Por Roberto Luque Escalona
*Con esa cara tan dura que el diablo le dio, Barack Obama dice que Trump va a destruir América. Porque una cara muy dura hay que tener para decir tal cosa de alguien que ya gobernó América durante cuatro años muy recientes y la llevó a la prosperidad.
*Kamala Harris, la candidata demócrata, está como que muy apagadita. Sólo se habla de Donald Trump, que ese sí no se toma un descanso. Kamala estaba muy cómoda en su cargo de vicepresidente y de pronto le cayó encima la competencia con el incansable y agresivo Trump, para la que no parece haber estado anímicamente preparada. Por cierto, no es nada fácil lo que tiene que enfrentar.
*Hasta ahora, no hay indicios del esperado desmadre que debe provocar en México su nueva presidente, una judía comunista. Aunque para provocar desmadres en México lo mismo da ser hombre que mujer, judía o cristiana, comunista o nazi. Digo esto no sin tristeza, que muy felices años pasé en ese país, amén de que tengo una nieta mexicana.
En fin, veremos con qué se baja esa buena señora.
*Como el comunismo siempre genera el éxodo, caso único en la Historia de personas que huyen de lo que se supone sería su bienestar, si en México se implantara habría que estacionar todo un ejército en la frontera sur para impedir la entrada de millones que intentarían huir de la felicidad.
*Me pregunto cuál será el destino de Cuba, muerto el brujo de Birán y diezmado por la edad el grupo que lo acompañó, embrutecida y emputecida su población por décadas de promesas absurdas y mentiras estúpidas, pero creídas por muchos allá. No estaré allí para verlo.
*Con el tiempo, quizás alguien trate de explicar por qué América invirtió un enorme y costoso esfuerzo para tratar de impedir que los comunistas se apoderaran del lejano e insignificante Vietnam mientras se toleraba un gobierno comunista en la muy cercana y en modo alguno insignificante Cuba.
*La semana próxima me iré de esta casa donde viví mis mejores años en compañía de Ana. Pero Ana se fue y ahora yo me voy de la casa que tan ligada está a mis años más felices.
*Creo que ya lo he dicho, pero no está de más repetirlo: Lo que más necesita un gobernante impopular, ya sea en un gobierno dictatorial como el de Venezuela o en una democracia como España es la voluntad de poder. Ahí tienen a Nicolás Maduro en Caracas y a Pedro Sánchez en Madrid. Muy pocos los quieren, pero ellos siguen, como decíamos en Cuba, “pegados al jamón”.
*Cada vez me cuesta más trabajo escribir. Cada vez me cuesta más trabajo todo. No es que mis habilidades hayan mermado. Lo que ha mermado hasta casi desaparecer son mis ganas de escribir, de comunicarme con los demás por medio de la palabra escrita y de disfrutar con ello. Por otra parte, esta computadora tiende a, digamos, a “trabarse, o sea, a dejar de funcionar de vez en cuando. Entonces viene mi nieto y la pone en marcha de nuevo, pero cuando me mude, mi nieto no estará cerca para resolver el desfuncionamiento, por lo que cualquier artículo puede ser el último. No creo que me echen de menos si eso llega a suceder. A los viejos tristes no se les echa de menos, y para viejos tristes, este servidor de ustedes.
*Primero dejé de escribir novelas, lo cual fue un proceso natural, que escribirlas es lo que se puede definir con el título de una novela famosa de Cormack McCarthy que muchos que no son lectores conocerán por el cine: No Country for Old Men. Después, poco a poco están desapareciendo hasta las ganas de escribir artículos, lo que se acrecienta por el hecho de que no necesito hacerlo, porque dinero no me falta.
*Mientras más leo sobre su persona, opiniones y hechos, más me convenzo de que Kamala Harris nada tiene que hacer ante Donald Trump. Pero, si no la postulan a ella, no veo a quien hubieran podido postular. El Partido Demócrata está tan falto de figuras presidenciables como nunca antes, o más bien, como cuando debió enfrentar a Barack Hussein Obama. Sólo el hecho de que hayan considerado postular a Michelle Obama, una persona sin ningún historial político y, lo que es peor, sin interés alguno en la política, da la medida de sus carencias. Simplemente, no tienen a nadie… lo cual no deja de ser una suerte para el país.
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