Miguel Aceves Mejía

Written by Libre Online

30 de mayo de 2023

Por Don Galaor

Fotos de Charlie Seiglie (1956)

Miguel Aceves Mejía es uno de los pocos artistas que el público cubano no ha olvidado y ya va para cinco años que estuvo en La Habana, ¿se acuerdan? Amado Trinidad, el inolvidable magnate de RHC– Cadena Azul. Lo había traído especialmente contratado para cierto programa estelar por el que habían desfilado estrellas continentales de mucho renombre.

Aceves no era precisamente en aquellos momentos una personalidad famosa, pero su voz era familiar a los aficionados de la canción ranchera. Los discos que registraban sus creaciones populares estaban. En todas las victrolas y en los tocadiscos hogareños es fácil presumir que con su presencia haya logrado afianzar su prestigio de intérprete simpático y, lo que es más extraordinario, que después con su ausencia no haya decaído en el ánimo de los admiradores el sincero afecto que logró conquistar.

Por eso ahora, con el estreno de la película “Tú y las Nubes”, se ha movilizado una intensa campaña alrededor del popular cantante.

–¿Dónde está Aceves Mejía?

Preguntamos en el mismo aeropuerto de México Seiglie y yo.

–¿Aceves Mejía? Pregunta el periodista mexicano a quien le hicimos la pregunta.

–¿No lo conoces?

–¡Sí mano! ¿Quién no conoce a Aceves Mejía en México? Pero, es el caso que… la verdad, no debe estar en la ciudad, porque hace mucho tiempo que no oigo nada de él.

Nos miramos con desaliento el fotógrafo y yo.

–¿No estará en algún programa de radio?

–No sé.

–¡Ah! Entonces ¿tú no oyes radio?

–¿Ni ves televisión?

–¡No tengo tiempo!

–De esta forma, no es posible que sepas de Aceves Mejía.

–Sí. No es posible…

–Pero sabrás dónde vive, ¿verdad?

–Eso sí, mano.

–Pues ya eso es algo. ¿Nos llevas?

–¿Ahora?

–Mañana mejor. Ahora quisiéramos ir al hotel. Descansar. Orientarnos por México. Mañana le dedicaremos el día.

–¿Y si no está en México?

–Tiene que estar. ¿No ves que hemos venido desde La Habana a entrevistarle?

Por la noche nos dimos a nuestro acostumbrado recorrido por los teatros y cabarets de ciudad México en busca de novedades. La fama de un organista ciego que hace hablar las notas musicales del órgano nos llevó al teatro “Iris” y, en efecto, en un palco estaba Miguel Aceves Mejía.

El cómico Palillos, lo hacía reírse a carcajadas. Tuvimos que esperar que el telón cayera tras veinte minutos de risa constante para hablarle al famoso artista.

–¡Con mucho gusto, cómo no!  ¡Les espero mañana en mi casa!

Y ahí está la información gráfica de la casa del cantante.

Aceves Mejía se ha hecho fabricar una casa de acuerdo con sus aficiones y su carrera en un amplio despacho y estudio de música, a la vez, conserva los trofeos que ha ganado en una estantería que cubre todo un testero. En el otro testero ha colgado los tres discos de oro que su popularidad le ha proporcionado. Cada disco representa más de un millón de grabaciones vendidas.

En contraste con su afición al tiro de pistola, además del campo de tiro, se ha mandado fabricar una capillita y la casa la ha rodeado de jardín para que su pequeña Angelita tenga donde jugar.

En un pabellón del jardín nos sentamos.

–Yo nací en Chihuahua, me dice Miguel Aceves, de una familia en la que el arte ha sido cultivado en todas sus manifestaciones. Le digo esto porque así le será fácil comprender que yo haya crecido en una atmósfera propicia a cualquier profesión artística.

–¿Por eso se hizo cantante?

Por eso y porque nací con la afición, mis parientes más cercanos son todos compositores, intérpretes y hasta fabricantes de instrumentos.

–¿Dónde debutó?

–En Monterrey y fue un debut de prueba. Si el público no se mostraba entusiasmado con mis canciones, estaba dispuesto a dedicarme a otra cosa.

–¿A fabricar instrumentos, por ejemplo? 

–¡Dios sabe lo que hubiera sido de mí!

–Pero debió ser muy entusiasta la aceptación, a juzgar por los trofeos conquistados y los bienes adquiridos.

–Es verdad, aquellos primeros aplausos decidieron mi carrera. Fue un impulso que todavía me dura.

En efecto. Cinco “Arieles” le fueron entregados en años sucesivos, como el intérprete más destacado. Las canciones que le proporcionaba ese galardón que viene siendo el Óscar de los críticos mexicanos son las tituladas: “Ya se va la embarcación”, “Tú, solo tú”, “Ella”, “El Rebelde” y “Tú y las Nubes”.

Tan pronto se afianzó su fama en el continente, el cine lo atrajo y desde 1950 son muchas las películas en las que ha intervenido como cantante y como actor.

Hombre sencillo de carácter modesto. Aceves Mejía es de esos artistas que se conquistan amigos con solo cruzar cuatro palabras. Viste con elegancia, fuma aromáticos tabacos

–¿Son cubanos? 

–¡Pues claro!

Es hombre de hogar que ama a su esposa y adora a su hijita. Cuando no está filmando o actuando algún programa nocturno, va al teatro.

Cuando le digo que en Cuba lo sigue recordando el público, sonríe complacido.

–¿De verdad?

–Casi todas las semanas se reciben cartas de todos los puntos de la República, inquiriendo noticias de usted. Si va usted ahora a La Habana, puede constituir un gran suceso. 

–¡Pero yo sí quiero ir!

–¿Y por qué no va?

–Pues, estoy esperando la oferta que me haga dejar lo que tengo en México y darme un salto hasta allá.

Seiglie insiste en retratarlo con su pistola, una pistola que parece una ametralladora por su tamaño. 

Hecha esta fotografía, nos despedimos. Aceves Mejía nos acompaña hasta la puerta del jardín.

–¿Van a estar mucho tiempo en México?, nos pregunta.

–Depende. Si puedo mandar esta información a tiempo de ser publicada dentro de dos viernes, nos quedamos.

–Pues si se quedan avísenme, almorzaremos juntos. 

–Muchas gracias.

–Y no se olvide de decir a mis amigos de Cuba que yo también pienso mucho en ellos y que estoy deseando volver allá porque, ¡de verdad mano! he sido muy feliz en La Habana, tienen ustedes una tierra maravillosa.

–Muchas gracias otra vez.

Aunque todavía estoy escribiendo en México estas impresiones de mi visita a la casa de Aceves Mejía no le hemos buscado para almorzar el rico mole. Cuernavaca, Taxco y otra vez la gran ciudad, nos ocuparon el tiempo. Pero ahí están admiradores y admiradoras de Aceves, todo cuanto de él esperaban queriendo saber desde que se fue hace cinco años con su voz de ranchero puro y su guitarra de intérprete cabal.

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