Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE
José Arechabala Aldama nació en Gordejuela (19 Km. al Suroeste de Bilbao) Vizcaya, el 9 de noviembre de1847. Fue el sexto hijo de José María Arechabala Lartundo y de Juana Aldama Gastaca.
Con tan sólo 14 años, el joven y modesto panadero vasco dejó su pueblo natal, se subió al vapor Hermosa de Trasmiera (con matrícula de Santander) que llevaba rumbo a Cuba. Muchacho trabajador y listo, se puso a trabajar como cocinero durante la travesía. Al desembarcar en La Habana el 29 de julio de 1862, llevaba consigo una moneda de oro y una carta de recomendación de su madre para su pariente, Antonio Galíndez Aldama, que ya era uno de los grandes empresarios de la producción y comercio azucarero de la provincia de Matanzas y enseguida lo puso a trabajar en su negocio.
Permaneció siete años en la empresa, donde se curtió en asuntos relacionados con la producción y comercialización de azúcar y derivados y después en 1869 entró en Bea, Bellido y Compañía, que había sido creada por el industrial Demetrio Manuel de Bea y Maruri (1832-1896) marqués de Bellamar, Presidente del Senado en Cuba, Diputado a Cortes por Matanzas, Gran Cruz de Isabel la Católica y acaudalado industrial de esta ciudad, que había nacido en Sodupe, pueblo vasco situado a 4 km. al noreste de Gordejuela. Era una empresa dedicada a la Ferretería, Banca y Consignación de Buques.
José causó muy buena impresión, gracias a su buen trabajo y en 1873 fue nombrado apoderado de los negocios en Cárdenas de Julián de Zulueta y Amondo (1814-1878) en 1864 era el hombre más rico de Cuba, alcalde, senador, diputado, gobernador, dueño de 6 centrales, del ferrocarril Caibarién a Zaza, 2 vapores utilizados entre otras cosas para traficar esclavos (su principal negocio), además de otras diversas empresas, comenzó a construir la que luego se llamó la Manzana de Gómez. En su nombre hay un pueblo en Las Villas y una calle en La Habana. Estando en su finca en Colón se cayó de su caballo y su cabeza sufrió un gran trauma, falleciendo el 4 de mayo de 1878.
Según los especialistas, Cuba fue el primer país que dio al ron la categoría de clásico.
En 1778 la Isla exportó alrededor de 230,000 litros de aguardiente, a comienzos del siglo XIX, se producían más de 4,500,000 litros.
En 1861 existían 125 destilerías, en la mayoría de los casos parte de fábricas de azúcar y resultado por lo general de operaciones individuales. Es la época en que Cuba empezó a producir 1/3 del azúcar mundial.
El ron cubano marcó una nueva época, un nuevo estilo en la fabricación de rones. En 1860 se podía beber toda una gama de rones británicos producidos en Jamaica, Guyana y Barbados. Fue entonces que Cuba importó una nueva tecnología, el llamado alambique continuo o de columna, que permitió a los destiladores cubanos crear un estilo de ron nuevo, más ligero y dulce.
El primero fue Facundo Bacardí en Santiago de Cuba en 1862.
José Arechabala el 26 de enero de 1874 se casó con Carmen Hurtado de Mendoza y García, con quien tuvo cinco hijos: Carmen 1879, José Antonio (Toto) 1881, Mercedes 1884, José Nicolás (Pepucho) 1885 y Juana 1887. Un matrimonio con una vida hogareña duradera, larga y estable.
En 1878, José Arechabala compró a plazos a los herederos de Julián de Zulueta un alambique establecido en Cárdenas, no había superado aún el nivel artesanal y su proceso de elaboración era completamente manual.
Destilaba las mieles de 7 u 8 ingenios azucareros de la zona para producir ron y otros licores. Recibía por mar la materia prima de Sagua la Grande y Yaguajay. El 1ro. de febrero de 1880, lo inscribió en el Registro Mercantil con el nombre de La Vizcaya.
La industria prosperó de tal manera que pudo rehacerse al huracán que azotó Cárdenas en 1888 causando daños que superaron los 50,000 pesos de la época, además las consecuencias inevitables de la guerra de Independencia (1895 -1898), que supuso el bombardeo de Cárdenas y el colapso del comercio internacional.
Fue propietario de la Fábrica de Gas de Cárdenas constituida el 13 de mayo de 1857 bajo la presidencia de Carlos Cruzat, para suministrarle el gas al alumbrado público que se inauguró el 1° de febrero de 1859 en 187 farolas.
El complejo industrial de Arechabala S.A. en Cárdenas desde principios del siglo XX, se había ampliado para disponer de varias calderas y columnas de destilación y los negocios se iban ampliando hasta los 600,000 m² para abarcar la destilería La Viscaya que era la 2ª de Cuba, después de la de Santa Cruz, plantas de confituras, de levadura (desde 1956), sirope, otras producciones derivadas del azúcar como la 4ª refinería azucarera, la 11ª destilería (desde 1944 con capacidad de 7,741 galones diarios), una fábrica de varios licores, almacén de azúcar, terminal marítima, astilleros, servicio de cabotaje, tenía acceso al ferrocarril (desde comienzos del siglo XX) y corredores de azúcar en el mercado mundial. Con oficinas en el edificio Arechabala en Cárdenas, Matanzas, Santa Clara y en la calle San Ignacio #61, Plaza de la Catedral en La Habana. En 1903 comenzó a refinar azúcar y en 1917 a exportarla.
La fábrica ocupaba dos manzanas completas, con tres líneas de ferrocarril, con depósitos anexos de aguardiente, alcohol y ron con capacidad para almacenar 500 pipas cada uno, así como uno de mieles en el que podía depositarse hasta 5,000 litros.
La Destilería fue ampliada en 1903 (La Vizcaya I y II) para la elaboración por tipos y contaba, con cinco calderas, tres de ellas de fabricación cubana y cinco columnas de destilación. Entre las líneas de producción se destacaban el Aguardiente “Arechabala”. La capacidad productiva era de 100 pipas de Aguardiente y 40 de Alcohol al día, siendo de 3,000 pipas de alcoholes al mes, que eran exportados mayormente a Inglaterra y Francia.
Producían anís, aguardiente, cremas, coñac marcas Relicario y Tres Arbolitos, ginebra marca Arechabala.
En 1910 la Refinería elaboraba diariamente 250 barriles de azúcar. La maquinaria, abundante y compleja, respondía a los adelantos tecnológicos de su tiempo, destacándose entre sus componentes principales había 7 calderas: 4 de 22 pies de largo por 8 pies de ancho, otras 2 de 20 pies por 7 pies y otra de 18 por 7.
En ese año se le consideraba el segundo mayor contribuyente de Cárdenas, pero en 1914 gracias a la expansión de la sociedad lo había conducido al primer lugar.
Desde 1925 eran propietario del Central Progreso, el cual, en 1958, era el 65° en capacidad de producción (270,000 arrobas diarias) con un RI bajo de 12.45, 2,500 trabajadores y 369 caballerías de tierras propias, 7 kilómetros propios de ferrocarril de vía ancha, 22 carros de caña y tres locomotoras, pero se servía con frecuencia de los ferrocarriles públicos para las necesidades de la industria. Situado a unos 7 km. al sureste de Cárdenas por la carretera del Circuito Norte.
Al mismo tiempo, la compañía dedicó muchos esfuerzos a mejorar la ciudad de Cárdenas, entre otras cosas, contribuyó al asfaltado de calles, proporcionaba becas de estudio para jóvenes cardenenses e hijos de los empleados. El 20 de abril de 1919 se inauguró el teatro Arechabala, estrenándose la famosa zarzuela “Las Golondrinas” de Usandizaga con la presencia de las principales figuras de la época. Tenía una capacidad para 2,000 espectadores sentados y 400 de pie donde actuó el italiano Enrico Caruso en junio de 1920. Fue demolido en 1963 por el Ministerio de Ruinas de Fidel Castro.
En esa misma ocasión se le hizo entrega del título de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Cárdenas, por acuerdo unánime del Ayuntamiento. Además, era el Presidente de Honor de La Colonia Española.
En 1917, comenzó a exportar grandes cantidades de azúcar refinada “Vizcaya” para La Habana. La isla nunca había exportado azúcar refinada hasta 1906, cuando algo se exportó, pero poco. Cesó de nuevo la exportación hasta 1916, cuando el señor Arechabala dándose cuenta del magnífico campo de negocios en el extranjero, comenzó en ese año hacia Suramérica y en 1918 a los EE.UU, llegando a exportar durante 1928 y 1929 más de 100,000 toneladas largas de azúcar refinada. El transporte estaba asegurado por su propia empresa marítima que contaba con 3 goletas para el envío de productos a La Habana para su exportación y 4 lanchas para los trasbordos en el canal del Puerto de Cárdenas.
En 1919 falleció su esposa Carmen Hurtado de Mendoza y García a los 66 años.
El 18 de enero de 1921 la compañía fue incorporada con el nombre de José Arechabala S.A. y José fue nombrado su presidente con 73 años y su yerno y sobrino, José Arechabala y Sainz (esposo de su hija mayor Carmen) tomó las riendas de la compañía como su primer director. Como accionistas sus cinco hijos: Juana, Carmela, Mercedes, José Antonio y José Nicolás.
Don José falleció el 15 de marzo de 1923, a las 6:30 de la mañana, apenas unos minutos después de comenzar el turno de trabajo en Arechabala y haber enviado a sus hijos a la planta diciendo ¡A trabajar muchachos, ha sonado el pito! Su muerte marcó el comienzo de una cadena de tragedias. En 1924 unos secuestradores que querían recompensa asesinaron al sucesor. En 1926 otro yerno Gabriel Malet Rodríguez que sucedió al primer sucesor falleció en plena juventud. Más tarde, Carmen la hija mayor de don José y viuda del asesinado también fue víctima de extorsiones, pero gracias a un policía que se disfrazó de mujer, haciéndose pasar por Carmen, pudieron capturarlos. Debido a estas situaciones, algunos de los familiares se marcharon a Europa.
Carmen estuvo al frente del negocio hasta que, en 1926, José Fermín Iturrioz y Llaguno, conocido como Josechu, nacido en 1890, ahijado e hijo de la sobrina de don José, Juana Llaguno Arechabala con el mayordomo de los almacenes Fermín Iturrioz Michelena, fue elegido por la familia para manejar la empresa como director, quien 24 años antes, don José había llevado a trabajar con él.
José Fermín se casó en 1916 con Onelia Méndez Rubí nacida en Lagunillas en 1887, en 1930 construyeron en Varadero en la primera avenida entre las calles 56 y 60 un sitio privado llamado JosOne una combinación de sus nombres, cercado, con varias casas, piscina, lago, jardines, una capilla de la virgen de Lourdes y un túnel de acceso al mar. Este fue el sitio preferido del dictador FC para pasar sus días en Varadero además de llevar a otros líderes comunistas como Allende y Breshnev.
La inteligencia de Iturrioz pronto fue reconocida y el joven se destacó como gran hombre de negocios. Éste sería el hombre que llevaría a Arechabala la cumbre del siglo XX. En la década del 20 la Destilería elaboraba de 80,000 a 100,000 litros de aguardientes y alcoholes, entre ellos el famoso combustible Espíritu Motor o Mofuco, inmejorable carburante que comenzó a producirse en 1931. Era una mezcla de 92% alcohol, 5% gasolina de Motembo y 3% de Benzol.
La empresa Motor Fuel Company que según algunas fuentes pertenecía al grupo Arechabala, comenzó la comercialización de Mofuco.
Arechabala se considera pionera en la elaboración de un carburante nacional, utilizando el alcohol como base, que dio excelentes resultados a los automóviles y con reconocimiento en el exterior evidenciado por sus múltiples pedidos a exportar, revelándose como otra de sus primacías industriales ser de las cuatro más importantes casas productoras de Cuba.
Cuando en 1943, la guerra mundial impuso rígidos controles sobre la gasolina, el Gobierno cubano reclamó el concurso de la empresa para que el transporte terrestre no se paralizara, llegando Arechabala aportar hasta el 63 % del consumo nacional.
Tuvo J. Arechabala S. A. una activa participación en lograr que EE.UU. admitiera el azúcar refinado cubano. Fue una lucha denodada que entre 1928 y 1933 libró, junto con otras firmas, contra las autoridades norteamericanas, para afincar y esclarecer el derecho de Cuba a exportar ese producto a EE. UU. y evitar así el cierre de las refinerías cubanas.
Sus producciones superaban las de sus competidores. En 1956 La Vizcaya produjo alrededor de seis millones de litros de aguardientes y alcohol de 95 grados, a lo que se sumaban los casi 800 000 litros obtenidos en los centrales Porfuerza y Progreso.
El alcohol tiene un octanaje mayor que la gasolina, por lo tanto, al agregar alguna dosis como el 10 % a una gasolina corriente, se sube el octanaje final de la mezcla.
El uso de etanol en los vehículos empezó con el diseño del modelo T de Henry Ford, en 1908, el cual estaba diseñado para funcionar con etanol, pero debido a la abundancia y bajo precio del petróleo este automóvil pasó a utilizar gasolina pura.
Desde 2009, toda la gasolina en los EE.UU. está mezclada con 10% de etanol extraído del maíz.
Según Herminio Portell Vilá (1901-1992) en el análisis estadístico de su obra “La Decadencia de Cárdenas”, 1921, Cárdenas producía más alcohol y aguardiente que todas las destilerías de La Habana y más que las provincias de Oriente, Camagüey y Santa Clara juntas, lo que se comprende fácilmente si se considera que la casa Arechabala, por si sola destilaba casi tanto como la provincia de Santa Clara, que es la tercera provincia de la Isla en producción.
En 1932, Cuba exportaba hacia los EE.UU. la alta cifra de 435,026 toneladas de azúcar, de las cuales la Refinería de José Arechabala S.A. proveía casi el 30%. Estos se efectuaban en embarques directos o a través de Las Bahamas.
El 1 de septiembre de 1933, Cárdenas fue azotada por un ciclón arrasador el más destructor hasta la actualidad, Cárdenas quedó arruinada, la desolación y la miseria de los habitantes presentaba un cuadro conmovedor que ya venía gestándose a causa de la Guerra Europea que comenzó en 1918. La firma Arechabala, fue la primera en el suministro de comestibles, medicinas y efectivo al Comité de Emergencia, haciéndoles también envíos de víveres a los Asilos, al Hospital, a la Cárcel y otros establecimientos.
Las pérdidas para la firma fueron cuantiosas, grandes daños en los almacenes, por el suelo su equipo industrial y las instalaciones eléctricas, en todos lados el caos era visible. Los carros del ferrocarril y los tractores casi destrozados, las materias primas inutilizadas, los depósitos y envases perdidos. Fue una pérdida valorada en $258,000, que calculando el tiempo de producción perdido se amplificó en $500,000.
Pero este panorama de calamidades no fue perturbación de mucho tiempo.
Rápidamente se iniciaron los trabajos de reconstrucción y se superó aquello que había sido destruido.
Arechabala lanzó el 19 de marzo de 1934 el ron Havana Club y continuó produciéndolo hasta el robo de esta por Fidel Castro, el 31 de diciembre de 1959.
Más tarde se añadió el Alco-Elite, alcohol puro, muy demandado con fines sanitarios.
El semanario Gordejuela, exclusivo de la firma, se vendía en cada estanquillo de la ciudad, se les entregaba a los trabajadores, se les regalaba a los clientes, bibliotecas, universidades, ingenios y a cada rincón donde el azúcar tuviese algún tipo de revelación dentro y fuera de Cuba.
El 18 de julio de 1936, Arechabala puso en marcha otra vez la producción de confituras. En los años 40 la compañía realizó un convenio con la compañía norteamericana “Charms” para construir una Fábrica de Caramelos, que incluyó la producción de confituras de alta calidad para el consumo en Cuba y Estados Unidos. Llegaron a trabajar allí hasta 1,024 cardenenses. Después Arechabala le compró la fábrica a Charms y continuó produciendo caramelos excelentes por su cuenta.
La firma representaba al whisky Chivas Regal y Martin´s V.V.O., Martin’s 20 years whisky, Ginebra Stirling, Harwood’s special whisky, vinos de mesa españoles entre otras bebidas de importación en Cuba.
El aguardiente “Arechabala” junto a otros, entre los que destacaba el ron “Añejo Arechabala”, considerado el mejor ron añejo del momento. El “Havana Club” se venía fecundando desde la fundación de la Vizcaya en 1878, pero por razones desconocidas, no existen registros de su producción en los informes de producción de licores cubanos. Este sería el ron, dado su agradable sabor bouquet y aroma a melaza fresca que años más tarde distinguiría a Cuba ante el mundo. Arechabala, seleccionó para su logotipo la figura de la Giraldilla, en representación de La Habana.
Ante tal éxito, 29 de mayo de 1935, instalaron el Bar Privado y las oficinas comerciales de la empresa en la antigua casa del Conde de Bayona frente a la Catedral habanera.
El 31 de diciembre de 1935 nació Ramón el hijo de Carmelina y bisnieto de don José.
En 1946, la producción de la Destilería alcanzó la cifra récord por el papel de material estratégico de guerra que el alcohol tuvo en aquellos tiempos. En la década del 50 la Destilería estaba equipada con lo más moderno de la época, amplias secciones de fermentación, depósitos y cómodas instalaciones con un alto nivel de limpieza y una técnica superior. Dicha planta tenía la capacidad de producir 125,000 litros diarios, de los cuales se podían deshidratar no menos de 100,000 cada 24 horas. 9 fermentadoras de acero cobrizo, resistente a la corrosión de los mostos, brindaban capacidad para 400,0000 de litros. Era conocida como la mayor productora de ron de la isla.
Los Laboratorios de José Arechabala S.A (JASA). Se encontraban a la vanguardia mundial, lo que garantizó la producción acorde a las exigencias de una industria moderna.
La casa Arechabala se localizó fuera del centro histórico de la ciudad. Sus propiedades abarcaban alrededor de los 600.000 m2 y sus terrenos limitaban con la bahía de Cárdenas.
Con anterioridad a la inserción de esta industria, la zona se caracterizaba por la presencia de grandes naves industriales en algunos puntos a lo largo de la calle Pinillos (que era la segunda calle que existía luego de los límites con la bahía) era un terreno pantanoso y don José se fue extendiendo hasta el mar.
La pequeña torre de recepción era el edificio desde el que se controlaba el acceso de personal a las fábricas y en su segundo nivel se instaló una pequeña biblioteca para la superación de sus trabajadores.
Detrás de la torre de la biblioteca y continuo a la plaza se construyó un hermoso parque con su mobiliario y una exuberante vegetación que funcionaba como espacio de ocio.
Su cercanía a la estación de ferrocarriles de Cárdenas, le posibilitó un acceso directo y controlado de las materias primas. Desde sus inicios “La Vizcaya” se concibió con sus propias líneas férreas, las cuales fueron extendiéndose como consecuencia de su rápida expansión productiva.
El complejo poseía avenidas bien pavimentadas para facilitar los recorridos peatonales y por automóvil.
Los trabajadores de esta industria tenían un status superior con respecto a los de otras compañías de la zona, Arechabala demostraba que, si el trabajador sentía bienestar, tanto dentro como fuera de la fábrica, su satisfacción se traduciría en una óptima respuesta a los intereses de la empresa. Las condiciones de trabajo eran excelentes y el hecho de sentirse en un ambiente confortable y equipado, su nivel de rendimiento sería superior para realizar una labor y esto era ya una garantía para la obtención de buenos resultados. Los visitantes de la industria se deleitaban ante el caso “insólito” de ver cientos de hombres trabajando en un ambiente grato, con instalaciones modernas, amenizadas por parques, fuentes y paseos, donde la limpieza y la belleza ornamental realzaban el confort del conjunto fabril.
Entre los beneficios se creó un Fondo de Emergencias, una donación para auxiliar cualquier contingencia de los obreros en caso de percance familiar.
Además, la Caja de Ahorro, estimulándolos a hacer reservas para el respaldo de sus planes futuros. Se premiaban a los mejores trabajadores.
Se fundó, además, la Academia de Corte y Costura y financió becas universitarias a hijos de trabajadores que demostraron tener actitudes correctas ante la superación profesional. Ya de niños, se les inculcaba la idea de que cumplir con sus obligaciones, como ir a la escuela o ser buenos compañeros, serían comportamientos premiados por el dueño de la empresa. En 1956 salió la Crema Aldabó y el Coñac Peralta.
José Fermín Iturrioz quien estaba dirigiendo la empresa desde 1926 y en 1953 sustituyó a Carmen Arechabala Hurtado de Mendoza (1879-1961) como presidenta, salió de la empresa en 1958, siendo sustituido por Ramón Arechabala Arechabala.
Carmen la hija mayor de don José se casó con su primo José Arechabala Sainz (hijo de Eusebio) y tuvieron a María del Carmen (1910-1991) conocida como Carmelina que a su vez se casó con Miguel Ángel Arechabala Torrontegui (1904-1946), padres de Ramón.
La salida de Iturrioz implicó para la firma la pérdida del central Porfuerza, situado en Calimete, que permaneció en manos de Iturrioz. Tenía una capacidad de molida de 250,000 arrobas diarias, 2,650 trabajadores y 768 caballerías de tierras propias.
La familia Arechabala estuvo al frente de su compañía hasta el 31 de diciembre de 1959, cuando un grupo de hombres armados liderados por Calixto López, bajo órdenes de Fidel Castro irrumpieron en las oficinas y obligaron al personal abandonar las instalaciones, no sin antes registrar a Ramón y a su hermano José Miguel Arechabala para impedirles llevarse algún documento. Según Ramón les prometieron pagarles, pero nunca lo hicieron.
Los que nunca trabajaron ni aportaron bienes de consumo para el pueblo cubano, se apoderaron de toda nuestra Isla y no pararon hasta convertirla en un gigantesco estercolero.
Después que Ramón organizó una fiesta para los empleados fue detenido y le propusieron salir de Cuba o permanecer en prisión.
Por eso, Ramón, Amparo Alvaré (nacida en 1935) y su hijo Miguel Ignacio abandonaron su patria rumbo a Madrid, luego pasaron a Filadelfia junto con su hermano José Miguel y en 1967 llegaron a Miami, donde trató de seguir fabricando el Havana Club, pero no tuvo el dinero suficiente para lograrlo.
En 1974 se encontró con Orfilio Peláez, de la firma Bacardí, para llegar a un acuerdo y seguir elaborando el ron. Pero el destino quiso que el Sr. Peláez falleciera después de aquella reunión.
Cuando en 1993 supo que Pernod-Ricard estaba negociando con Castro para fabricar y vender Havana Club, le escribió al director de Pernod, Patrick Ricard aclarándole que su familia era el dueño de JASA (José Arechabala S. A.) y de la marca Havana Club. Pernod nunca podría elaborar un auténtico Havana Club sin la receta secreta de la familia.
Aparentemente Pernod concluyó que ellos no tenían los medios para luchar contra ellos ante los tribunales. Pernod es una empresa enorme y Ramón, su hermano y sus primos vivían modestamente.
Ramón intentó otro contacto con Bacardí, lográndolo con Juan Prado para finalmente llegar un acuerdo, cediéndole a Bacardí el derecho de fabricar y vender el ron Havana Club. Se firmó el contrato en 1997 por $1,250,000. Este les permite vender este ron en EE.UU., elaborándolo en Puerto Rico y con la receta original proporcionada por la familia Arechabala. Bacardí ha tenido desde entonces numerosos juicios, por el uso de la marca, con Pernod Ricard, propietaria de la marca Havana Club en el resto del mundo.
Aquello fue posible porque tanto Ramón como su hermano habían memorizado la fórmula secreta desde un principio, para poder darle un buen uso.
La empresa conjunta Pernod-Cuban demandaron a Bacardí en Nueva York, el 3 de febrero de 1999, Ramón declaró su verdadera historia en el juicio y el tribunal falló a favor de Bacardí.
Los Castro les robaron sus bienes, Pernod-Castro, siguen produciendo el Havana Club, pero nunca podrá ser el verdadero ron Havana Club.
En 1993 se formó una empresa conjunta entre el gobierno cubano y la empresa francesa Pernod Ricard con la intención de reflotar la marca Havana Club. Cualquier referencia a la familia Arechabala fue eliminada.
Y para complicar un poco más este asunto, algunos herederos han creado desde 2011, la empresa José Arechabala International, para producir en Panamá, el Ron Arechabala. Su presidente es el bisnieto, Antón Riestra Pita.
Ramón Arechabala Arechabala falleció en 2010, su viuda Amparo Alvaré permitió en 2019 poner en escena en Miami, la obra teatral Amparo con 22 actores, 4 bailarines y 5 músicos, entre ellos el ídolo de Güines, Roberto Torres, basada en esta interesante historia de la familia Arechabala de Cárdenas.
Ante el vacío de archivos empresariales especialmente entre 1930 y 1950, que desaparecieron tras el robo, la familia dispone como alternativa, los recortes de prensa, estudios de la época y posteriores sobre la industria azucarera y sus derivados, así como el álbum editado con motivo de su 75 aniversario y la revista Gordejuela, editada entre 1940 y 1956. También han contado con cartas y recuerdos atesorados por la familia, incluyendo a María Victoria y José Manuel Arechabala y Catalina García Arechabala, entre otros.
El Bandido en Jefe, Fidel Castro acabó con su negocio, pero la historia del vasco José Arechabala Aldama no ha podido ser borrada del mapa.
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