Cultura Cubana. Adolfo Dollero
Visitas a planteles de Instrucción y Educación de Matanzas
(Oficiales y Particulares)
Además debemos agregar otros 129 alumnos de Colegios incorporados al Instituto.
Han salido del Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas profesionales muy distinguidos y varios de sus actuales catedráticos: entre los últimos, los doctores Gonzalo Cuní, Arturo Echemendía, Domingo Russinyol, etc., y entre los primeros los médicos Angel A. Aballí, Luis D. Díaz, Filomeno Rodríguez, Juan F. Tamargo, Armando Carnot, los abogados Enrique J. Varona (alumno libre), Evaristo Avellanal, del Tribunal Supremo; Raúl Trelles y Covín, magistrado; etc., D. Ramón García Font, catedrático de la Escuela de Ingenieros, y cien otros no menos dignos de ser citados.
La Biblioteca del Instituto posee unos 3,500 volúmenes: entre ellos, muchas obras maestras, de consulta: muchas de literatura, incluyendo varias colecciones de clásicos españoles, y un regular número de obras científicas.
En el Aula Magna hay un buen aparato de proyecciones, que pudiera prestar servicios de mayor importancia, si hubiese un salón a propósito, en vez del que sirve también para las clases de Historia, Matemática y Geografía.
Hay en el Instituto varios buenos cuadros al óleo, obsequio de un señor don Fausto Mora: y una cabeza de guerrero huno, que conserva la misma expresión dura de los bárbaros modernos que asolaron la Europa civilizada. Es obra del conocido pintor matancero E. Valderrama.
En la Exposición de S. Luis (Missouri) obtuvo el único Gran Premio concedido a un plantel de su índole, por su memoria interesantísima, y por sus colecciones de lepidópteros y de moluscos cubanos.
Una nota todavía
He observado como el Secretario Dr. Arturo Echemendía sabe cumplir con su no fácil tarea de imponer respeto y disciplina a la no muy subordinada juventud escolar del Instituto.
El cubano no es malo, pero poco afecto a la disciplina, y amante del choteo: la labor de los profesores es en Cuba menos fácil, sin duda, que en Europa y en los Estados Unidos.
Mencionaré todavía al señor Don José Felipe Fernández, quien dirige con gran acierto un pequeño colegio, de unos 60 alumnos, impartiendo la primera y la segunda enseñanza, con magnífico éxito. (Tirry número 92).
Su sistema pedagógico es muy particular. Fernández enseña teniendo siempre por base la razón: es la lógica aplicada de una manera práctica y continua, con mil preguntas y observaciones que obligan al niño a razonar.
Sin embargo me parece que solamente unos niños bien preparados intelectualmente pueden aprovechar el sistema Fernández. En nuestro concepto no es aplicable a todos.
El aludido pedagogo no se preocupa de textos ni de grados, ni de definiciones, sino que instruye a sus alumnos de acuerdo con lo que la mentalidad de cada uno les permite comprender y aprender. Los presenta después a los exámenes públicos, y cada uno de ellos se arriesga en las lides donde pueda triunfar por el grado de adelanto a que ha llegado.
Interrogando a varios alumnos, pude convencerme que habían asimilado la instrucción recibida, de una manera admirable, y particularmente lo pude observar en la enseñanza del francés y en los problemas de aritmética razonada.
(Continuará la semana Próxima)
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