Evolución de las Artes En la provincia de Matanzas
El Arte Teatral y el Arte Musical en la provincia de Matanzas
Matanzas, que no tuvo en su pasado artístico muchos músicos y artistas verdaderamente notables, tampoco hoy cuenta (1919) con un número crecido de hijos preclaros en esas dos manifestaciones del arte.
Nuestras notas son, por lo tanto, muy limitadas.
Y sin embargo hay para la música una ficción decidida, y si hubo antaño maestros y dilettanti distinguidos, hoy los señores A. Falcón y Juan Torroella ocupan un lugar de honor en el arte cubano; y los señores Miguel Faílde, Aurelio Hernández, Segundo Botet, Tomás Barrenechea, Aniceto Díaz y las señoras y señoritas Dolores C. de Escoto, Manuela Díaz, Regla Riera, Margarita Alfonso, Haydée Sorondo, Tomasa y Mario Angulo, Juanita Carnot, Alicia Ortiz, Lidia Bordas, Irene Romero de Angulo, etc., tocan o cantan con gusto y con gracia.
Acaso, muchas de las personas que citamos, con una educación artística perfecta, habrían sobresalido hasta en centros importantes de Arte.
No pretendemos con nuestra aserción rebajar el valer de las academias abiertas al público en la provincia de Matanzas: muy al contrario.
Somos los primeros en elogiar el empeño de los directores en levantar siempre más el nivel artístico de la población matancera, aunque no dejamos de comprender que para montar un plantel moderno como los grandes conservatorios de Europa, en Cuba se necesita todavía formar la educación artística de una gran parte del personal que debería dirigir al elemento cubano hacia la cumbre del arte.
Sin la decidida protección de las autoridades, seguiremos viendo, como hasta ahora, que los mejores alumnos de Cuba cómo resultan verdaderos artistas solamente después de haber estudiado en el extranjero en donde se exige un esfuerzo mucho mayor que en estas tierras de sol, de apatía y de choteo.
Las academias más dignas actualmente de ser mencionadas en la provincia de Matanzas, son las siguientes:
Academia Mozart, incorporada al Conservatorio N. De música de La Habana. Directora: señora Dolores C. de Escoto.
Academia de la señora Angelina Alcocer de Muro, incorporada al conservatorio Orbón , de La Habana.
Academia de la señorita María Angulo, incorporada al Conservatorio Falcón, de La Habana.
En Cárdenas:
La Academia Beethoven, de Félix Burés.
EL ARTE TEATRAL
La vida teatral, hasta mediados del siglo XIX, no fue muy intensa en Matanzas.
La primera representación de que tengo memoria ha sido la del 7 de septiembre de 1747, cuando Felipe del Castillo, sargento mayor de las Milicias celebró la Jura de Fernando VI con una fiesta teatral costeada por él, en una casa particular de Matanzas. Se representó por aficionados la comedia El Hado y la Divisa.
En 1805 ya había un teatrito provisional en la casa de la señora Merced del Junco, y en 1816 existió uno en la Plaza de Armas. En él se representaron trabajos de J. M. Heredia. Ese teatro fue trasladado en 1822 de la Plaza de Armas a la calle del Ayuntamiento, esquina a Manzano (hoy Maceo) y en 1829 estaba completamente deteriorado.
Se construyó entonces otro en la misma calle de Manzano pero Matanzas no contó con un verdadero teatro hasta el 6 de abril de 1863 cuando se inauguró el Teatro Esteban, hoy Sauto, empezado en 1860 bajo la dirección del arquitecto italiano Daniel Dall’Aglio en su escenario, así como en el del Liceo de Matanzas se presentaron al público yumurino, muy buenos artistas extranjeros, españoles y cubanos.
El Teatro Sauto es uno de los mejores de Cuba, y fue costeado por suscripción popular, formándose una sociedad por acciones de a 100 pesos.
El proverbio de Milanés, A buen hambre no hay pan duro, y la comedia El hombre de mundo por Ventura de Vega, fueron las piezas escogidas para la noche de la inauguración.
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