El próximo primero de enero, el pueblo de la sufrida patria cubana despertará a otro día más de escasez y penurias, de breves alumbrones y masivos apagones con muchas horas o días sin fluido eléctrico, sin víveres en sus alacenas, sin frío o contenido alguno en sus frigoríficos, sin alimentos para sus hijos, sin recursos ni dineros, sin vida digna o legítimas aspiraciones en un país plagado de epidemias que, hasta 1958, fue próspero y moderno como muy pocos en el mundo, disfrutando de una moneda dura al par del dólar, clínicas avanzadas y al alcance de todos, y una sólida economía diversa de corte capitalista.
El primero de enero, —otro luctuoso aniversario del arribo del horror, el hambre y la opresión—, los repulsivos gérmenes comunistas que desgobiernan a nuestra abnegada patria celebrarán un aniversario más de la fundación del lodazal pestilente que ellos crearon, iniciado por el “Elfo del Mal” Fidel Castro Ruz, y su depravado aquelarre.
Otro aniversario más del oprobio. Otro aniversario más del atropello, de la injusticia, del robo indiscriminado, del terror institucionalizado.
Otro aniversario más del triunfo de la engañosa revolución encabezada por la bestia diabólica que bajó de la Sierra Maestra henchida de odio y venganza para acabar con Cuba, para destrozar a las familias cubanas y sumirlas en luto, carestías, desesperación y éxodos; para sofocar la sonrisa espontánea y la alegría contagiosa; para diluir la ingenuidad y la nobleza del pueblo cubano, para terminar con su felicidad y su tranquilidad, y robárselo todo a todos, ilícita y descaradamente, fusilando a miles de inocentes, y encarcelando a miles y miles más en las lóbregas ergástulas del Castro-comunismo, descendido ahora hacia un nuevo y vergonzoso nivel que le ha convertido en una vulgar y soez mafia, traficante de estupefacientes, esclavizante de seres humanos y promotora de todas las indignidades y bajas pasiones imaginables. Otro aniversario más del día en que el “Elfo del Mal” comenzó sus incendiarias diatribas para avivar la división entre todos los cubanos, su fatídica faena en “el sembradío del odio”.
Otro aniversario más del fango y la podredumbre; de la miseria total y el gocho proceder de la inmoralidad, la promiscuidad y la perversidad. ¡Otro aniversario más del desastre total!
Aquel zorro maligno disfrazado de mansa ovejita que prometía desde la Sierra Maestra que la revolución triunfaría para devolver la democracia y la libertad al pueblo cubano, para restituir de inmediato la luminosa “Constitución de 1940”, para terminar al fin con la dictadura de Batista, en realidad sólo ansiaba quitar a Batista para ponerse él, para iniciar una verdadera dictadura mil veces peor —¡una real tiranía!— luego de traicionar a todos los buenos cubanos que con credulidad le apoyaron hasta lograr el triunfo, jugándose sus propias vidas en beneficio del ridículo “simulacro de guerrillero” escondido a muy buen resguardo en las montañas, para que finalmente pudiera erigirse como el gran ladrón que era, el cínico déspota totalitario que saquearía, hundiría por completo y destrozaría a la floreciente República de Cuba y a su laborioso pueblo, a fin de entregarla en bandeja de plata a la Unión Soviética y transformarla en un títere político de la Internacional Comunista, denigrándola al nivel de terrorismo de estado existente en Corea del Norte; pero, además, con el “progreso” de la desdichada República de Haití, ¡la nación paupérrima del Continente Americano! Y todo, con la aviesa intención de perpetuarse en el poder absoluto. ¿Elecciones para qué? —Vociferó más tarde el que prometió elecciones generales libres a los seis meses del triunfo de la revolución, cuando aún estaba en la Sierra Maestra engañando impúdicamente a la nación. Fidel Castro Ruz fue desleal a todos los que le apoyaron; mancilló la dignidad patria con los ominosos paredones de fusilamientos; mintió desbocadamente una y otra vez, con el apoyo de las masas ignorantes del país y una gavilla de nefarios como él, envidiosos, vengativos, acomplejados, mediocres, resentidos, fracasados, vagos, ladrones, criminales… Buscó y encontró su nociva identidad en miles de pútridas cepas, como la suya. ¡Y acabaron con Cuba desde enero 1ro. de 1959!
Felipe Lorenzo
Hialeah, Fl







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