MADURO HA PERDIDO LAS ELECCIONES Y TIENE QUE IRSE

Written by Demetiro J Perez

13 de agosto de 2024

Nicolás Maduro se acostumbró tanto a la trampa y fraude electorales en sus años de gobierno, que alucinó haber encontrado la fórmula infalible para la dictadura perfecta. Lo hizo hace seis años y le salió bien, pero no tanto a los venezolanos, que se han visto sumidos en la opresión política y la ruina económica, siendo ciudadanos de quizás, el país más rico de América Latina. Esta vez le fallaron los cálculos. Quizás esté cantando su último cuplé. Sería una música celestial para los aguerridos descendientes del Libertador. Al parecer esta vez el apoyo internacional, desde Washington hasta Argentina, pasando por Chile, se ha hecho presente de forma más firme y decidida. Hay renovadas esperanzas para la democracia en Venezuela.

Cuando todos los polls o encuestas de opinión lo situaban con 35 a 40 puntos porcentuales por debajo del candidato oposicionista Edmundo González Urrutia, tan sólo unos días antes de los comicios, Nicolás Maduro produjo el milagro de los milagros, al convertir, en un abrir y cerrar de ojos, en una mutación maravillosa, los votos de la oposición en su favor. Fue “electo” con los votos de González Urrutia. La artimaña ha roto todos los récords de desfachatez electoral incluso al nivel de las repúblicas bananeras.

El pasado 28 de julio, como lo había hecho en el 2018, lo intentó de nuevo, y el fraude ha sido tan increíblemente escandaloso, tan descarado, que, apelando estúpidamente a la más burda trampa, ni siquiera ha podido convencer a sus alcahuetes compadres de Brasil, Colombia y México que ocho días después de los comicios no han sido capaces de declararlo vencedor. Al final, seguramente lo harán, pero la demora lo dice todo. Están tragando la píldora en seco para ver con qué excusa justifican esta superchería. Pero no les va a ser fácil.

Por su parte el presidente Joe Biden conversó durante 20 minutos con su homólogo, Lula da Silva, de Brasil, y aunque la prensa liberal explica que Biden lo convenció de pedirle a Maduro que revelara la data, la información, detallando la votación, hasta el momento, 10 días más tarde, eso no ha ocurrido. De tal magnitud ha sido el flagrante engaño, que el secretario de Estado Antony Blinken, el viernes pasado expidió un informe oficial en el que dice que existen abrumadoras evidencias que corroboran que González Urrutia había ganado la elección.

En el fraude anterior cometido por Maduro, en el 2018, la oposición se abstuvo de participar y por ende no tenía documentación disponible para probar la trampa. Si embargo, en esta ocasión, mejor preparada por la experiencia ganada de estafas anteriores, existen cuentas verificables de las boletas en favor de González Urrutia.

Esto ya lo sabe la comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos. Y, precisamente, por saberlo, es que una docena de países latinoamericanos demanda una corrección a este monumental engaño.

El presidente Biden hizo la llamada a Lula. Lo sabemos. Pero ¿qué alivio o remedio puede traer la gestión de un viejo compinche socialista, asociado por resentimiento con China y Rusia, nuestros principales enemigos, y definitivamente hostil a nuestros intereses? La oposición democrática venezolana sabe quiénes son sus amigos. Y no puede tenerle confianza ni a Lula, ni a López Obrador, ni a Petro, porque no lo son.

A Biden se le agradece, en nombre de la democracia y del pueblo venezolano, la llamadita (así, en diminutivo) a Lula da Silva, aunque nada debe esperarse de ella. Fue, en lo mejor, un intento baldío. En lo peor, una degradante súplica. 

Como principio de honestidad intelectual y moral, el presidente de la nación americana, como testamentario de la democracia, está llamado a hacer más que una simple llamada simbólica. Debería, por ejemplo, levantar el perfil de la crisis venezolana y de forma personal, directa, no a través de subalternos, pedirles a los líderes de la América Hispana que reconozcan el triunfo de Edmundo González Urrutia.

Estados Unidos tiene, en estos momentos, considerable palanca para hacerle ver a México, que es, en su mejor interés, presionar a Maduro para que provea una cuenta de votos clara y transparente como la expresaron los votantes el 28 de julio. De lo contrario este país no tomará la nueva ola de emigrantes que se concentrará y permanecerá en México por un largo tiempo. Es natural presumir que López Obrador, en obediencia al buen sentido común, entendería y accedería a convencer a su amigo en Caracas de mostrar los resultados reales, evitando así dejarle una nueva crisis a su sucesora, a unas semanas de asumir el poder. 

A lo largo de varias décadas ha sido práctica de la política exterior de esta nación de crear alianzas para enfrentar crisis de seria magnitud con resultados positivos en la mayoría de los casos. Sucedió en África del Sur con el desmantelamiento del apartheid, la alianza para el derrocamiento de Sadam Hussein resultó muy exitosa, y la presente contra Rusia por su arbitraria invasión a Ucrania ha traído el debilitamiento económico y militar a la dictadura de Vladimir Putin a la vez que ha contribuido grandemente a la resistencia ucraniana.

Tomando estas experiencias como base, ¿no sería prudentemente aconsejable establecer una alianza latinoamericana para castigar a Maduro por su desmesurada trampa electoral?

Por su parte, e independientemente de cualquier acción punitiva colectiva, Estados Unidos debería usar los mecanismos a su disposición para incrementar la presión sobre Maduro, especialmente sanciones individuales sobre personeros del régimen que afecten sus viajes al extranjero para disfrutar el producto de sus dólares robados, y, de manera fundamental, reimponer las viejas sanciones de restringir el acceso del régimen al mercado internacional de petróleo más otras nuevas para condenar el despotismo sin límites de la dictadura.

El desafuero mostrado por el régimen venezolano el 28 de julio, coloca a la satrapía en su más precaria situación política de los últimos años. Ha entrado, irremisiblemente, en el punto de no retorno. Las cosas han cambiado en la brevedad de unos cuantos días. Ya nada será igual. La población venezolana ha decidido pelear hasta el final y la magnitud de la disensión ha dado a la oposición un poder formidable que sugiere que el statu quo es insostenible. Ya Maduro no cuenta con el más leve apoyo popular, y la comunidad de países libres, dentro y fuera del hemisferio, le ha dado la espalda. La trampa electoral, a la cual se había habituado por la fuerza de la costumbre, lo llevará directamente al precipicio.

Para el gobierno de Joe Biden, si no responde con firmeza a la desvergüenza de esta pandilla irrespetuosa de todos los derechos inherentes al ser humano con su inigualada desfachatez ante la libertad y la democracia, no sólo de Venezuela, sino de toda América, terminará con otros cientos de miles, tal vez millones, de desesperados venezolanos en una empeorada crisis humanitaria acampada en nuestra frontera con México.

Ha llegado la hora de tomar el toro por los cuernos. Maduro perdió en landslide, y debe hacer las maletas para embarcarse a cualquier parte del mundo, y su mejor elección sería Cuba, el reino del mundo socialista.

BALCÓN AL MUNDO

Kamala Harris escogió, after consultas, recomendaciones y preferencias entre sus diversos consejeros, a Tim Walz, gobernador de Minnesota, de orientación centro izquierda y optó, en su elección, por lo que pudiéramos llamar su alma gemela. Se dice que la izquierda dentro del espéctrum político demócrata, no podría estar más feliz.

Mr. Walz es dueño de extensos créditos progresistas, extra liberales, a la par de la que será su jefa, de ser electa el 5 de noviembre. Rumores circulan de que la decisión final se debió a la presión que Bernie Sanders ejerció sobre Kamala Harris.

Al menos el votante en estos comicios del 2024 tiene cierta idea, aunque necesita saber más, en cuanto a la respectiva posición de cada candidato. 

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Se encuentra bajo custodia un pakistaní conectado a Irán acusado de estar complotado en planes para asesinar al ex presidente Trump y otros políticos americanos. No tiene conexión, según el FBI, con el atentado previo al ex presidente.

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  Bloomberg Philantropies, la fundación creada por el multi billonario Michael Bloomberg, donó 600 millones de dólares a cuatro escuelas de medicina para afroamericanos. Bien por el ex alcalde de New York, al que le sobran unos cuantos billones y sabe cómo usarlos de manera práctica y eficientemente.

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Hamas ya encontró su nuevo walking dead man. Nombró como sustituto de Ismail Haniyeh al terrorista Yahya Sinwar arquitecto del ataque de octubre siete que creó la presente crisis en el Medio Oriente cuyas consecuencias aún están por verse.

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Las pasadas dos semanas han sido horríficas para Rusia. Las pérdidas en equipos, aviones, helicópteros, camiones de transporte y hasta la destrucción de un submarino, ascienden a más de 5 billones en total. Agréguese a esto la humillación de verse invadida por alrededor de mil tropas ucranianas, para admiración del mundo, puesto que Rusia es 10 veces más poderosa que Ucrania.

Mal que le van saliendo las cosas a Putin en su aventura de Ucrania. ¡Y se lo merece! Al final terminará con más de medio millón de muertes y cientos de miles de heridos dentro de una Rusia más empobrecida que al principio de siglo. Y, además, con unas fuerzas armadas depauperadas y desprestigiadas. Ése, es el legado de Vladimir Putin a su madre patria.

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