LA PENTARQUÍA DE 1933

Written by Alvaro Alvarez

17 de junio de 2025

Por: Álvaro J. Álvarez

La Pentarquía, formalmente conocida como la Comisión Ejecutiva del Gobierno Provisional de Cuba, fue una coalición que gobernó Cuba entre el 5 y el 10 de septiembre de 1933, tras el derrocamiento del general Gerardo Machado y Morales el 12 de agosto previo. 

Luego de la huida de Machado el primero en ocupar el puesto de presidente provisional fue el general Alberto Herrera Franchi (1874-1954) natural de Vueltas en Las Villas.

El general Herrera tomó el poder el 12 de agosto hasta que el congreso decidió nombrar presidente interino al Dr. Carlos Manuel de Céspedes y Quesada el 13 de agosto.

Por lo tanto, ocupó el cargo solamente un día.

Después de entregarle la presidencia a Céspedes, el general Herrera buscó refugio en el último piso del Hotel Nacional de Cuba junto a otros funcionarios machaditas, estando bajo la protección del embajador norteamericano Benjamín Sumner Welles (1892-1961) quien escribió a Washington:

“He tomado toda precaución posible para asegurar su seguridad y he pedido garantías al gobierno para él y para aquellos senadores y diputados que son muy impopulares. El general Herrera espera abordar el Santa Ana mañana en la noche para Nueva York con su familia y yo iré personalmente al barco”.

El Dr. Carlos Manuel de Céspedes Quesada (1871-1939) que era el hijo del Padre de la Patria, a quien no conoció porque nació en Nueva York el 12 de agosto de 1871 su madre Ana de Quesada fue la segunda esposa de Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo que cuando se fue de Cuba estaba embarazada.

El Dr. Céspedes de Quesada ocupó la presidencia el 13 de agosto y el 4 de septiembre, 22 días después fue depuesto por el Golpe de Estado de Batista, perpetrado por 7 sargentos y 1 cabo.

Entonces fue que llegó la Pentarquía a gobernar el maltrecho país. Sus 5 miembros fueron: 

1.- Sergio Carbó y Morera (1891–1971), periodista.

2.- Dr. Porfirio Franca y Álvarez de la Campa (1878–1950), abogado, banquero y economista.

3.- Dr. Ramón Grau San Martín (1887–1969), profesor de Fisiología la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana.

4.- Dr. José Miguel Irisarri y Gamio (1895–1968), abogado.

5.- Dr. Guillermo Portela y Möller (1886–1958), profesor de la Facultad de Leyes de la Universidad de La Habana. 

Tras la visita de los pentarcas al Palacio Presidencial, a la 1 pm del 5 de septiembre de 1933 y el abandono de la mansión de Refugio # 1 por el hasta entonces presidente interino Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, los cinco miembros de la llamada Comisión Ejecutiva se reunieron para determinar las responsabilidades que cada cual debía asumir.

Según dos notas publicadas en la Gaceta Oficial, fechadas el mismo día, el cenáculo se efectuó a la una de la tarde y en él los convocados prestaron juramento de honor “para cumplir y hacer cumplir las leyes y aspiraciones del pueblo de Cuba, consagradas en la revolución triunfante”.

Tras declarar que habían “tomado posesión del Gobierno de la República de Cuba”, acreditaban al periodista Sergio Carbó para ocupar las Secretarías de Gobernación, Comunicaciones, Guerra y Marina; al profesor universitario el Dr. Guillermo Portela, las Secretarías de Estado y Justicia.

El Dr. Ramón Grau San Martín, quedó a cargo de las Secretarías de Sanidad e Instrucción Pública; el abogado Dr. José M. Irisarri, las Secretarías de Obras Públicas, Agricultura y Comercio; y el banquero Dr. Porfirio Franca, la Secretaría de Hacienda. Se ratificaba al sargento Fulgencio Batista como jefe de las Fuerzas Armadas.

La composición de la Pentarquía auguraba futuras contradicciones entre sus integrantes. Grau e Irisarri profesaban ideas cercanas al nacional reformismo, afines con el Directorio Estudiantil Universitario (DEU). Portela y Franca eran sujetos abiertamente de derecha. Carbó era el clásico oportunista porque navegaba según soplara el viento.

Luego se supo cómo fueron escogidos los cinco miembros. Después de analizar varios candidatos teniendo en cuenta su honradez y lucha antimachadista, el DEU propuso a Ramón Grau San Martín, Guillermo Portela, José Miguel Irisarri y Sergio Carbó. Para el quinto pentarca algunos propusieron a Fulgencio Batista, pero este se negó, alegando su deseo de permanecer dentro de las fuerzas armadas. Rubén de León propuso entonces al banquero Porfirio Franca y Juan Antonio Rubio Padilla a Carlos de la Torre, al final se decantaron por Porfirio Franca.

Lo primero que hizo la Pentarquía fue una proclama, escrita por Sergio Carbó y firmada por 18 civiles y un militar, el sargento Fulgencio Batista. Dicha proclama fue publicada en todos los periódicos cubanos al día siguiente.

Las circunstancias del momento exigían decisiones rápidas y firmes del Ejecutivo, imposibles de tomar debiendo ser discutidas por cinco personas, con igualdad de facultades, cada una con sus opiniones propias, en medio de la confusión y de la agitación reinantes. La novedad de la nueva organización del Ejecutivo fue mal vista, por entenderse que se inspiraba en radicalismos exóticos y contribuyó a la desconfianza que inspiró a muchos sectores de la opinión el nuevo gobierno. 

La actitud del gobierno de los Estados Unidos, que enviaron inmediatamente varios buques de guerra a La Habana y a otros puertos de la Isla y se negaron a reconocer al nuevo Ejecutivo colegiado, contribuyó grandemente a que la Pentarquía no pudiese consolidarse. Dos de ellos, el Dr. Guillermo Portela y el Sr. Porfirio Franca, comenzaron a manifestar vacilaciones.

Pero la situación que colmó la copa sucedió el 8 de septiembre cuando Sergio Carbó, de forma unilateral, nombró al sargento Batista, coronel y jefe del Ejército, amén de promover otros sargentos y alistados a categorías superiores. 

En la noche del 8 de septiembre se convocó a una reunión en el Palacio Presidencial. Se encontraban cuatro de los miembros del Gobierno colectivo, solo faltaba Porfirio Franca, quien ni se dignó a presentar excusas por su inasistencia. También se hallaban militantes del DEU pertenecientes a la directiva de la Junta Revolucionaria de Cuba.

Irisarri planteó la renuncia de todos y su sustitución por una Junta de Notables en la que incluía a Carlos Mendieta y Miguel Mariano Gómez. Grau se opuso, como se sabía apoyado por el DEU, el profesor de Fisiología prosiguió: “Yo estoy dispuesto a asumir todas las responsabilidades históricas y de cualquier clase que sean”. 

Las renuncias irrevocables de Portela e Irisarri determinaron la disolución de la Pentarquía. A sus antiguos miembros, según acordaron los presentes, se les encomendó designar al futuro presidente de la nación, pero todavía al amanecer no habían adoptado decisión alguna. Los estudiantes, reunidos en otra oficina de la mansión, escogieron a Grau, propuesto por Eduardo Chibás.

Carlos Prío, quien presidía la Junta Revolucionaria, acompañado de Rubio Padilla y Rubén de León, irrumpieron en el cónclave del gobierno colectivo. Portela les ordenó que se retiraran, pero Prío le replicó airado que el DEU les revocaba la misión de nombrar al primer magistrado del país: “El Directorio ha elegido presidente al Dr. Grau San Martín”. 

Sergio Carbó, fiel a su idiosincrasia, dijo inmediatamente: “Presidente Grau, estoy a sus órdenes  para servir a la Revolución”.

El domingo 10 de septiembre de 1933 Grau asumió la presidencia que duró 127 días (no como se dice el gobierno de los 100 días de Grau) hasta el 15 de enero de 1934 al perder el apoyo de DEU y de Batista.

La crisis que liquidó al Gobierno de los 127 Días (no 100) tuvo múltiples causas. Después de cuatro siglos de Colonia, los 31 años de República resultaron insuficientes para lograr la maduración y estabilidad política que el país requería.

La funesta herencia del predominio de la violencia para dirimir los conflictos sociales, la gran dependencia de EE. UU. y fundamentalmente, la ausencia de una cultura cívica y democrática conformó una situación que Enrique José Varona resumió así: “La República ha entrado en crisis, porque gran número de ciudadanos han creído que podían desentenderse de los asuntos públicos. Este egoísmo cuenta muy caro. Tan caro, que hemos podido perderlo todo”.

Al ser depuesto el Dr. Grau vino una etapa por donde pasaron seis presidentes en un periodo de 6 años, 8 meses y 24 días, un total de 2,459 días. 

(Un posible récord mundial, el 18 de enero de 1934 hubo 3 presidentes)

1.-Carlos Hevia de los Reyes, de 16/enero/1934 a 18/enero/1934=2 días.

2.-Manuel Márquez Sterling, de 18/enero/1934 a 18/enero/1934=6 horas.

3.-Carlos Mendieta Montefur, de 18/enero/1934 a 11/diciembre/1935=692 días.

4.-José A. Barnet Vinajeras, de 11/diciembre/1935 a 20/mayo/1936=161 días.

5.-Miguel Mariano Gómez Arias, 20/mayo/1936 a 23/diciembre/1936=217 días.

6.-Federico Laredo Brú, 23/diciembre/1936 a 10/octubre/1940=1,387 días.

Luego Batista (1940-1944), Grau (1944-1948), Prío (1948-1952), el segundo golpe de Batista hasta que llegó en 1959 el peor, quien odiaba a Cuba y a los cubanos, quien lo destruyó todo.

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