ORGULLOSO DE MI LUCHA

4 de marzo de 2025

Desde el primer día en el exilio choqué con el terrible dilema de desear fervientemente participar en la guerra armada contra la tiranía castrista y al mismo tiempo ver que esa lucha apenas existía.

A todo cubano que me encontraba ingenuamente le preguntaba: “¿Dónde están las oficinas para inscribirme y poder participar en otra invasión como la de Playa Girón?”

Nadie sabía, a nadie le interesaba eso, todos los que me encontraba estaban desesperados y abrumados en la busca de un empleo para subsistir.

Gracias a Dios surge en Octubre la Crisis de los Cohetes en Cuba y miles nos alistamos en el US ARMY creando unas “Unidades Cubanas” en Fort Knox y Fort Jackson.

Al llegar Kennedy y Nikita a un acuerdo cada uno de nosotros fuimos licenciados honorablemente y enviados a nuestras respectivas casas.

Ante mí se presentaron tres opciones: Los ataques comandos de Alpha 66 dirigidos por Eloy Gutiérrez Menoyo, los campamentos en Nicaragua de Manuel Artime, y la Junta Revolucionaria Cubana  (Jure) promovida por Manolo Ray y Rogelio Cisneros.

Opté por la “Jure”, me enseñaron telegrafía (único medio de comunicarse con el exilio tras infiltrarse en Cuba) y unos meses después me nombraron “telegrafista” del buque madre.

Venus que llevaría a Vicente Méndez, Edel Montiel, Jorge Riopedre, Humberto Solís, a desembarcar en Cuba, con los cuales logré una gran amistad.

Al fracasar el “Jure” pregunté: “¿Dónde están Vicente, Edel y los gloriosos guajiros sobrevivientes de la lucha en El Escambray?” Me dijeron: “Están en la casa de Carlos Zarraga”… Y para allá me fui.

Al fracasar de nuevo la gestión Mercedes y Joaquín Bin me enviaron el pasaje para California.

Para luchar contra los comunistas en ese izquierdista Estado formamos La Juventud Cubana de Los Ángeles junto a Alberto Barco, Carlos Hurtado, Carlos Fandiño, Joseph Garcell, Andy Campillo, Saúl Menéndez los hermanos Gaviña, Franklin Denis, Milton Sori, Héctor Casanova, Pepito Martínez Alegría.

En 1967 nace mi primera hija, comienzo a trabajar en la compañía de Teléfonos “Pacific Bell” y sale a la luz pública mi primera columna periodística en La Prensa de Los Ángeles titulada La Nota Breve. Casi 60 años escribiendo contra el régimen castrista sin parar.

A pesar de mis años sigo listo para la lucha, y aunque ya no sirva como soldado, me brindo para que los combatientes utilicen mi cuerpo como escudo para protegerse.

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