Querido Demetrio:
Acabo de leer el artículo sobre La Ermita de Nuestra Señora de La Caridad en Miami. El artículo muy interesante e informativo para muchos de nosotros que vivimos fuera de Miami.
Solo quiero mencionarte que, para el Padre Jiménez Rebollar, que tuve el placer de conocerle por muchos años en Washington, DC, que ahí no terminó la historia del Padre Jiménez y su amor a la Virgen de la Caridad.
Cuando él llegó a Washington, él decidió que, dentro de la Basílica del Santuario Nacional de La Inmaculada Concepción, donde se encuentran altares dedicados a diferentes advocaciones de diferentes partes del mundo a La Virgen, que había que haber uno dedicado a la Virgen de la Caridad.
El Padre Jiménez trabajó incansablemente para conseguir este altar a La Virgen, y quiero rendir honor a su gesto.
Saludos,
Jaime Gutiérrez Escolá
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