Los venezolanos, aprendieron a vivir en un país que no es de ellos

Written by Demetiro J Perez

16 de marzo de 2022

Por Germán Acero E., en Exclusiva para LIBRE desde Colombia

Bogotá.- Los venezolanos solo esperan que pase pronto el problema político que se vive en su país para iniciar el retorno lo más pronto posible pese a que en Colombia los han tratado bastante  bien hasta el punto que Inmigración ya les concedió el permiso legal para estar aquí.

Son cientos de miles las familias que, en los últimos años, han llegado a Colombia en busca de un mejor futuro y se han empleado en diferentes áreas, como los restaurantes, las comunicaciones, la mensajería y hasta la gerencia de algunas empresas privadas.

Esto les ha servido, como dijo Arturo, hasta para poder enviar dinero a sus familias en Venezuela, que ahora mismo pasan por peores momentos económicos, debido a la crisis política y social que vive esa nación suramericana.

Para los venezolanos, a la larga, no fue difícil venir a Colombia, porque la mayoría lo hicieron por los cientos de miles de kilómetros de las fronteras que hay entre los dos países, tras un éxodo que se calcula está en los más de 3 millones.

SOLUCIONES A PROBLEMAS

Según  Marie, una chica venezolana de apenas 30 años, también pudieron solucionar graves problemas que tenían, como el de la salud, ya que aquí con los permisos que le otorgó el estado colombiano, pueden acceder a los servicios en los hospitales de Colombia.

Pero, para la mayoría de los colombianos, la llegada de estos ciudadanos venezolanos no ha sido del todo muy bien aceptada, porque alegan que les quitaron los privilegios que ellos tenían en su propio país, ya que algunos foráneos hasta se “venden” por escasos  pesos en los trabajos rutinarios.

“Hemos encontrado que hay mucha fobia, entre los colombianos, porque nosotros le metemos el cuerpo a todo trabajo que nos contraten, lo que no hacen los colombianos, a quienes les gusta vivir del cuento”, afirmó por su parte Rosaura, una modista de Maracaibo.

EN VARIAS CIUDADES

Pero, según las autoridades colombianas, la llegada de estos miles de venezolanos, ha provocado también problemas graves, porque eso ha aumentado la prostitución y el vandalismo en algunas ciudades.

Inclusive, ya en ciudades como Bucaramanga, Cúcuta, Cali y Medellín, han sido arrestados varios venezolanos comprometidos con bandas delincuenciales y de tráfico humano, los cuales han sido deportados a su país.

“Pero todo el mundo no es malo. La mayoría de nosotros los venezolanos hemos intensificado el aumento del trabajo en áreas vedadas para los colombianos, como la mensajería y el reciclaje de basuras, además, de la venta callejera”, insistió otros de los ciudadanos venezolanos.

“Le hemos agradecido a este país porque, al menos, nuestros hijos pueden ir al colegio. Y nuestra familias pueden acceder,  también, a los servicios de salud, gracias a los permisos que nos otorgó el estado colombiano desde que llegamos aquí”, reiteró Ana, contadora de profesión.

NO TODO ES “COLOR DE ROSA”

Pero todo no es “color de rosa”, ya que algunos venezolanos aún siguen viviendo en casuchas en las calles de Bogotá, Cali , Medellín, Bucaramanga y Pasto, debido a que no han sido admitidos para trabajar porque no han reunido las condiciones  exigidas por las autoridades laborales de Colombia.

El problema más agudo y difícil se vive, actualmente, en las zonas fronterizas de Cúcuta, Arauca y la Costa, por donde todos los días penetran cientos de familias  venezolanas, que huyen del régimen de Maduro, que los ha instado a que vuelvan a su país con beneficios sociales.

Estas zonas fronterizas se han visto con muchos problemas ya que allí existe, por ejemplo, el tráfico de gasolina que es aprovechado por personas inescrupulosas para reunir mucho dinero, que ha provocado la proliferación de bandas criminales en ambos costados de la frontera.

¡POR LA CAÍDA DE MADURO!

“Nosotros lo único que esperamos es que pronto caiga el régimen de Maduro para volver a nuestro país. Esto no es lo de nosotros. Pero tampoco podemos ser desagradecidos porque aquí hemos aliviado nuestras vidas y, de paso, hemos podido ayudar a los nuestros allá en Venezuela”, admitió Rosaura.

“Allá aguantábamos hambre y sed. Todo se puso malo después de la subida de Maduro, ya que perdimos nuestras viviendas y nuestros trabajos. Ninguna plata alcanzaba para vivir sanamente. Y la vida se puso difícil cuando comenzó a escasear la comida”, reiteró Rosaura.

Claudia y Patricia, niñas venezolanas, festejaron en libertad su cumpleaños y ahora viven en una vivienda del sur de Bogotá.  “estamos felices con nuestros padres porque ahora podemos volver nuevamente al colegio”. expresaron llenas de emoción .

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