Ahora que pasamos Semana Santa, es muy fácil recordar aquellas las Primeras Palabras de Jesús en La Cruz:
-Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Esa petición al Padre por los que allí lo crucificaban incluye a mí y a ti y a todos a los que Cristo vino a liberar de la culpa. Como Putin y esos otros que matan inocentes y destruyen ciudades, hay muchos otros que nunca han tirado una granada porque lo que han tenido en su mano de lanzar, es solo un gollejo de naranja, y eso han lanzado.
Es decir: que cuando Jesús dijo, no saben lo que hacen, se refería a nosotros todos, los tenidos por mansos y los tenidos por cimarrones.
Lejos de ese Jesús Hijo de Dios y que ya está en el Cielo junto al Padre, como rezamos en El Credo Católico, aquí en la tierra, en Calcuta, esa monjita albanesa que todos conocimos, recogía con sus muchachas a todos aquellos pobres seres humanos tirados en parques y calles, desamparados.
El cariño de estas monjitas no distinguía entre esos infelices, a buenos de malos. Todos estaban necesitados de la compasion de Dios y de ellas.
José Tiberio Castellanos
Miami, Fl.
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