La Habana, (EFE).- La presión militar de Washington sobre Venezuela y la fuerza del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, preocupan sobremanera en La Habana, donde se analizan las derivadas políticas y sobre todo económicas de un potencial cambio de régimen en Caracas.
En esta dirección apuntan, según expertos y analistas, las declaraciones de la Cancillería del régimen cubano en las últimas semanas, los posicionamientos en redes sociales de los principales títeres del país e, incluso, los actos públicos de apoyo al narco régimen venezolano y su presidente, Nicolás Maduro.
Esta misma semana el denominado canciller cubano, Bruno Rodríguez, calificaba la escalada militar estadounidense en el Caribe como una “locura” y una “violación del derecho internacional”, basada en la “mentira insostenible” de la lucha contra el narcotráfico.
En su opinión, Washington persigue un “objetivo guerrerista” que sólo va a traer “violencia e inestabilidad” y que además “no resuelve ninguno de los problemas políticos y económicos” de EE.UU., además de dañar las relaciones en el continente y atizar “la vieja desconfianza”.
Detrás de estas denuncias está la alarma del régimen cubano por añadir un nuevo shock externo a las graves dificultades que ya aquejan la isla y están poniendo al límite a la mayor parte de su población.
A la contracción económica con inflación y el “corralito” financiero se suman la escasez de bienes básicos (alimentos, medicina, combustible), las epidemias de dengue y chikunguña, el deterioro de los servicios públicos (educación, sanidad), los prolongados apagones diarios y la migración masiva.
Economía y política
Según explicó a EFE el exdiplomático y analista cubano Carlos Alzugaray, la dictadura cubana “está consternada porque hay posibilidad de un conflicto” de EE.UU. con “uno de sus aliados principales” y éste “puede además derramarse hacia Cuba”, que sufre ya una “policrisis”.
En este mismo sentido ahonda el cubanoamericano Ricardo Herrero, director ejecutivo del colectivo Cuba Study Group (Grupo de Estudio sobre Cuba), al indicar a EFE que Cuba percibe “el riesgo de perder su principal aliado y los subsidios de petróleo” justo “cuando enfrenta una economía en colapso” y una pérdida de ascendente en la arena internacional.
Herrero considera que Washington entretiene la “esperanza” de que “si cae Caracas, La Habana le seguirá”, pero, a su juicio, “eso es más ilusión que estrategia calculada”. Además, cree que sería difícil para el Gobierno estadounidense incluir formalmente a Cuba en la actual argumentación de la lucha contra el narcotráfico.
Alzugaray también pone en duda la teoría del dominó. “Puede ser que se caiga Maduro y que Cuba logre resistir. Claro que los desafíos que enfrenta hoy en día son mucho más graves que cualesquiera otros en el pasado”, indica.
A juicio del exdiplomático, “Rubio tiene el derrocamiento, por cualquier vía, del régimen cubano como un objetivo de alta prioridad, probablemente más alta prioridad que el derrocamiento del Gobierno de Maduro en Venezuela”.







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