Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE
José Ambrosio Gómez Cardoso, nació en Puerto Príncipe, actual Camagüey, el 8 de diciembre de 1829. Su abuela materna Ana Josefa Agramonte, era prima de Ignacio Agramonte. Cuando tenía 6 años su familia se mudó a la calle Real (Independencia) entre las calles Morón (Marcial Gómez) y San Lorenzo (Abraham Delgado) en Ciego de Ávila. Allí nació el 20 de junio,1840, Marcial de Jesús, su hermano menor. Su padre José Gómez y su madre Nicolasa Cardoso.
El 8 de noviembre de 1868, José Ambrosio (JA) con sus hermanos Marcial y Felipe se unieron a un grupo de valientes para protagonizar el Alzamiento de Piedras, primer hecho guerrillero de los mambises avileños, cuatro días después del alzamiento de Las Clavellinas, en Camagüey, José Ambrosio tuvo su bautismo de fuego en diciembre de ese año, en el ingenio Trapiche, cercano a Morón.
Esto trajo como consecuencia que las autoridades españolas incendiaran la humilde casa de yagua y guano en que vivían. Toda la familia se tuvo que ir a vivir al monte.
Muy pronto José Ambrosio y Felipe serían ascendidos a oficiales. Cuando el general Ángel del Castillo, el 7 de septiembre de 1869 atacó y derrotó a la columna española al mando del teniente coronel Ramón del Portal. En esta batalla no solamente participó José Ambrosio, sino que se destacó. Del Portal fue ejecutado.
Siendo ya comandante intervino en las acciones guerreras de Francisquito, El Jíbaro, Pelayo, Río Zaza, El Pasto, Arroyo Blanco, Río Grande y Lázaro López, donde fue herido de muerte el General Ángel del Castillo. El 6 de enero de 1875 ayudó como práctico a Máximo Gómez a cruzar La Trocha por primera vez y por la parte Sur.
En los primeros meses del año 1875, Máximo Gómez al frente de casi mil hombres invadió Las Villas, algunos líderes mambises se opusieron a su jerarquía, por no ser cubano, José Ambrosio tuvo la responsabilidad de acompañar, como guía del grupo de leales soldados de su escolta, al Generalísimo, en su viaje hacia Camagüey para reunirse con el gobierno civil de la República en Armas. Ello demuestra la confianza que el jefe máximo había depositado en él.
El 22 de enero de 1876 estando Máximo Gómez en su campamento de La Reforma (situado a unos 12 km. al noreste de Majagua y al 12 km al oeste de Ceballos) hizo llamar a José Ambrosio para darle la orden de llevar a Camagüey documentos de la mayor importancia y de paso comprobara si La Trocha de Júcaro a Morón podría ser cruzada con tropas de caballería. Ambas misiones se cumplieron con todo éxito.
El 11 de marzo de 1876 nació en La Reforma, Francisco Gómez Toro (Panchito) el cuarto hijo de Máximo Gómez con Bernarda Toro Pelegrín (Manana) que murió junto con Antonio Maceo el 7 de diciembre de 1896.
El 5 de mayo de 1876 el Generalísimo tuvo una reunión con sus oficiales y en ella ascendió al grado de teniente coronel a José Ambrosio. Desde el 23 de febrero Máximo Gómez había designado a J.A. jefe de las fuerzas en la Región de La Trocha. Cuando operaba en esa zona, tuvo un encuentro con la guerrilla española mandada por el comandante Fidencio Hernández, compuesta de 60 hombres que fueron barridos con la carga al machete que ordenó Gómez Cardoso. Esa acción se conoce como Macheteo del Pasto. Fidencio Hernández muerto junto a sus hombres había sido jefe del escuadrón de soldados que mató en julio de 1871, en la hacienda Cumanayagua, a su hermano Marcial de Jesús.
José de Oro, escribano de Ciego de Ávila era confidente de los cubanos y fue el que informó a JAGC de la presencia de Hernández y sus hombres en las cercanías de El Pasto.
Marcial de Jesús Gómez Cardoso, fue herido en una pierna durante un combate al este de Ciego de Ávila, lo llevaron a un Hospital de Sangre en una finca cercana a Gaspar. El 5 de junio de 1872, sorprendido por una guerrilla al servicio de los españoles y como era el único armado, repelió el ataque con su bravura característica, al quedarse sin balas fue que se acercaron y lo pudieron matar. Le cortaron su cabeza y la mostraron por Ciego de Ávila, hasta arrojarla por la ventana de su casa en la calle Independencia. Este macabro hecho le causó tal impresión a su hermana Anita que enloqueció y así estuvo hasta su muerte en 1911.
José Ambrosio estuvo, además, al lado del Generalísimo en el primer cruce de La Trocha el 6 de enero de 1875 y la travesía hacía el este del señalado enclave militar el 14 de noviembre de 1876 a causa del regionalismo en Las Villas.
Gómez Cardoso, participó en el combate del potrero Las Tasajeras y la toma de Ciego de Ávila el 26 de mayo de 1876 bajo el mando del general Máximo Gómez.
Hombre de fuerte espíritu de lucha y de firmeza se convirtió en uno de los últimos en deponer las armas en el territorio avileño tras el Pacto del Zanjón en 1878.
Al reiniciarse las acciones militares el 24 de febrero de 1895 con el Grito de Baire, nuevamente el territorio avileño se sumó a estas.
El 21 de abril de 1895 se produjo el alzamiento en la finca Jagüeycito, cerca de Florencia, encabezado por el general Joaquín Castillo y el 19 de mayo de 1895 se levantó en armas, en su finca Los Suspiros, Simón Reyes, reconocido ya por su habilidad para burlar el enclave español como El Águila de la Trocha, ese mismo día cayó en Dos Ríos, José Martí, el alma de aquella guerra que solamente llevaba 84 días de iniciada y que resultó ser la de la Independencia de Cuba.
La Brigada de la Trocha desempeñó un papel importante en esta nueva etapa de la guerra por su labor de constante vigilancia y asedio a las tropas españolas destacadas en la fortificación militar.
Máximo Gómez el 30 de octubre ya estaba en La Trocha de Júcaro a Morón (línea fortificada por 68 Fuertes, 67 Blocaos y 401 Puestos de Escucha y más de 10,000 soldados, Ciego de Ávila estaba en el km 27 y Morón en el km 61).
En junio de 1895 desde que el Generalísimo entró en tierras camagüeyanas se comunicó con su viejo amigo y subalterno el teniente coronel José Ambrosio que, aunque ya tenía 65 años, le encomendaba la reorganización de las fuerzas mambisas de La Trocha. Luego lo ascendió a General de Brigada, también conocido como Brigadier.
Por una finca situada a 5 kilómetros al norte de Ciego de Ávila, solamente le bastaron 30 minutos a José Ambrosio para el 29 de noviembre de 1895, servirle de guía del cruce de La Trocha, al general Antonio Maceo, porque José Ambrosio iba a la vanguardia guiando a los 1,536 hombres que integraban la columna y luego los llevó al encuentro de éste con Máximo Gómez y la constitución del Ejército Invasor al día siguiente en su campamento La Reforma en los potreros de Lázaro López, situado a unos 12 km. al oeste.
En noviembre de 1895, llegó a La Habana, Winston Churchill (1874-1965) como corresponsal de guerra de un periódico inglés, luego de llegar a Sancti Spíritus se incorporó a las tropas del general español Álvaro Suárez Valdez (1840-1917) que salieron de madrugada a perseguir a los mambises de Máximo Gómez, el 30 de noviembre de 1895 el mismo día que cumplió 21 años por poco muere por una bala disparada por un combatiente mambí que le pasó muy cerca de su cabeza y mató al caballo que estaba detrás de él. Por supuesto nunca Máximo Gómez se enteró de esto, porque Churchill lo contó en sus memorias, muchos años después.
Fuerzas del coronel Simón Reyes protagonizaron el Combate de El Mijial en 1896 y en 1897 cayeron en la Isla de Turiguanó los patriotas Abraham Delgado y Francisco Gonzalo Marín.
Con dedicación y efectividad desempeñó los cargos de Jefe de Comunicaciones y de Confidencias al oeste de La Trocha.
Lo acompañó en los difíciles momentos en que recibió las noticias sobre la caída en combate de Antonio Maceo Grajales y Panchito Gómez Toro y en la última carga pura al machete el 26 de noviembre de 1896.
Contribuyó con sus misiones al éxito de la campaña de La Reforma realizada por el General en Jefe: custodió y envió municiones a través de La Trocha y dirigió acciones de inteligencia. Trabajó con constancia y esfuerzo por la marcha y el funcionamiento de las prefecturas en sus zonas de operaciones, entre ellas las de San Nicolás, Vertientes, Piedrecitas, Macurijes y Magarabomba. Como jefe de la Brigada de la Trocha garantizó en mayo de 1897 la participación del mambisado a su mando al voto para la elección de delegados a la Asamblea de Representantes.
Al oeste de la Trocha se desarrolló entre finales de 1897 y casi todo el 1898 la Campaña de la Reforma, dirigida por Máximo Gómez y considerada una de las más grandes campañas defensivas de la historia latinoamericana. Durante esa etapa, el 3 de julio de 1898, desembarcó por el puerto-embarcadero de Palo Alto, al suroeste de Ciego de Ávila, la primera expedición que recibió el jefe mambí.
Su táctica militar era emboscada y pequeños ataques, conocidos como de muerde y huye. Ello obligaba a los españoles a emplear un número crecido de soldados en las operaciones.
Orestes Ferrara, en su libro Memorias, en las páginas 76 y 77 explica su deseo de pasar La Trocha en el otoño de 1897. Acompañado por el teniente Aurelio Sonville se presentó ante el brigadier José Gómez, Jefe de la brigada cubana que vigilaba el territorio oriental de la Trocha. El Brigadier me oyó impávido, y me dijo: “Usted no hará eso, pues más que una tontería sería una locura”.
Ferrara le contestó que tenía documentos que entregarle a Máximo Gómez, J.A. le dijo se lo diera y él, se encargaría de entregarlo por medio de un comunicante. Ferrara, aceptó entregarle el sobre, pero insistió en intentar el cruce de la Trocha. José Ambrosio, amable pero inflexible le replicó: “Lo siento, pero no tengo costumbre de enviar a nadie a una muerte inútil”.
En los poblados y la zona oeste de La Trocha el servicio de inteligencia mambí era un sistema, no se puede obviar la otra parte, el accionar al este. Trabajaban desde ambos lados en estrecha coordinación para pasar informes, documentos, periódicos, medicinas, municiones, armas y traslado de combatientes.
Durante la Campaña de la Reforma entre 1898 y 1899, dirigida por Máximo Gómez, fue muy eficaz el desempeño de la Brigada de la Trocha, comandada por el Brigadier José Gómez Cardoso, quien se apoyaba en sus fuerzas, que actuaban dispersas y vigilantes a lo largo de la línea militar y de colaboradores de la población: prácticos, confidentes, comunicantes, boteros, marineros y otros.
Ante las dificultades y peligros para franquear la Trocha, el Brigadier organizó un servicio “Con fecha 21, después de dejar preparados 30,000 tiros para el coronel Simón Reyes, ordené a un oficial pasar a buscar los 19,000 tiros según la orden que usted me dio para los chincheros regresando con 18,500 que le entregaron, también han sido dejados en la costa norte para Reyes, que con los anteriores hacen un total de 48,000. Una vez despachado, pasé a la costa sur considerando que estarían de regreso las embarcaciones.
El 24 de diciembre de 1898, le decía al Generalísimo: “Como asignatura pendiente queda el estudio de la contraparte, o sea, el servicio de inteligencia empleado por el ejército español en La Trocha, al parecer no les fue muy fácil de desarrollar”.
Prueba de ello es lo publicado el 26 de julio de 1897 por La Ilustración Nacional y editada en Madrid: “En cuanto a la imposibilidad de dar con el paradero de Máximo Gómez, nosotros lo achacamos a la falta de confidencias, tan necesarias en una guerra como la de Cuba, y ya que, por desgracia, nuestras columnas carecen de confidentes espontáneos, estos deberían buscarse, empleando aquellos medios que están al alcance de todo general en jefe.”
El 23 de noviembre de 1898, las fuerzas españolas abandonaron a Ciego de Ávila y al otro día, el 24 de noviembre hicieron su entrada en Ciego de Ávila las fuerzas de Leopoldo Calvo, después las de Simón Reyes, las de José A. Gómez Cardoso, Justo Sánchez y Armando Sánchez Agramonte.
José Ambrosio, casó en segundas nupcias con Inés Maidique Ulloa, tuvieron 3 hijos: Arcadio, Otilio y Gabino y estos les dieron 18 nietos (Miguel, Manuel, Adalio, Reinaldo, Inés, Aida, Zeida, Mambí, Antonia, Máximo, Gabino, Gualfredo, Gualberto, Godofredo, Gilfredo, Gertrudis, Guillermina y Graciela).
Al terminar la Guerra en 1898, se marchó a su casa y fue concejal del Ayuntamiento.
Lo sorprendió la muerte el 24 de abril de 1901 a los 71 años. Su cadáver reposa en el panteón de Veteranos en el Cementerio Municipal de Ciego de Ávila.
“Soldado que sirve a la patria sin condiciones.” Así, en pocas palabras, se autodefinió el General de Brigada del Ejército Libertador José Ambrosio Gómez Cardoso, en carta enviada el 25 de septiembre de 1898 al Generalísimo Máximo Gómez Báez.
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