Cultura Cubana
Adolfo Dollero
Patriotas
(Apuntes para la historia de la provincia de Matanzas)
Domenech y Gener (Gerardo M.)
Una de las figuras más hermosas de la historia de la independencia cubana. Nació en Jovellanos el 27 de mayo de 1867, de una familia ilustre de patriotas y de héroes, que no pudo darle la instrucción que su inteligencia requería, debido al malestar económico producido en todas las clases sociales por los acontecimientos políticos.
Empezó a conspirar en Cayo Hueso, y después en Matanzas en donde el nombre de Gerardo Domenech está unido con los de los primeros conspiradores.
Prestó grandes servicios a la causa cubana, desempeñando comisiones arriesgadas conduciendo armas, documentos importantes, víveres, dinero, etc.. de un lado a otro de la provincia, y dando siempre prueba de un valor noble y sereno. En la noche del 23 al 24 de febrero de 1895 se fue, solo, a recoger en la Estación de Benavides una cantidad de armas y municiones, llevándolas hasta el lugar de la cita.
En 1895 desempeñó una misión delicada en New York, con la Delegación Cubana, y al querer dejar los Estados Unidos, lo intentó tres veces inútilmente, lográndolo solamente en la cuarta vez. Vino con la expedición que desembarcó en Nuevitas el día 19 de marzo de 1896, incorporándose enseguida con las fuerzas revolucionarias del Gen. Rodríguez (Mayía).
Eran solamente 8 hombres, que tenían grandes dificultades que vencer para desembarcar las armas y pertrechos que traían. Domenech, verdadero atleta, desembarcó con un cañón, a cuestas, llevándolo de la playa hasta la selva.
Fue después Ayudante del General D. Francisco Carrillo, pero al necesitar Mayía formar una columna volante, Gerardo quiso ser de ella, mandando un batallón de infantería.
Fue herido en Mabugina, finalizando el 1896, y combatiendo con fuerzas superiores en número. La bala entró por el pecho y salió por la médula de la columna vertebral, quedando herido de gravedad y con parálisis en las piernas.
Así, tendido siempre y casi inmóvil, con 12 hombres que él dirigía, y que lo transportaban por la manigua, en una camilla improvisada, el heroico Domenech soportó toda la campaña de Weyler, careciendo de medicinas, y a veces de agua, de alimentos y de morfina, para calmar sus atroces sufrimientos. Aquel puñado de valientes lo arrastraba por veredas y breñales, esquivando la persecución continua entre bejucos y espinas, hasta llevarlo a lugar seguro.
Pasó después a curarse en el extranjero, pero la herida y los sufrimientos habían convertido al atleta en un anciano encanecido prematuramente.
Fue en febrero de 1898 que una noble cubana, la Srta. Ana Mercedes Gener, cuyo amor por Domenech se había acrecentado admirando sus virtudes de patriota y de soldado, se casó con el inválido para convertirse en devota enfermera durante 18 años.
El Comandante Domenech falleció el día 30 de noviembre de 1916.
José Martí, el General Carrillo, Flor Crombet, José María Rodríguez (Mayía), José Francisco Lamadriz y muchos otros patriotas ilustres, tuvieron por Domenech particular aprecio, según pude ver por numerosas cartas que su señora viuda conserva como valiosas reliquias.
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De una carta del Comandante Domenech a su primo Juan Guiteras, fechada del 14 de noviembre de 1897, extractamos algunos párrafos que pueden dar una idea de cuánto sufrió el heroico patriota después de su atroz herida.
“Con el alma más adolorida que mi cuerpo ulcerado y paralítico, lastimado por decepciones y tristezas que me han atormentado por largo tiempo, pero siempre resignado a morir en mi puesto por mi honor y por la patria, huyendo de monte en monte en hamacas de cáscara de majagua, sin medicinas ni alimentos, comiendo caballo asado y jutía sin sal, hambriento a veces, con agudísimos dolores… Así me he sostenido un año, ocho días, de cruentos martirios. Fui atravesado por el pecho por una bala que me atravesó la médula espinal, el 2 de noviembre del próximo pasado año. Caí con mi Remington en la mano y en la línea de fuego…”
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