LA OFRENDA DE UN PATRIÓTICO RECUERD0

20 de mayo de 2025

“¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!”,  es la dramática exclamación con la que termina Adolfo Gustavo Bécquer una de sus clásicas Rimas. Y a lo largo de mis días he visto que tiene razón.

Estamos a punto de celebrar el largo fin de semana feriado que todos conocemos como el de “Memorial Day”, y lamentablemente millones de estadounidenses y personas de otras latitudes, lo que harán es abarrotar las playas, los estadios deportivos, los parajes propios para excursiones y disfrutar de festividades hogareñas donde la barbacoa y el alcohol forman un coro de ruidos gozosos. Los que disfrutan de la vida y la libertad, se olvidan de los que dieron sus vidas para que fuéramos libres.

Algunos historiadores coinciden en afirmar que la observación tradicional del “Memorial Day” se ha ido descuidando al correr de los últimos años. Muchos han olvidado el sentido y el significado del “Memorial Day”. En muchos cementerios las tumbas de los héroes que han peleado por la libertad permanecen ignoradas o descuidadas. Aunque en muchas ciudades todavía se llevan a cabos desfiles y actos públicos conmemorativos, en otras la fecha es  casi inadvertida. En nuestra nación se ha utilizado una fecha históricamente sagrada para que los comercios y los negocios anuncien ventas especiales, con notables descuentos y sugerentes ofertas. En Estados Unidos toda fecha de importancia suele relacionarse con ventas descomunales. Sucede en  Navidades, Domingo de Resurrección, Día de las Madres y de Dar Gracias. Es decir, hemos caído en un secularismo delirante al costo de olvidar valores religiosos y cívicos.

De tal manera ha sido así que con el propósito de rescatar nuestras conmemoraciones históricas, el Congreso aprobó en el mes de diciembre del 2,000 una resolución, olvidada por muchos, por medio de la cual se invita a todos los americanos a que en el Día de Recordación, estén en cualquier sitio o involucrados en cualquier tipo de actividad, separen a las 3:00 P.M. unos minutos que se dediquen a la meditación, al silencio respetuoso o a la devoción religiosa con el propósito de rescatar del olvido a los incontables hombres y mujeres que han fabricado nuestras libertades con el aporte generoso del sacrificio de sus vidas. 

La tradición del “Memorial Day” se remonta al año 1865, ocasión en la que lograron unirse los estados del sur con los estados norteños de la nación, después de una cruenta guerra civil, para recordar y honrar la memoria de los valientes que murieron en la dolorosa confrontación, suceso que tuvo lugar durante los años 1861 al 1865. Los dos bandos enfrentados fueron las fuerzas de los estados del Norte de la Unión contra los recién fundados Estados Confederados de América que declararon su independencia. Cuando Abraham Lincoln, en elecciones sumamente caldeadas asumió la presidencia, los estados del sur, por su parte habían elegido a Jefferson Davis como su propio presidente, lo que fue declarado ilegal por Lincoln. El conflicto degeneró en una guerra a la que se dio inicio por el asalto confederado a la guarnición de Fort Sumter el 12 de abril del 1861.

En los días finales de la guerra civil, el presidente Abraham Lincoln viajó desde Washington a Gettysburg, sitio en Pensilvania en el que se había desarrollado una sangrienta batalla. Su objetivo era el  de participar en el solemne Acto de consagración del Cementerio Nacional del Soldado. A pesar de que después del conflicto civil armado entre hermanos estadounidenses esta nación ha participado en dos guerras mundiales y ha invertido vidas y recursos en Corea, Vietnam, Irak, Afganistán y en otros muchos lugares donde se ha derramado sangre americana como sagrado aporte a la libertad universal del hombre, somos propensos al olvido y a la indiferencia. ¡Es urgente el rescate de nuestro patriotismo!         

El discurso de Lincoln en Gettysburg es considerado como una de las piezas oratorias más importantes de la historia. Sin embargo, fue pronunciado en menos de cinco minutos, con un contenido de apenas 300 palabras. Considero que para darle un recto sentido a la celebración del “Memorial Day”, cada persona que viva en esta libre nación de los Estados Unidos, debe leerlo devotamente, y si es posible, memorizarlo para inyectarle fertilidad a su patriotismo. Con sumo gusto exponemos su traducción al español:

“Hace ocho décadas y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales.

Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación o cualquier nación así concebida y así consagrada, puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a consagrar una porción de ese campo como último lugar de descanso para aquellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente correcto y apropiado que hagamos tal cosa.

Pero, en un sentido más amplio, nosotros no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar este terreno. Los valientes hombres, vivos y muertos que lucharon aquí lo han consagrado ya muy por encima de nuestro pobre poder de añadir o restarle algo. El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho tiempo lo que aquí decimos, pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquí. Somos más bien nosotros, los vivos, los que debemos consagrarnos aquí a la tarea inconclusa que aquellos, que aquí lucharon, hicieron avanzar tanto y tan noblemente. Somos más bien los vivos los que debemos consagrarnos aquí a la gran tarea que aún resta ante nosotros: que de estos muertos a los que honramos, tomemos una devoción incrementada a la causa por la que ellos dieron hasta la última medida completa de celo. Que resolvamos aquí, firmemente que estos muertos no han  dado sus vidas en vano. Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra”.

Este breve discurso fue pronunciado por Abraham Lincoln el 19 de noviembre del 1863, hace 162 años. Todavía no se había establecido el “Memorial Day”, ni la nación estadounidense había formado su unidad, que hasta hoy es un ejemplo para el mundo; pero las palabras del décimo sexto presidente de los Estados Unidos siguen siendo inspiración y guía para todos los que amamos a esta gran nación.

Aunque el “Memorial Day” es fecha de origen estadounidense, a nosotros los cubanos, y probablemente a muchos otros desterrados que añoran a sus pueblos sin libertad, el recuerdo de los héroes y seres amados que se hallan en tumbas lejanas, levantan sus voces para animarnos a la reconquista. En unos versos de su poema “Remembranzas”, Luis Mario, nuestro querido amigo e insigne poeta escribe estos versos que de una forma u otra representan el sentimiento de incontables cubanos:

“Pero hay algo más hondo en mi memoria

-lágrima seca, grito, tierra unánime-.

En el rincón más triste de mi pueblo

La tumba de mi padre.”

Ciertamente cada cubano tiene su propio e interior “Día de Recordación”, oportunidad en que el corazón se viste de luto, las manos tiemblan de tristeza y la esperanza puja por levantarnos al deber de la reivindicación.

Leímos en un correo electrónico estas expresiones anónimas en inglés que traducimos libremente porque creemos que las mismas ayudarán a muchas personas recién ingresadas a nuestra sociedad a percibir el sentido de una tan sagrada celebración como es el “Memorial Day”:

“Han sido los mártires, no precisamente los religiosos, quienes nos han legado la libertad de religión.

Han sido los mártires y no los organizadores  sociales los que nos han garantizado la libertad de reunión.

Han sido los mártires y no los abogados quienes nos han dado el derecho a la igualdad de la justicia.

Han sido los mártires, y no los políticos, los que nos han propiciado la oportunidad de emitir libremente nuestro voto.

Han sido los mártires, y no los estadistas, los que nos han inspirado para que amemos nuestra bandera, honremos nuestra libertad y amemos a nuestra nación”.

“Preparémonos para el largo fin de semana del “Memorial Day”. Habrá quienes  duden de mi patria, y la ofendan, y la acobarden, y la amarren al yugo: ¡que hay, muchos modos de amarrarla! Yo, que la siento vibrar, que la veo perdonar, que la veo fundar, digo, humillada la cabeza: ¡Bendita sea mi patria!”.

Temas similares…

0 comentarios

Enviar un comentario