Por José “Chamby” Campos

Ahora que ya las dos escuadras que se van a enfrentar en el Super Bowl #57, Las Águilas de Filadelfia por la Conferencia Nacional y Los Kansas City Chiefs 

representando la Americana, quiero traer la historia de un equipo excepcional.

En la campaña de 1972 y la cual concluyó en enero de 1973 con el Super Bowl número 7, Los Miami Dolphins se coronaron campeones mientras terminaban con una marca de 17 victorias sin ningún revés.

Nunca ha existido un conjunto en finalizar invicto durante una temporada de Football Americano profesional. Es más, en EE.UU. son el único equipo pagado, incluyendo todos los deportes, que ha podido lograr esa hazaña.

No tengo idea si esta proeza haya sido alcanzada en otras partes del mundo.

Comprendo que los calendarios de Béisbol y Baloncesto al igual que los de Hockey sobre hielo y Balompié son bien extensos y van desde 34 partidos para balompié hasta 162 en la pelota. Pero ninguno es tan intenso como el anterior.

En Football Americano hay un componente que lo hace muy difícil. Cada conjunto consiste de tres sub-equipos; el ofensivo, el defensivo y los equipos especiales. Sin entrar en los pormenores de cada uno de estos, sin duda el juego es extremadamente complicado.

Por lo tanto, considero que la perfección obtenida por este grupo de atletas y dirigentes es algo que no tiene comparación en los anales del mundo deportivo.

Este año se celebran los 50 años de aquella ocasión y he aquí un recuento de “La Temporada Perfecta”. 

Los Dolphins solamente llevaban 7 años en existencia y en la temporada anterior habían sido derrotados en el Super Bowl número 6 por los portentosos Cowboys de Dallas; lo cual demostraba que el plan que llevaban la administración y la dirección eran los correctos.

El timonel de aquella nave era el fenomenal Don Shula, un perfeccionista que no aceptaba mediocridades. Hombre que dejó huellas imborrables en nuestro condado; desde los deportes hasta causas cívicas; todo esto con una conducta intachable.

Su personal de asistentes era un “Dream Team” o “Equipo de Ensueño” donde cuatro de ellos llegaron a ser dirigentes en otras ciudades incluyendo al arquitecto que revivió y creó una dinastía en la Universidad de Miami, Howard Schnellenberger.

La temporada comenzó con una racha de cuatro victorias y en el quinto partido el QB abridor, Bob Griese, se fracturó el tobillo y estuvo fuera del conjunto el resto de los juegos regulares. El Maestro Shula lo remplazó con uno de sus jugadores de confianza y el cual él había traído de Baltimore; Earl Morrall que a pesar de sus 38 años sabía lo que se necesitaba para guiar a los muchachos locales.

El liderazgo del veterano jugador creó una química con el resto de la escuadra que sirvió para que todo continuara como si el que estuviera al mando fuera Griese. 

Los corredores Larry Csonka y Mercury Morris se convirtieron en los primeros compañeros en la historia de la NFL en ambos obtener 1,000 yardas en una temporada. El receptor Paul Warfield fue el líder en atrapadas y yardas aéreas; mientras que la línea ofensiva se convirtió primero en una aplanadora ofensiva y luego en una pared protectora del viejo QB. El centro Jim Langer y el Guardia Larry Little en la actualidad son miembros del Salón de la Fama.

La defensa a pesar de no contar con un jugador de renombre se convirtió en unos guerreros que no cedían ni tregua ni perdón. De ahí que le dieran el sobrenombre de “La Defensa Sin Nombre”. Los líderes de la unidad defensiva fueron el linebacker Nick Buoniconti, los gigantes Manny Fernández y Bill Stanfill más los jugadores de secundaria Jake Scott y Dick Anderson. 

 Semanas tras semanas Los Dolphins encontraban una manera de destruir a todos los oponentes y la campaña regular finalizó 14–0.

En la post temporada derrotaron primero a Cleveland y después a Pittsburgh en un juego que Los Acereros se prepararon para detener a Morrall sin tener en cuenta que Shula tenía plena confianza en la recuperación de Bob Griese; quien retornó y llevó a los peces al Super Bowl por segundo año consecutivo. En este los miamenses dominaron desde que sonó el silbato, concluyendo con una victoria de 14 a 7 y un puesto en la inmortalidad como el único campeón invicto en la historia.

Hay que destacar que Miami en esa temporada fue tan dominante que cuatro semanas antes de que terminara la faena regular ya habían calificado para la postemporada. Anotaron más puntos y obtuvieron más yardas que toda la liga al mismo tiempo que permitieron los menos puntos y menos yardas. Nunca ha existido un equipo que haya logrado eso.

Nueve jugadores fueron seleccionados “Todos Estrellas”. He aquí los nombres Csonka, Morris, Warfield, Little, Norm Evans, Buoniconti, Stanfill, Anderson, y Scott.

¡Miami Dolphins, orgullo de nuestra ciudad!