El párroco de la tradicional iglesia de Corpus Christi en Miami, José Luis Menéndez, presagió la multiplicación de luchas necesarias para afianzar la libertad en Cuba, durante un sermón dominical dirigido a sus numerosos feligreses.
José Menéndez presidió los actos religiosos celebrados en este templo con motivo del Día de Corpus Christi, en una de las parroquias más emblemáticas y tradicionales de la fe del exilio cubano en Miami.
El clérigo se definió como un cristiano católico que, a lo largo de su vida religiosa en esta ciudad, ha apoyado todas las causas encaminadas a lograr la pronta libertad y el restablecimiento de la democracia en la isla, después de más de 66 años de una dictadura comunista.
“Hoy le pedimos a Dios que ayude al sufrido pueblo cubano, que ha resistido violaciones sistemáticas a sus derechos humanos y la desarticulación de sus familias, cuyos seres queridos se han visto obligados a emigrar ante la falta de prosperidad en una isla azotada por la miseria”, expresó.
Menéndez denunció que, más allá de prohibir la libertad de creer en un Dios soberano, el régimen ha impedido a los cubanos practicar libremente su fe, cercenando así uno de los caminos que podría conducir a la libertad.
“El Día de Corpus Christi también es una ocasión para que los cubanos en el exilio nos unamos y oremos por la llegada, no muy lejana, de la libertad a nuestra isla, y así terminar con el sufrimiento del pueblo cubano”, recalcó.
“La Iglesia, con su mensaje de paz, siempre ha estado al lado del pueblo. A lo largo de la historia de Cuba ha llevado un mensaje de esperanza, para que los cubanos puedan vivir en paz, con sus derechos respetados, sin más angustia ni dolor por una dictadura prolongada”, agregó.
“Tanto dentro como fuera de Cuba, la Iglesia seguirá acompañando al pueblo. Ha comprendido que sin libertad ningún país puede desarrollarse plenamente. Un pueblo reprimido y violentado está condenado al estancamiento”, enfatizó.
El párroco lamentó la situación desesperada en la isla: “Sufre toda la sociedad. Los niños no tienen futuro. Los jóvenes solo conocen la represión y el control. Los adultos carecen de medios para subsistir dignamente, por la falta de servicios públicos, alimentos y energía”.
También denunció la represión contra los propios religiosos: “Ni siquiera se puede tener fe libremente, porque hasta eso los dictadores han querido arrancar de las mentes del pueblo. Sin embargo, afortunadamente, los cubanos siguen creyendo en Dios como salvador ante esta crítica situación”.
“Desde aquí clamamos por nuestros pastores en Cuba, quienes son víctimas de una persecución infame por parte del régimen y ni siquiera pueden expresar desde el púlpito todo su dolor”, sostuvo.
Cada domingo, dijo Menéndez, la parroquia dedica unos minutos a orar por el pueblo cubano: “Rezamos por nuestros compatriotas, porque la situación es cada vez más grave. Faltan alimentos, electricidad y recursos básicos para sobrevivir con dignidad”.
También afirmó que desde la comunidad exiliada se hacen esfuerzos constantes por ayudar: “Siempre que podemos, enviamos ayuda para que los niños y ancianos puedan resistir esta crisis que se agrava día a día y obliga a muchos jóvenes a huir por cualquier medio, en busca de esperanza y futuro en otras naciones.”
Con tristeza, expresó: “Jamás imaginamos que Cuba llegaría a este extremo. La gente muere por falta de médicos y medicinas. En medio del caos social y económico, las enfermedades se vuelven sentencias”.
Finalmente, concluyó con un mensaje de solidaridad: “En esta conmemoración del Día de Corpus Christi, al igual que en otras fiestas religiosas, pedimos por nuestros hermanos que, sin apoyo alguno, luchan por sobrevivir en un país sin condiciones para vivir dignamente”.
“Queremos que el pueblo sepa que desde Miami los cubanos exiliados seguimos ayudando, a nuestros seres queridos en la isla para que, al menos, logren sobrevivir”, finalizó.
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