Había una vez un rinoceronte que estaba descontento con los búfalos que tenía que llevar a cuestas, aunque no eran pesados, le molestaban porque las hembras a las que quería conquistar en lugar de ponerle atención a él, le elogiaban todo el tiempo a sus pájaros.
En una ocasión el paquidermo se hartó del insaciable apetito de las aves que, además, lo hostigaban chupándole la sangre de sus heridas cuando las tenía. Dispuesto a librarse de ellas las echó a todas y les dijo que ya no las necesitaba.
Pasó el tiempo y el pobre animal se llenó de garrapatas, escarabajos y demás bichos que se daban la gran vida con la piel desprotegida del pobre cuadrúpedo. Recapacitó y fue en busca de sus colaboradoras, pero éstas ya no quisieron volver y se tuvo que resignar a llevar una existencia paupérrima y degradante.
Murió pronto porque contrajo infecciones muy fuertes y ni siquiera los chacales o los buitres tuvieron el valor de acercarse a su cadáver.
Moraleja: No desprecies el cuidado que te brindan tus allegados y perdona las faltas que puedan tener, pues tal vez tu condición no sería la misma si ellos te faltaran.
Mensaje Inspiracional. La falsa cocinera que aprendió a preparar crepas
La gallina sabía que ninguno de los animales de la granja la ayudaría a preparar las crepas, por eso iba directamente a los corrales, estanques y chiqueros y pedía ayuda, al obtener la respuesta negativa sonreía satisfecha y volvía a su gallinero para ponerse a descansar.
Cuando los curiosos, después de media hora, iban a preguntarle por las crepas, ella decía que ya se las había comido. Sucedió que un día la cerdita se ofreció a ayudarle, pero cuando estaban cocinando se dio cuenta de que la gallina desconocía por completo la receta. Así que se marchó.
Pero la gallina, entretenida como estaba, no se percató de la llegada de los demás animales que ni faltos ni perezosos empezaron a comerse las crepas, pero no les gustaron para nada y se retiraron criticando a la cocinera. Desde ese día la gallina se prometió a sí misma prepararlas bien. Lo logró pronto, pero ya nadie quiso probar su comida.
Moraleja: Es malo hacer juicios a priori porque las circunstancias podrían cambiar, sin embargo, los juicios anticipados pueden servir de obstáculo para apreciar las cosas.
0 comentarios