. Diez de los héroes pilotos eran cubanos y cuatro estadounidenses”, describió Frank De Varona.
De Varona se refirió a Gray Lynch, miembro de la CIA y quien fue el primer hombre en desembarcar en Playa Girón, escribió un libro, Decision for Disaster: Betrayal at the Bay of Pigs (Decisión para el Desastre: Traición en la Bahía de Cochinos), publicado en 1998.
Grayston L. Lynch, héroe del movimiento anticastrista por su liderazgo en Bahía de Cochinos, murió el 10 de agosto de 2008 a los 85 años en Tampa. Fue veterano de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea, herido en ambas.
De Varona también destacó que Gray Lynch mintió sobre su edad y se alistó en el Ejército a los 15 años en 1938 en el 5to de Caballería. Posteriormente desembarcó en Omaha Beach durante la invasión de Normandía en junio de 1944 durante la Segunda Guerra Mundial, donde una granada de mano le llenó el cuerpo de esquirlas.
Durante la batalla por Bélgica un obús le destrozó la pierna derecha. Sirvió con las fuerzas especiales en Laos y Panamá antes de retirarse como capitán en 1960. Lynch entonces se unió a la CIA y, reclutaba personal para la Brigada 2506.
Gray Lynch hizo el primer tiro del asalto de tres días, a un Jeep que enfocaba sus luces sobre los hombres rana de la Brigada 2506 que llegaban a Bahía de Cochinos, y entonces regresó a su barco y derribó dos aviones de guerra cubanos. Después de la batalla, Lynch continuó dirigiendo desde Miami operaciones clandestinas contra la isla hasta 1967.
Según De Varona Lynch estuvo a cargo de las misiones secretas a Cuba de la CIA. En total, Lynch supervisó 2,126 misiones y participó directamente en 113. Cantillo y la hija del piloto norteamericano que murió peleando Peter Ray, Janet, dijeron que Karen fue la razón por la que Lynch vivió tanto, mucho más de lo que su mala salud hubiese indicado.
Por último, según Frank De Varona, explicó que todos los presentes que estarán allí en el acto tan patriótico y brillante de historia estarán parados frente a la bandera cubana más grande de Cuba.
0 comentarios