Todos aquellos cubanos que recordamos aquellos tiempos de odio en 1960 cuando veíamos camiones llenos de niños gritando: “Cuba Sí, Yankis No”, rencorosas y fanáticas consignas que un solo hombre ayudó a infundir.
Cientos o miles de niños que habían sido sacados de sus hogares para ser llevados a escuelas de adoctrinamiento en Minas del Frío (16 km al oeste del Pico Turquino) en la Sierra Maestra para recibir enseñanzas afines a Satanás.
El miedo se había adueñado de Cuba. Los padres podrían perder la patria potestad. Quizás los niños serían enviados a la Unión Soviética tal como había sucedido en España entre 1936 y 1939. Los rumores corrían. (Se denomina Niños de Rusia a los miles de menores de edad enviados al exilio durante la guerra civil española desde la zona republicana a la URSS, más de 3,000 de ellos compuesto mayoritariamente por vascos y asturianos).
El 4 de febrero, 1960 llegó a La Habana el primer ministro Anastas Mikoyan para firmar diferentes acuerdos con FC, realmente eran convenios de obediencia al imperialismo soviético.
Luego el 13 octubre del mismo año hubo un robo enorme de propiedades de todo tipo, más de 400 empresas pasaron a propiedad de FC y comenzaron a llegar armas rusas.
Desde un extremo a otro de la Isla el miedo se expandió, el mayor temor y la gran preocupación era salvar a los hijos.
En Miami, era noviembre de 1960, el sacerdote Bryan Walsh se encontró en su oficina, con un cubano de 15 años, llamado Pedro (Martínez o Menéndez). Lo llevaba un familiar, que había recibido al adolescente, pero no tenía recursos para continuar manteniéndolo. El hombre iba a pedirle que ayudara al niño a encontrar un buen hogar. Walsh asoció al muchacho con otros menores que había visto en los refugios de Miami: ya había muchos Pedros.
Hiram H. Ruston (1869-1946) fundó en La Habana en 1920 la Academia Ruston situada en la calle 190 y la 25 de Avenida del Country Club de Marianao. Desde 1944 James D. Baker era el director de la Academia.
En el otoño de 1960, Baker recibió una petición del padre de un alumno. ¿Podría el señor Baker conseguirle una beca en EE.UU. para sus dos hijos? Baker sabía que el padre estaba muy comprometido en movimientos opuestos a Castro. El señor solamente continuaría con su participación en actividades contrarrevolucionarias de estar seguro de que sus hijos estarían afuera de toda represalia.
“Provisto con los nombres de 15 a 20 niños que él sabía necesitaban salir del país, Baker planeó un viaje a Miami para hablar con un grupo de hombres de negocios estadounidenses acerca del problema de los niños cubanos y buscar ayuda financiera para establecer una escuela en Miami”.
Para recibir una visa de estudiante, de los EE.UU., era necesario presentar pruebas de que el niño había sido admitido en una escuela del país. Baker fue a ver a la señora Agnes Ewald de la escuela secundaria Coral Gables High School y entre ambos pusieron en práctica un plan por el cual él le daría nombres a ella, y ella, a su vez, conseguiría los
documentos. Con estos documentos, la embajada de los EE.UU. en La Habana podía extenderles las visas de estudiantes a los niños. Las valijas diplomáticas de la embajada transportarían los documentos sin peligro.
El complot básico de sacar a los niños de Cuba ya estaba puesto en marcha.
Baker pudo reunirse con comerciantes estadounidenses, muchos de los cuales habían sido echados de Cuba por el gobierno y cuyas empresas habían sido confiscadas por Castro y uno de ellos le sugirió: “que hablara con el padre Bryan O. Walsh, que dirigía la Beneficencia Católica o Catholic Welfare Bureau (el CWB)”. El padre Walsh, un sacerdote que también estaba preocupado por los niños cubanos, podría conocer algún lugar que sirviera para establecer la proyectada escuela. El señor Baker y el padre Walsh se conocieron el 12 de diciembre de 1960.
En esa reunión, crearon las bases para donaciones privadas, como la de Esso Standard Oil (una empresa estadounidense) y Shell Oil Company (una empresa británica). Miembros de la ex Cámara de Comercio de los EE.UU. en La Habana, ahora en el exilio, se unieron al esfuerzo de recaudación de fondos y ayudaron con el intercambio de documentos y cartas a través de la valija diplomática.
La administración del presidente Dwight D. Eisenhower había prometido proveer fondos ($100 por cada niño) para admitir a niños cubanos en EE.UU. si un organismo no gubernamental se hacía responsable de ellos hasta que pudieran volver a Cuba o hasta que sus padres pudieran venir. ¿Podría ayudar él?
“Yo sabía que podía ofrecer mi cooperación. Incluso podía buscar solución para los niños protestantes y judíos a través de organismos que respondieran a su fe religiosa”, dijo el padre Walsh.
El Departamento de Estado le telefoneó: EE.UU. admitiría a 200 niños hasta la edad de 18 años que vinieran solos si él aceptaba la responsabilidad. Al responder afirmativamente, queriendo salvar a 200 niños del torbellino de una sociedad que se estremecía hasta sus cimientos, el padre Walsh se internaba en un proceso que habría de influir en miles de vidas.
Los dos primeros niños llegaron a Miami el 26 de diciembre de 1960. Unos días más tarde, el 3 de enero de 1961, EE.UU. rompió relaciones con Cuba. Nuevamente, el Departamento de Estado llamó al padre Walsh: “una carta firmada por él sería aceptada como permiso equivalente a una visa”.
“Así nacieron las Visas Waiver”, explicó el sacerdote católico Bryan Walsh.
La frase mágica, “Visa Waiver”, corrió por Cuba a la velocidad del sonido y los 200 niños y adolescentes inicialmente programados se convirtieron en 14,048, que estuvieron llegando hasta el 22 de octubre de 1962.
Se estableció una red que llegó a toda la Isla. En el centro de esta red estaba la señorita Penny Powers, ciudadana británica. Otros nombres incluyeron a Francisco (Pancho) Finlay y su esposa Bertha de la Portilla, el dentista Sergio Giquel Echevarría y su esposa Serafina Lastra, Sara del Toro de Odio, Ramón y Leopoldina (Polita) Grau Alsina, Albertina O’Farril de la Campa (pasó 14 años en prisión antes de ser exiliada). También en la red encarcelada con ellos en 1965 estaban Nenita Caramés (apellido de soltera Gloria Álvarez), Alicia Thomas, Hilda Feo Sarol, Nena Nietze, Estrella Arián, Margot y Julia Calvo, participantes todas en la Operación Pedro Pan.
Tanto Ramón “Mongo” Grau (1922-1998) como su hermana Polita (1915-2000) recibieron condenas de 30 años, Ramón cumplió 22 y Polita 14. Penny y Berta eran profesoras en la Academia Ruston.
Los nombres en la base de datos estaban en lo que los historiadores de la Operación Pedro Pan llaman “el Registro del Aeropuerto”’, una lista escrita a mano de los nombres de los niños que acopió Jorge (‘‘George») Guarch, cubano exilado que la Iglesia Católica contrató para recibir a los niños en el Aeropuerto Internacional de Miami y ayudarlos con los documentos.
Cuando llegaban a Miami, los niños eran ubicados en distintos albergues de la zona: Matecumbe, Kendall, Opa-locka, Florida City. Los 7,464 niños a quienes nadie esperaba fueron reubicados en hogares adoptivos, internados y orfanatos en un centenar de ciudades de 35 estados, algunos muy diferentes del paisaje de Cuba. 6,584 fueron recibidos por familiares, amigos o buenos samaritanos.
Según Yvonne M. Conde, autora de un libro sobre esta historia, el reportero del Miami Herald, Gene Miller (1928-2005) fue quien le puso nombre a toda esta historia en su artículo en 1962, refiriéndose por primera vez al esfuerzo «Pedro Pan», tomando prestado de la conocida historia. de Peter Pan, que también voló sin la compañía de sus padres.
Una de esas niñas que lograron escaparse de las garras del totalitarismo castro comunista fue Marisela una niña de 12 años, que después de muy poco tiempo nos haría feliz con sus canciones llenas de cubanía.
Marisela “Verena” Fernández Jiménez nació el 1° de septiembre de 1949 en Pinar del Río. Su madre María Florinda Jiménez Fuego era maestra de Artes Plásticas y su padre Carlos Fernández, concejal por el partido Liberal y presidente del Ayuntamiento.
Su enseñanza primaria en Pinar del Río fue en el Colegio Inmaculado Corazón de María situado en la calle Maceo #18 Este. En la relación de todos los Pedro Pan pude encontrar que Georgina T. Fernández Jiménez (1945-2023) su hermana mayor llegó a Florida City a la casa de Sixto el 11 de febrero de 1962.
Su hermano Carlos F. Fernández Jiménez (1947) llegó a Matecumbe el 18 de mayo de 1962 y Marisela llegó a Florida City a la casa de Aguirre el 1° de julio de 1962.
Por tanto, los tres hermanos fueron parte de la Operación Pedro Pan.
Marisela habla y siente como si nunca se hubiese ido de su tierra pinareña, pero es que desde que tenía tres o cuatro años cuando llegaba a cualquiera de las casas de la familia, Marisela era el centro de la diversión, porque a tan temprana edad ya hacia cuentos y chistes.
Marisela continuó sus estudios en Iowa donde fue reubicada por la Oficina de Bienestar Católico y allí agarrada de sus cuerdas vocales y de su ingenio, cantaba tanto en la escuela como en las fiestas.
Luego de pasar su enseñanza superior matriculó en la Universidad de Miami. Estudió arte, pintura y cerámica con mucho éxito, además se involucró en el teatro. Estudió piano, violín y después guitarra, en esa etapa descubrió que su pasión era la música. Como incipiente cantautora desde principios de los 1970, vivió en Miami, España, Venezuela, llegó en 1971 a su querido Puerto Rico, donde perfeccionó su arte, en clubes bohemios. La música pop común y corriente, no la atraía y sentía más afinidad por la canción poética con mensaje social, un género no muy favorecido por la industria disquera. No se dejó disuadir y se forjó una carrera en tierra borinqueña, que se expandió, de los clubes nocturnos, a grabar discos, a hacer radio y televisión. Después se mudó a España en 1975, donde fue contratada por la CBS (hoy Sony). En 1977 bajo el sello CBS grabó un exitoso sencillo: “Mujer Abeja”.
Luego regresó a Puerto Rico y del 20 al 24 de octubre de 1982, se efectuó en San Juan, el IX Festival de la Voz y la Canción, Marisela representando a España, se llevó el Primer Lugar con su tema Paris, Amor.
Entre 1980 y 1990 compuso canciones sobre su tierra natal. Ganó un Emmy por su tema “Son de las Tres Décadas” (Música para el documental “Exilio: del trauma al triunfo”) Además de otros varios concursos de la canción, Marisela es emblemática entre sus compatriotas y está considerada, según el productor de discos Juan Estévez, como “Una compositora de primera clase, con una voz muy distinta.”
Su primer álbum: “Marisela”, se grabó en Miami. El segundo, “Marisela no quiso ir al estudio”, fue el primer disco grabado en vivo en Puerto Rico.
Ha cantado en los mejores teatros y programas de la TV y ha grabado en Puerto Rico, EE. UU., República Dominicana y Venezuela. Ha sido autora e intérprete de varios temas de telenovelas y miniseries, ha grabado y compuesto jingles y comerciales y tuvo su propio espectáculo de televisión en Puerto Rico. Cuando se puso nostálgica por su tierra natal y compuso “Raíces”, la canción llegó a los primeros lugares del hit parade en Miami, Nueva York, Nueva Jersey y Nueva Orleans.
Sus grandes éxitos, “Tu Compañera”, “Te queda grande”, “Yo quiero nacer coquí” y “Nosotros los cubanos” estuvieron en los primeros lugares de audiencia en las estaciones de radio de Nueva York, Miami, Houston, Los Ángeles, San Juan, Santo Domingo, Panamá, Costa Rica, Honduras, México, El Salvador y Colombia. Las canciones de Marisela Verena vienen alcanzando posiciones cimeras del Hit Parade desde 1983.
La mayoría de sus canciones contienen mensajes con humor o, mejor dicho, cierta sátira.
Un ejemplo es Mister, Don’t Touch the Banana, una composición bastante cómica basada en una experiencia personal que ella vivió en Nueva York. Marisela contó que estando allí en una fiesta en casa de un amigo había un altar con frutas como ofrenda para Changó (Santa Bárbara) y un gringo se acercó y se puso a comer un plátano fruta. Al ver esto, uno de los asistentes a la reunión se le acercó furioso y le dijo: “Mister, don’t touch de banana”. La frase le gustó muchísimo y la inspiró para una canción.
Entre sus canciones más conocidas y populares están: Nosotros los Cubanos, Son de las Tres Décadas, Son de las Cuatro Décadas, Sin Clave No Hay Son, Madre Cuba está de Parto, Mi Corazón es un Pueblo, Nací en El Caribe, Somos los que Andamos, Somos Tal para Cual, Tu Compañera, Te Queda Grande, Yo Quiero nacer Coquí, Raíces y Mujer Abeja.
Pero como siempre ha tenido mucha inspiración para componer aquí tenemos también: Libre, Memorándum para un Tirano, Ni Con Ni Sin, La Macorina, El Cuento no era Así, Soy una Mujer, Canela, Nunca más, Potro Loco, Ella, Me duelen las Manos, Tecnicientas, Recicla, Zoo-Lógica, Descendencia, Sueños de Colores, Enholmonada, OhSana, OhSana, La Copla del Eufemismo, Nana Animalera, De Quererte Así, Soy, Di que No, No se Muere Na’, Un Amigo, Más Allá de las Nubes, Yaismelaidí, Qué haremos Mañana, Di que No, Un Día, No Sabes cómo Sufrí y otras muchas más.
Marisela ha actuado en teatros muy reconocidos como el Teatro Opera en Buenos Aires, el Madison Square Garden en Nueva York; en los principales de Miami como James L. Knight Center, Miami Dade County Auditorium y Jackie Gleason Theater for the Performing Arts; en el Centro de Bellas Artes en Puerto Rico y en el Theatre Du Rond-Pointe en París.
Así como en España, México, Santo Domingo y Venezuela. También ha actuado en los mejores espectáculos de Radio y TV de esos países.
La Verena ha compartido escenarios con cantantes de la talla de: Julio Iglesias, Raphael, José Luis Perales, Valeria Lynch, el dúo Pimpinela, Rocío Jurado, Rocío Dúrcal, Celia Cruz, Paquito D’Rivera, Arturo Sandoval, Gloria Estefan, Gilberto Santa Rosa, Amaury Gutiérrez, Willy Chirino, Lissette Álvarez, Daniela Romo, Olga Guillot, Ricardo Montaner, Gema Corredera, Meme Solís, Albita, Cristina Rebull, Jon Secada, Rafael José, entre otros. Además ha estado junto a celebridades como: Pedro Almodóvar, Guillermo Álvarez Guedes, Zoe Valdés y muchos más.
La Verena es hoy la más renombrada cantautora cubana de su
generación. Ya sea por la lírica belleza de sus letras, sus satíricas agudezas, o por sus épicas y transcendentales canciones sobre Cuba, la artista se ha ganado una reputación extraordinaria entre sus compañeros músicos y sus fanáticos.
Numerosos y famosos cantantes han solicitado y grabado sus composiciones.
El también pinareño Dagoberto Valdés, en una entrevista, le preguntó a Marisela qué recordaba de Pinar del Río y estas fueron sus palabras: “Mis recuerdos de Pinar del Río son amables, es curioso que lo que más evoco son los olores. Recuerdo sobre todo el campo, el olor de la tierra, el olor a aroma quemándose en la carretera de la Coloma. El olor a mar en la playa de las Canas, y el de la tierra roja después de un chubasco, el olor a café en el tostadero frente al teatro Aída.
Recuerdo el calor familiar que tanto se diluyó por obligación en el exilio, las reuniones con todos los tíos y primos en las casas de las abuelas. Recuerdo a personajes típicos del quehacer diario en la calle. Alejo el ciego, el vendedor de billetes de lotería que tenía la voz y la risa como Louis Armstrong, Pichule, el empleado de la funeraria Monteserín, Rosa, la que vendía tamales de casa en casa, Tinguilillo, el pordiosero, Bibí la Loca, que Dios sabe por qué particular drama manifestaba su desajuste coleccionando papeles y lo que le llamara la atención guardándolos en el seno. Un árbol en la Catedral en el cual me encaramaba, montar a caballo, el desenfado de una niñez protegida. ¡Uy! ¡Es una olla de recuerdos, que cuando se destapa no tiene fin!!!!
Y después, la incertidumbre sospechada en nuestros padres, el sentido de alarma que percibía en los adultos por la escasez, cada día más evidente, con el cambio de la moneda, con la “bola” de que nos podían llevar a Rusia porque el Estado tenía patria potestad sobre los niños. Barajar las contradicciones de lo que oíamos en la calle con lo que oíamos detrás de la puerta de la casa, intuíamos aún sin entenderlo que la vida tal y como la conocíamos hasta entonces se estaba desintegrando. El dolor de las primeras separaciones (algunos tíos, hermanos, amigos) y finalmente la separación mía de mi padre y madre, amigos y todo lo que me era familiar”.
No puedo dejar de mencionar que la mayor de los tres hermanos era Georgina, luego seguía Carlos y la menor es Marisela. Carlos ya fallecido, Georgina falleció hace pocas semanas por tanto mis condolencias a Marisela por esta lamentable e irreparable pérdida.
Georgina Fernández Jiménez es la autora del libro “Mi Pinar del Río” (2011) un tremendo homenaje de una niña hecha mujer a su familia y a su tierra natal, que ha hecho muy bien Georgina en rescatarla y
generaciones futuras le estarán en deuda.
En este libro podrán encontrar
recetas de platos criollos, anuncios de productos pinareños, como mueblería “Casa Capó”, conservas “Conchita”, refrescos “Ironbeer”, Guayabitas del Pinar, Fábricas de Tabaco Gispert. Además, breves biografías de destacados coterráneos como Cirilo Villaverde, Octavio R. Costa, Heberto y Marta Padilla, Rita Geada y un personaje tan pintoresco como María Calvo Nodarse, “La Macorina”.
Y para redondear, el libro viene acompañado de un sabroso son, con un CD de la canción “Pregúntale a un pinareño”, de la cantautora Marisela Verena, hermana de la autora, dedicada a su ciudad natal.
Algunas de las composiciones de Marisela se han convertido en verdaderos himnos de los exiliados cubanos.
Premios y Reconocimientos.-
Emmy: “Son de las Tres Décadas”. Música para el documental “Exilio: del trauma al triunfo”.
Primer Lugar: Concurso de canciones Billboard Magazine: “Me duelen las manos”.
Primer Lugar: John Lennon Song Contest: “Zoo-lógica”.
Primer Lugar: IX Festival de la Voz y la Canción, San Juan, Puerto Rico, 1982.
Premio Raíces: que se instituye por su composición, “Raíces”.
Premio Aplauso 92: Otorgado en cinco ocasiones como Cantautora del Año.
Llaves de la Ciudad de Miami, que ha recibido cuatro veces de sus alcaldes.
“Día de Marisela Verena”: honor otorgado en dos ocasiones.
Llaves de la Ciudad de Hialeah, por el alcalde de esa ciudad.
Premio ACE: dado en New York, cantautora.
Premio ACCA: Miami, cantautora.
Premio Agueybaná de Oro: en Puerto Rico, Cantautora del año.
In The Company of Women Award: Reconocimiento como Destacada Figura Femenina del Sur de la Florida.
Primer Lugar, Hit Parade, Billboard Magazine.
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