Por: Álvaro J. Álvarez
Prudencio Mario Bauzá Cárdenas, nació en La Habana, el 28 de abril de 1911. Fue uno de los seis hijos de Hilario y Dolores Bauzá, y fue criado por sus padrinos, Sofía Domínguez y Arturo Andrade, miembros de una influyente familia habanera, con Arturo inició sus estudios de música a la edad de cinco años.
En 1918 empezó sus estudió en el Conservatorio Municipal de La Habana, donde estudió con Modesto Fraga, solfeo; María Luisa Chartrand, piano y Fernando Carnicer, hasta graduarse de clarinetista y asumió el aprendizaje de cuanto instrumento atrajera su inagotable capacidad para aprender, así incorporó el saxofón, la trompeta, fue un arreglista disputado por los músicos y directores. Director él mismo, compositor y uno de los padres del jazz afrocubano que con diversas denominaciones y estilos enriqueció el jazz imprimiéndole el aliento de la sonoridad negra antillana.
Su repertorio de grabaciones abarcó el mambo, la guaracha, la conga, el bolero y el afro.
Conocido sobre todo por haber sido el director musical de la orquesta de Machito (de quien era además cuñado) fue pionero de lo que hoy se conoce como jazz afrocubano.
Bauzá tocaba el clarinete en la Orquesta Filarmónica de La Habana. Sin embargo, tras viajar en 1927 a Nueva York con la orquesta del maestro danzonero Antonio María Romeu. Como había quedado durante su visita a Nueva York en 1927, tan impresionado por las Big Bands de Paul Whiteman, Fletcher Henderson y Tommy Dorsey, y por las revistas musicales de Harlem, que en 1930 decidió emigrar definitivamente a Estados Unidos. Durante el viaje, se hizo amigo de Antonio Machín (1903-1977). Mario Bauzá regresaría en el mismo barco en el que viajaba la orquesta de Don Azpiazu, quien comenzó inmediatamente los arreglos para grabar El Manisero.
En 1928 tocó el saxo alto y el clarinete soprano en la orquesta de Célido Curbelo, en el septeto Jóvenes de Redención compartió trabajos con Frank Grillo (Machito) y también tocaba con la orquesta Los Diplomáticos.
Al llegar a Nueva York, Bauzá fue a vivir a Harlem con su primo, el trompetista René Endreira. Bauzá comenzó a tocar el saxofón en fiestas de casas con el pianista Luckey Roberts y comenzó a absorber la cultura afro estadounidense. Entre 1930 y 1931, fue trompetista del cuarteto de Antonio Machín y realizó con este grupo importantes grabaciones en la ciudad de Nueva York. Como anécdota se cuenta que había aprendido a tocar la trompeta en solo dos semanas.
Sus primeros trabajos fueron con las orquestas de Cass Carr, Noble Sissle y Sam Wooding.
En 1933 entró como primer trompeta en la orquesta de Chick Webb, en la que terminó como director musical. Estando aquí fue el descubridor en un concurso de aficionados de Ella Fitzgerald (1917-1996), para presentársela a Chick Webb quien le dio entrada en su orquesta.
A continuación, trabajó con Don Redman y Fletcher Henderson, para finalmente quedarse con Cab Calloway. Estando en esta banda, Mario trajo a la orquesta al joven trompetista Dizzy Gillespie, convirtiéndose en su padrino artístico y comenzaron a mezclar el jazz con ritmos cubanos, como The Congo Conga de 1938, Chili con Conga de 1939 que son de ejemplos de ello.
Bauzá se casó con Estela Gutiérrez, hermana de Francisco Raúl Gutiérrez Grillo, conocido como Machito.
El 3 de diciembre de 1940, debutó con Machito en el Park Plaza en el 768 de la 5ª Avenida una sala de baile, con los Afro-Cubans, para trabajar después durante casi cuatro años en el club La Conga situado en el # 57 West de la 57th Street.
Bauzá trabajó para Machito como director artístico, encargándose de los arreglos y de la contratación de los músicos hasta 1975 (35 años) y su labor allí ha sido considerada trascendental.
Esos desarrollos sentaron las bases para la fusión del jazz y la música cubana, un proceso inaugurado en 1940 en la ciudad de Nueva York con el establecimiento de la orquesta Machito and The Afro-Cubans, bajo la dirección musical del trompetista cubano Mario Bauzá. Para muchos críticos de jazz, la melodía de Bauzá Tanga, uno de los éxitos de la orquesta Machito en 1943 fue el primer ejemplo verdadero de la música que ahora se conoce como jazz latino.
Luego Cubop City en 1948, Mambo Inn (en 1950 junto a René Hernández y Boby Woodlen) y Kenya.
El estilo de los Afro-Cubans mezclaba el son montuno de Cuba con rasgos de las bandas de swing. Gracias a ello, músicos como Dizzy Gillespie o James Moody introdujeron los ritmos afrocubanos en el jazz, a partir de 1947.
Se interesó por el jazz al escuchar a Frankie Trumbauer tocar el saxofón interpretando Rhapsody in Blue con la orquesta de Paul Whiteman. En los años cuarenta, Mario desarrolló el sonido del jazz afrocubano. Su labor como clarinetista, trompetista, saxofonista y arreglista en la orquesta de Machito constituyó uno de los principales pilares en el surgimiento y desarrollo de ese género cubano.
El crecimiento del jazz afrocubano continuó con vigor en la década de 1950. En diciembre de 1950, el productor Norman Granz grabó la exitosa Afro-Cuban Jazz Suite, que incluía a la orquesta de Machito junto con los solistas Charlie Parker en saxofón alto, Buddy Rich en batería, Flip Phillips en saxofón tenor y Harry (“Sweets”) Edison en trompeta, con arreglos de Arturo (“Chico”) O’Farrill. Los músicos en Cuba, liderados por los pianistas Frank Emilio Flynn y Ramón (“Bebo”) Valdés, también se mantuvieron en contacto con este nuevo estilo y contribu-yeron al desarrollo de este nuevo estilo. Con Poco Coco de Bebo Valdés, lanzado en 1952, se convirtió en la primera afrocubana improvisada espontáneamente registrada.
Bauzá, como músico hicieron grabaciones con Charlie Parker. Flip Philips y otros famosos jazzistas. Al frente de su orquesta, La Mario Bauzá Cuban Jazz desde 1975 tuvo integrantes y colaboradores de la talla de Rudy Calzado, Paquito D’Rivera, José A. Fajardo y Chico O’Farrill. Grabó muy valiosos discos entre los últimos grabados con su cuñada Graciela Pérez (1916-2010), estuvieron los titulados Tanga, My Time is Now y 944 Columbus, los tres realizados entre 1992 y 1993.
944 Columbus estuvo nominado al Grammy 1994.
En 1977, la trompeta de Mario Bauzá fue grabada en el álbum de Cortijo y Su Combo titulado Caballo de Hierro, realizado para el sello Coco Records.
Bauzá recibió importantes reconocimientos como: The City of New York Mayor’s Award for Arts and Culture en 1984.
En 1986, salió al mercado musical una producción titulada Mario Bauzá And Friends, Paquito D’Rivera, Jorge Dalto Afrocuban Jazz, publicada por el sello Yemayá Records.
En este disco Mario Bauzá compuso El Mareíto, con Jorge Dalto, Imitations con Ray Santos y dos temas propios: Mambo Inn y Cubanola.
En este álbum también participaron Graciela Pérez, José Fajardo, Paquito D’Rivera, Ray Santos, Patato y Daniel Ponce, entre otros.
La dirección musical y el saxofón también estuvieron a cargo del maestro Mario Bauzá.
Las historias del jazz clásico suelen citar a Bauzá, nacido en La Habana y recientemente incluido en el Salón de la Fama Down Beat a través del Comité de Veteranos, por ser mentor de Dizzy Gillespie en los fundamentos de la polirritmia afrocubana a finales de la década de 1930, cuando ambos tocaban la trompeta (y compartían habitación) con la Orquesta de Cab Calloway. Su conexión preparó a Gillespie para futuras exploraciones en la fusión del jazz con sabores cubanos y panamericanos de otras culturas afrodescendientes, y por presentarle al maestro conguero Chano Pozo, quien impulsó las innovadoras grabaciones para Big Band de 1947-1948 de Manteca, Algo Bueno y Cubana Be, Cubana Bop.
Según Nat Chediak en su Diccionario de Jazz Latino, Bauzá supo transformar la música cubana y la de su país adoptivo al juntarlas para siempre con sus raíces africanas.
Otros alegan Bauzá fue el primer patriarca de lo que luego se llamó, salsa.
Mario Bauzá, murió en Manhattan el 25 de junio de 1993, a los 82 años.
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