El ‘escribidor’ de las mejores canciones en español de la historia, Manuel Alejandro, autor de temas tan célebres como ‘Como yo te amo’, ‘Yo soy aquel’ o ‘Háblame del mar, marinero’, verdaderos himnos de la música romántica, a sus 93 años, no solo acaba de publicar sus memorias, ‘Vibraciones y elucubraciones de un escribidor de canciones’ sino que tiene previsto dar un nuevo concierto el próximo mes de junio.
Amalia González Manjavacas
Pese a sus 93 años, cumplidos el pasado 20 de febrero, Manuel Alejandro no para de trabajar. No solo acaba de publicar sus memorias, coincidiendo con su cumpleaños, ‘Vibraciones y elucubraciones de un escribidor de canciones’, donde recorre toda su trayectoria profesional que abarca más de seis décadas.
Un hombre lúcido, simpático con un gran sentido del humor, de ese que empieza por reírse de uno mismo, como lo demuestra en las distancias cortas. En una reciente entrevista a un popular programa de televisión español (El Hormiguero) comentó de sí mismo entre risas: “Esto que ven es lo que queda de Manuel Alejandro”.
Él que es, sin duda, -aunque su modestia lo niegue- el compositor más grande de la música melódica hispanoamericana, autor de inolvidables éxitos como Lo mejor de tu vida, Soy rebelde, Qué sabe nadie, Digan lo que digan o Procuro olvidarte, ha compuesto y escrito letras -a él le gusta más definirse como escribidor- para una larga lista de grandes artistas como Julio Iglesias, Raphael, Rocío Jurado, El Puma, Luis Miguel, Isabel Pantoja, José José, Emmanuel, Pepa Flores, Janette o Alejandro Sanz.
“En América encontré mucho más calor que en España”
Oculto detrás de las estrellas que ha encumbrado sus canciones, donde Manuel Alejandro ha tenido más relevancia no ha sido en su país natal sino en Iberoamérica donde siempre se ha sentido más reconocido y querido. “En América encontré mucho más calor que en España; muchísimo más. Siempre he tenido una conexión enorme con América Hispana, una verdadera barbaridad. América nos supera en la sensibilidad, ¡el hispanoamericano! que no el latino, que es una cosa comercial que nos hemos inventado”, matiza siempre que tiene oportunidad.
Y añade: “la fortaleza del espíritu de un hispanoamericano se derrumba en el momento en que escucha una canción de amor. Y eso fue precisamente lo que hice: arañar en ese corazón”.
“Aquí (en España) se conocen la mitad de mis canciones, la mayoría se hicieron famosas en América en las voces de artistas como Julio Iglesias, Raphael, o El Puma.” Fue precisamente este último, quien le dijo en una ocasión: “tú no haces canciones, eres un sastre que las hace a la medida de cada artista”.
Lo que hacía en América “no tenía nada que ver con lo que se conocía en España donde apenas llegaba un poco. Julio Iglesias y nada más”. Por ejemplo, a Raphael, al que considera el mejor actor para sus canciones, “le costó muchísimo que lo admitieran en España, cuando en Hispanoamérica ya lo tenían como un Dios”.
Música clásica y flamenco
Elegante y reposado, con esa serenidad que da la edad a los grandes, Manuel Alejandro, Manuel Álvarez-Beigbeder Pérez nació el 20 de febrero de 1932 en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera, cuna del flamenco, por eso sus primeros contactos externos con la música fue a través de este cante: “Las letras del flamenco y el quejío me inspiraron. Recuerdo escuchar muchas noches de verano los cantes de los gitanos delante de mi casa”, recuerda el músico.
Cuenta que iba para pianista clásico, que lo suyo eran Beethoven, Chopin, Mozart…, la música clásica “donde radica -sentencia- la belleza de este mundo”. “El piano es donde se dibuja la música. Ahí no solo la compones, sino que la escuchas, la imaginas, la moldeas. Incluso una gran sinfonía puede vislumbrarse desde el piano”.
Su amor por la música le fue inculcado desde pequeño. Fue criado en un entorno musical, era hijo del compositor Germán Álvarez-Beigbeder por lo que estudió la carrera de piano hasta que a los 16 años una lesión en el brazo derecho, una rotura, le impidió continuar su carrera como pianista. Aquello le hizo enfocarse en la composición y en la producción musical y, como no, en la literatura; empezó con andaluces: Antonio Machado o Rafael Alberti de quien es la letra de Háblame del mar marinero, canción que hizo para Marisol.
Desde que a los 14 años escribiera su primera canción Para ti, Conchita, enamorado de una niña de Jerez que no le hizo ni caso ha escrito y compuesto más de 600 canciones. Compositor, letrista, arreglista y productor, también ha grabado como solista, su éxito proviene de su capacidad para escribir melodías y letras emotivas e impactantes como Señora, Como yo te amo, Ese hombre o Algo se me fue contigo.
Yo soy aquel, Soy rebelde o Manuela
Cuenta que esta famosísima canción de Raphael, Yo soy aquel, se la escribió a su entonces novia, luego su primera esposa, que trabajaba de taquimecanógrafa en una editorial musical donde él se ganaba la vida adaptando letras inglesas, francesas e italianas al español. Cada día le dictaba las letras de otros autores que iba traduciendo… Hasta que un día -cuenta-, le dictó:
“Yo soy aquel que cada noche te persigue. Yo soy aquel que por quererte ya no vive”, a lo que ella sin saber que se lo estaba diciendo a ella le preguntó: ¿Y el título? A lo que le respondió: “Yo soy aquel, porque te la estoy escribiendo a ti”. Fue toda una declaración de amor, ¡y causó efecto!
Aunque subraya que el éxito de una canción se debe al cantante “en un 80% de los casos” como lo demuestra grandes éxitos que, en un principio, cantado por otros, no lo fueron. Un ejemplo fue una canción que hizo para una película, una de tantas. Se trataba de Soy rebelde que escribió para una cantante mexicana pero que no fue hasta que no se la ofrecieron a Jeanette -a quien al principio tampoco le gustó- cuando resultó un éxito. Igual pasó -cuenta el compositor gaditano- con Manuela, canción que no fue hasta que la cantó Julio Iglesias cuando se convirtió en un éxito internacional.
Planes de futuro
En cuanto a la vida familiar, con su primera mujer Helena Gómez, tuvo Manuel Alejandro a sus tres hijos mayores, pero fue Pura, su segunda esposa, Purificación Casas, también compositora y madre de sus cuatro hijas, el gran amor de su vida. Llevaban juntos más de cinco décadas cuando ella falleció en 2021 a los 75 años, de la Covid.
“La mayoría de mis canciones de amor nacen de los celos, del temor a perder a alguien”.
Para inspirarse, cuenta que imaginaba el final de su relación con su mujer: “Qué tristeza. Ella era la verdadera inspiración, la que estaba detrás de cada letra, a quien se la dedicaba, por quien escribía. Si ella no hubiera existido yo no habría escrito la mayoría de mis canciones”, dice el compositor.
Grammy Latino a su trayectoria, Premio de Honor de la Música o Medalla de Oro de las Bellas Artes, Manuel Alejandro no para de acumular galardones a ambos lados del Atlántico como el reciente Premio Lo Nuestro de Univisión en Miami.
Y es que este vitalista e inquieto músico, a sus 93 años, asegura que vive “su cuarta juventud”, seguramente porque todavía continúa estudiando, formándose y creando canciones. “Ahora que parece que en la música hay una inclinación de volver a la balada -sentencia- a lo mejor preparo algo de aquí a los muchos años que me quedan de vida”.
De momento prepara el concierto del próximo 4 de junio en Madrid dentro del Universal Music Festival.
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