La sonrisa perfecta se redefine: así es la nueva estética dental

Written by Libre Online

2 de septiembre de 2025

Si durante décadas la estética dental fue terreno exclusivo de actores, modelos y figuras públicas cuyos dientes blancos e inmaculados eran símbolo de éxito, en la actualidad el cuidado de la sonrisa se ha democratizado. Tratamientos no invasivos que buscan naturalidad y armonía dictan una nueva tendencia al alza, el composite dental

Por María Muñoz Rivera

Lejos de ser un capricho superficial, cuidar la sonrisa se ha convertido en un gesto más de autocuidado y bienestar que rehúye de las sonrisas artificiales y exageradas para adaptarse a la fisionomía de cada persona. Patricia Torío, odontóloga especialista en estética dental, da las claves desde su consulta.

El legado de las 

carillas, pero con menos intervención 

Si en la década de 2010 el auge de las carillas —finas láminas colocadas sobre la superficie dental— revolucionó la estética bucal, ahora la tendencia vira hacia técnicas menos invasivas. El objetivo es mantener al máximo la estructura original del diente, reduciendo limados y modificaciones drásticas. 

“Cada vez los procedimientos son más conservadores, tocando lo menos posible el diente, tanto en composite como en cerámica. El ‘gold standard’ sigue siendo la cerámica, por estética y durabilidad”, aclara la doctora Torío.

El composite, sin embargo, gana adeptos por su versatilidad, su menor coste y porque permite realizar cambios sutiles, adaptados a las características de cada paciente. No sustituye a las carillas, pero ofrece una alternativa interesante para quienes buscan mejorar su sonrisa sin recurrir a técnicas de largos procesos.

“La edad es muy variada. No es solo gente joven; diría que la media es más bien personas adultas entre 30 y 50 años. Es un perfil de personas que se cuidan, le dan importancia a la sonrisa y quieren tenerla perfecta, con dientes alineados y blancos”, explica sobre el auge de este tratamiento.

Más naturalidad, 

menos copia

La idea de una sonrisa perfecta ya no está asociada a cánones universales. No se buscan réplicas exactas de sonrisas famosas, sino personalización. “La verdad es que no nos piden sonrisas específicas de personas. El paciente suele tener claro la forma o longitud de los dientes más que la sonrisa de otra persona en sí”, afirma Torío.

 “Siempre hay que hacer un estudio previo y proponer al paciente el diente que mejor le favorezca a su cara, haciendo un análisis facial completo”, incide la experta sobre la importancia de buscar resultados personalizados que se adapten a cada paciente y cada tipo de dentadura.

La odontología estética se aproxima a la medicina estética actual: resultados naturales y una base de estudio anatómico previo. “Cada sonrisa debe construirse en función de los rasgos. La forma de la cara, la posición de los labios o incluso la personalidad influyen en cómo deben ser diseñados los dientes”, insiste la especialista.

El camino hacia una 

sonrisa ideal 

Lograr una sonrisa armónica no se limita a una sola intervención. Es, como en otros ámbitos del autocuidado, un proceso en varias fases. Y todo empieza, según la doctora Torío, por la salud. “Si se quiere una sonrisa bonita, lo primero es la higiene dental. La salud y la función deben ser lo prioritario”, explica. 

“Primero se alinean los dientes mediante ortodoncia con alineadores, que permiten una oclusión funcional. Después, se realiza un blanqueamiento para obtener un tono más blanco y no el amarillo natural del diente”, explica sobre los pasos previos a emplear composite para generar una sonrisa armónica y bonita.

Por último, “dependiendo de la forma de los dientes del paciente, se puede mejorar con una rehabilitación aditiva, añadiendo material, ya sea con pequeños retoques de composite o, si se necesita un cambio más grande, con carillas de cerámica”, explica la especialista.

La clave es una intervención progresiva, medida y personalizada. No se trata de borrar la identidad dental del paciente, sino de realzarla, corrigiendo defectos leves y respetando la esencia de su sonrisa.

Composite: pequeños cambios, grandes 

resultados

Pero ¿en qué consiste exactamente el tratamiento con composite? Se trata de una técnica que emplea resinas de alta estética para modificar formas, cerrar espacios, corregir desgastes o mejorar proporciones. “Solemos usarlo para hacer pequeños cambios de forma. Está indicado en dientes con pequeños defectos”, precisa la doctora.

Se aplica directamente sobre el diente en consulta, sin necesidad de moldes ni de laboratorio externo, lo que permite ajustar el resultado al momento y, si es necesario, modificarlo con facilidad. Entre sus ventajas destacan su carácter reversible, su precio más accesible y su capacidad para integrarse visualmente con el esmalte natural.

Eso sí, no es un tratamiento definitivo. A diferencia de la cerámica, el composite puede desgastarse con el tiempo y requerir retoques o sustituciones periódicas. La elección entre uno u otro dependerá siempre del caso clínico, del presupuesto del paciente y de sus expectativas.

La sonrisa también sigue modas

Aunque la naturalidad es el gran objetivo, también en estética dental existen tendencias. Y no todas son favorecedoras. “Ahora están de moda los dientes muy rectos, sin mucha diferencia entre la longitud de los incisivos centrales y los incisivos laterales”, explica Torío. “Para mi gusto no queda bien, porque no es lo natural y transmite artificialidad”.

Como en otros ámbitos de la imagen, las modas pueden conducir a resultados poco realistas o despersonalizados. De ahí la importancia de acudir a profesionales cualificados que prioricen la armonía facial frente a la reproducción de estándares. La sonrisa debe adaptarse al rostro, no al revés.

La estética, al servicio de la salud

El auge de tratamientos como el composite evidencia un cambio profundo en la relación de la sociedad con la salud bucodental. Cuidar la sonrisa ya no es solo una cuestión médica ni una vanidad superficial, sino una parte más de una cultura de autocuidado donde la estética y la salud se complementan.

En este nuevo paradigma, técnicas conservadoras, reversibles y adaptadas a cada paciente, como el composite, representan el futuro inmediato. La sonrisa perfecta, lejos de ser un ideal inalcanzable o uniforme, es ahora un concepto flexible y realista: una sonrisa sana, bien cuidada, proporcionada y, sobre todo, propia.

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