LOS ESBIRROS EN MI ENTORNO

25 de noviembre de 2025

Éramos unos niños, los líderes de la recién instalada tiranía no estaban a nuestro alcance y erróneamente llegamos a la conclusión de que los verdaderos enemigos eran unos pelegatos locales de quinta categoría que en realidad eran unos facinerosos aspirantes a ser representantes de la dictadura y agentes del G2.

Eran unos perdularios, no habían luchado contra Batista, desesperadamente querían ganar méritos y recorrían el pueblo abusando, golpeando y chivateando a una sana juventud.

Eran una plaga, era como si de pronto estuviéramos dentro de un río rodeados de pirañas. Nos cayó carcoma. La persecución de este elemento guaricandilla fue brutal.

“Escaparate”, Atinó el mulato, Candín Hernández, Emérito Borges, Zenón, y el peor de todos el teniente Elio Guevara, se convirtieron -injustamente- en nuestros verdugos, en acérrimos enemigos de todo aquel que brillara y ellos envidiaban en mi pueblo.

Un tipejo al que llamaban “Camión” delincuente común, rodeado por dos o tres trogloditas andaban por todo Güines golpeando a cuenta persona decente se encontraran en el camino. Recuerdo cuando agredieron a mi amigo Pedro Daruna…

Un descarado llamado Rubén conducía por todo el pueblo un carro con altoparlante, lo detenía frente a nuestras casas para lanzarnos insultos.

Dentro de esa claque un joven llamado “Tatica” – todavía yo ni sé el motivo- se encarnó conmigo, y me hizo la vida imposible.

Ese zapingo -hasta ese momento desconocido y marginado- me perseguía, y consiguió que me arrestaran injustamente más de cinco veces.

Todo el pueblo sabe que en septiembre de 1961 fui golpeado por esa claque al salir del Instituto y terminé herido, desecho en pedazos mi Jacket de cuero y roto mi reloj Bulova.

Si bien “Tatica” García era “un don nadie”, mi padre averiguó que pertenecía a una eterna familia de comunistas locales conocidos como los “Cruzitos” y los “Loritos”…

Una tarde estoy en el parque central y veo a un señor vestido de completo uniforme de miliciano y pistola en la cintura, comprando unos tabacos en la vidriera de Faustino Mederos en La Esquina de Tejas…

Mi gran amigo Ángel (Cuqui) Amorós Oliva me dijo: “Mira, Estebita, ese es Rey, el interventor del Banco, pero dicen que es el verdadero jefe del G2 en Güines”…

Le partí para arriba, le conté los abusos que estábamos sufriendo y él haciéndose el chivo loco me dijo: “Yo no sé nada de eso, ni conozco a los susodichos que mencionas, esa me imagino que es una patraña contrarrevolucionaria tuya”…

Los excesos, las injusticias y atropellos siguieron, dicen que Rey terminó exiliado en España, y no sé nada de Tatica, solo le puedo recomendar que el día en que Cuba sea libre que corra más rápido que Fortún y Juantorena alejándose lo más posible de la Ceiba del parque Central.

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