LA COLETILLA castrista como arma política

Written by Alvaro Alvarez

11 de marzo de 2025

Por: Álvaro J. Álvarez

Según la Real Academia Española, la coletilla es: añadido breve al final de lo dicho o escrito, para recalcar lo expresado o hacer una salvedad.

En una dictadura como la de Batista se impuso la censura a la libertad de expresión y a la prensa porque el gobierno quería impedir que se dijeran ciertas cosas. En cambio, un gobierno totalitario como el que tenemos hace 24,177 días (66 años, 2 meses y 11 días) va mucho más allá: necesita que se piense y se diga una sola cosa sobre cualquier cosa. 

Un gobierno totalitario sólo admite una sola visión para todas las cosas, empezando con el arte y la religión. Sólo existe una fuente ideológica, de información y dirección: El Caudillo-Estado. 

Una dictadura no necesariamente se adueña de toda la prensa, aunque hace todo lo posible para controlar la información y la libertad de expresión. Un gobierno totalitario lo tiene que hacer y la manera más eficaz de hacerlo es apropiarse totalmente de la prensa. 

El control de los medios de comunicación y de la educación son elementos indispensables para el adoctrinamiento de la población y para eliminar la libertad de pensamiento, que atenta contra su permanencia en el poder.

El mismo 1° de enero de 1959 se robó el vespertino Alerta situado en Carlos III #615 esquina a Oquendo, fundado en 1935 y desde 1949 era propiedad de Ramón Vasconcelos (Matanzas, 1890- La Habana, 1965), periodista de reconocido talento profesional, que estuvo ligado a los partidos Liberal, Auténtico y Ortodoxo.

El jueves 22 de enero de 1959 el asesino de Birán organizó la Operación Verdad donde 380 periodistas del mundo entero hospedados en el Hotel Habana Riviera de Paseo y Malecón y tomando mojitos, presenciaron en el Salón Copa Room como el cachorro totalitario comenzó su asalto a la prensa libre cubana. Ese día nació la agencia castrista Prensa Latina, cuyo primer director Jorge Ricardo Masetti lo acababa de traer el 8 de enero, Guevara desde Buenos Aires, junto con sus padres. Entre los primeros en la agencia estuvieron los colombianos Gabriel García Márquez y Plinio Apuleyo Mendoza.

El argentino Masetti nació en 1929 y desapareció el 21 de abril de 1964 en la zona de Salta, Argentina después de haber entrado desde Bolivia con el grado de comandante segundo (el Che era el comandante primero, pero nunca llegó a incorporarse a aquella fracasada guerrilla).

El sábado 24 de octubre de 1959 el gobierno organizó la celebración de “El Día del Reportero”. Armando Hart, entonces ministro de Educación, se encargó del discurso oficial. Sus palabras no dejaron duda de lo que sucedería con la libertad de expresión, los periódicos y contra los chicos de la prensa. Les dijo Hart: “La objetividad es un mito de la civilización. La única base de la objetividad es aquella que refleja a la opinión pública. ¿Y dónde está la opinión pública? Cuando habla el doctor Castro lo hace en nombre del pueblo y por lo tanto expresa la opinión pública. Aquellos que ignoran la opinión pública defienden los intereses de la oligarquía”. 

Al día siguiente el periódico Revolución, al reproducir el discurso de Hart, resumió aquella perorata, que se convirtió en una consigna, y en una amenaza policíaca: “Ser anticomunista es ser antirrevolucionario”.

El siempre astuto FC necesitaba amordazar a la prensa de Cuba, pero no quería aún cargar con la responsabilidad de su silencio. Para obviar estos inconvenientes, convocó a los dirigentes de los Colegios de Periodistas y Sindicatos de Artes Gráficas. Estos aprobaron la creación de un Comité en cada periódico, el cual sería el encargado de imponer una aclaración al final de cada artículo, que consideraran contrario a los intereses del gobierno castrista.

El sábado 26 de diciembre de 1959, FC ordenó que las noticias y los comentarios que publicaba la prensa libre, es decir todos los diarios menos Hoy y Revolución, irían acompañados por “aclaraciones de los comités de prensa” del periódico. Así podrían denunciar si alguna noticia era mentira o que se publicaba contra la voluntad de los trabajadores. 

Las primeras coletillas aparecieron en el periódico Información el 15 de enero de 1960. Después se amplió a Diario de la Marina y otros periódicos. Sus dueños, por supuesto, no aceptaron aquello que era decidido por Comités de Libertad de Prensa que se crearon en cada uno de los medios hostiles a la revolución. 

El diario Prensa Libre las llamó “coletillas” y así se conocen desde entonces. El escándalo fue mayúsculo, todos los periódicos libres protestaron. En ese momento ya estaban infiltradas las redacciones de sus periódicos por incondicionales del régimen y oportunistas que de otro modo no habrían logrado notoriedad en sus diarios. La prensa libre no pudo evitar que empezaran a publicarse las “coletillas”. Una de ellas, por ejemplo, junto a un editorial del periódico, decía así: “Los trabajadores de este periódico advierten que esta información ni se ajusta a la verdad ni cumple en lo más mínimo las más elementales normas periodísticas”. 

Por supuesto, jamás se dijo quiénes eran “los trabajadores, ni cuál la verdad a que se referían”. 

Las redacciones se convirtieron en un manicomio.Una semana después que el director del periódico Avance, Jorge Zayas, decidiera no publicar un editorial debido a la oposición de ciertos trabajadores. Un “comité de prensa libre”, exigió al gobierno que confiscara el periódico por ser “contrarrevolucionario”. Lo que de inmediato sucedió: una turba tomó por asalto el periódico y se apoderó de las instalaciones. 

Jorge Zayas y sus dos principales colaboradores se asilaron en la Embajada de Ecuador; con sus familias abandonaron el país. 

Avance, uno de los periódicos más combativo contra Castro, escribió el 19 de enero de 1960: “Lo único que no puede negarse es la originalidad de la invención. Hasta ahora no se le había ocurrido a nadie, en ninguna época, ni en ninguna parte del mundo”.

Desde los diarios Revolución y Hoy se lanzó la consigna contra los demás diarios y periodistas “traidores” que querían libertad de prensa: “son contrarrevolucionarios”, se les acusó. Aquello era una locura, pero era apenas el principio.

En marzo de 1960 la temperatura en las redacciones de los diarios de todo el país (más de 60), los más de 20 canales de televisión y las 106 estaciones de radio (24 de FM), subió a niveles insoportables. 

El viernes 25 de marzo de 1960, Luis Conte Agüero, intentó leer durante su programa de radio en CMQ, una carta abierta a FC, de previsible contenido. Una turba le impidió el ingreso a la emisora en Radiocentro de M y 23, dirigidos nada menos que por el jefe de Seguridad. Estuvo cerca de ser linchado bajo los gritos de paredón-paredón de la chusma y apenas tuvo tiempo de correr a refugiarse a la Embajada de Argentina. 

De nada le sirvió ser amigo de FC y líder de su mismo partido ortodoxo, Conte Agüero cayó en desgracia muy pronto. 

Días después de la escapada de Conte Agüero, Abel Mestre, dueño con su hermano Goar de la poderosa cadena radial y de televisión CMQ, fue al banco a depositar los cheques del salario de sus trabajadores y se encontró con que su cuenta no tenía fondos: “Los empleados sindicalizados decidieron confiscarla”, se le informó. Lo mismo se hizo con otros 400 empresarios a quienes se les dio 15 días de plazo para “demostrar que no habían colaborado con Batista”. 

Por supuesto, todos se quedaron sin su dinero, porque de eso se trataba. Al día siguiente, el primero de abril de 1960, Goar Mestre entró a un estudio de televisión de CMQ desde el que se transmitía un programa llamado justamente Ante la Prensa y denunció lo que estaba pasando. Salió del estudio y con su hermano Abel corrieron a refugiarse a una embajada. De inmediato el gobierno tomó las instalaciones de CMQ. Así lo harían con todas las estaciones de radio y televisión que entonces había en Cuba.

Los últimos en ser robados en 1960 fueron: Diario de la Marina el 11 de mayo; Prensa Libre el 16 de mayo y la revista Bohemia el 12 de julio. 

Las encuestas de Bohemia eran diseñadas por Raúl Gutiérrez Serrano, un profesor de Psicología Social que había estudiado en la Universidad de Columbia y era miembro de la WAPOR (World Association for Public Opinion Research). Junto al pintor Luis Martínez Pedro, fundó una agencia de publicidad quien en 1951 fue nombrado por el Diario de la Marina como una de las diez personas más influyentes de la Isla. 

Después del golpe de Estado de Batista en 1952, Bohemia decidió no realizar más encuestas políticas hasta que en Cuba no se restituyera la democracia. Con el triunfo de la Revolución, la revista se animó a realizar un nuevo sondeo. Los resultados se publicaron el 22 de febrero de 1959. 

A través de un cuestionario, la ciudadanía evaluó el desempeño del gobierno revolucionario y del Ejército Rebelde. “Nunca se había visto antes una opinión tan favorable. Ni en nuestras encuestas de 1946 al 1952, ni en nuestras encuestas de otros países” escribió Gutiérrez Serrano. Más del 90 % de los consultados creía que el gobierno lo estaba “haciendo todo perfectamente bien”. Las opiniones que diferían de ese criterio tan entusiasta explicaron, provenían fundamentalmente de centros urbanos. Dijo, además, que la encuesta se había realizado con métodos científicos, pero no ofreció detalles metodológicos, tampoco expuso las técnicas empleadas. 

Temas similares…

0 comentarios

Enviar un comentario