Iraida Añorga da su testimonio a LIBRE

Written by Germán Acero

28 de enero de 2025

Martín Añorga fue un gran pastor, esposo, padre y amigo

“Con Martín Añorga mantuvimos siempre el consuelo y el coraje de las familias cubanas en el exilio”, confesó la esposa del reverendo, Iraida Añorga, tras lamentar hondamente su fallecimiento en Miami.

“Fue un hombre al que la gente lo quiso tremendamente porque lo llamaban a cada rato para que les diera consuelo y valor, sobre todo, cuando esas familias comenzaron a llegar de Cuba huyendo del comunismo”, opinó.

“Hoy es un momento de verdadero dolor porque Martín Añorga siempre tuvo un corazón muy grande para ayudar espiritualmente a miles de cubanos desplazados por el comunismo”, agregó.

“En su corazón siempre hubo hondo cariño, sobre todo, para aquellos fieles que él siempre tuvo durante su permanencia en las iglesias presbiterianas de Miami”, relató Iraida.

“Fue un pastor que entregó su vida para servir a la comunidad de Miami. Trabajó incansablemente para construir iglesias y templos donde se pudiera ir para aliviar su dolor de patria”, añadió.

“En esta tarea tan humanitaria Martín Añorga siempre contó con el apoyo desinteresado de Demetrio Pérez, Jr. y con él compartió su vida ayudando a la comunidad en Miami”, aseguró Iraida Añorga.

“Fue para Demetrio Pérez, Jr. un guía espiritual y un padre, siempre estuvo ahí para apoyarlo en cualquier proyecto”, insistió.

“Uno de los momentos más difíciles en la vida de Martín Añorga fue cuando Demetrio Pérez, Jr., falleció porque siempre tuvo en él a su mejor y entrañable amigo de siempre”, insistió Iraida Añorga. 

“Añorga fue un sobreprotector de las familias cubanas y, especialmente, de su familia, de sus hijos y de su único hermano que le sobrevive José”, recordó Iraida.

“Fue un ser que vivió siempre por su iglesia, la causa de Cuba y las familias. Su prioridad fue su culto para la gente donde le dio ánimo y coraje a ellos después de que llegaban a Miami con el corazón roto tras haber  dejado a sus familias”, añadió.

“Su sueño fue ver a Cuba libre. Recorría en su mente y en sus recuerdos a Placetas. Fue parte esencial de su vida. Junto con su fe. Su patriotismo. Y la humanidad entera”, recalcó.

“Hoy tengo alivio en mi corazón porque siempre lo cuidé para que pudiera servir a la humanidad. Fue un hombre comprensible, amable y amoroso. De buen genio y vigor. Gracias le doy a Dios por haberme dado un hombre así”, afirmó.

“Hasta último momento le di valor. Me desvelé para que estuviera bien. Lo acompañaba  a un restaurant latino en la calle 40, allí toda la gente lo mimaba”, dijo como anécdota.

“El sembró una semilla de cariño. Era amigo de sus amigos y de su gente. Fui testigo de ello. Durante más de 9 años que estuvimos casados. Tuvo un inmenso amor por parte de la gente, sobre todo, de los desprotegidos y de los que sufrían mucho”, dijo.

“Hoy está con el Señor en su seno. Se lo merecía. Porque brindó ayuda con su corazón a todo el mundo. El sábado fue un día grande para el exilio,  la gente demostró el aprecio que sentía por él”, enfatizó.

“Agradezco a Demetrio Pérez, Jr. y, ahora, a su hijo Demetrio José por el aprecio que ellos siempre le brindaron a Martín. Él igualmente los adoró y les entregó su corazón para que vivieran bien junto con el Señor”, concluyó.

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