Por Ricardo Segura.
El escritor estadounidense Napoleón Hill (1883-1970), quien fue asesor de varios presidentes de Estados Unidos, como Woodrow Wilson y Franklin D. Roosevelt, está considerado como uno de los autores de libros de autoayuda, liderazgo y superación más importantes e influyentes del mundo, y uno de los precursores de este género literario.
Cuando tenía doce años, su madrastra, con la que su padre se había casado tras enviudar dos años antes, dijo que Napoleón quizás era el muchacho más inteligente del mundo y que la razón de fuera muy revoltoso era que el niño simplemente no sabía qué hacer con su excepcional inteligencia.
Estas palabras tuvieron un fuerte impacto en Napoleón Hill, lo motivaron profundamente, y uno de los frutos más importantes y perdurables de esta fuerte motivación, fue su libro ‘Piense y hágase rico’, publicado hace más de ochenta años.
En ese libro, considerado como un clásico y una de las obras de autoayuda y mejoramiento personal más vendidas del mundo, Hill desvela una serie de enseñanzas y principios clave para alcanzar el éxito económico y la prosperidad a través del poder de la mente, que se mantienen vigentes hasta nuestros días.
Revisión de un libro
exitoso
El economista, inversor y emprendedor español Carlos Galán es uno de los mayores estudiosos en habla castellana de la obra y enseñanzas de Napoleón Hill y de su libro “Piense y hágase rico” en particular, al que describe como “el mayor ‘best seller’ de la historia sobre éxito y libertad financiera”.
Galán ha publicado una edición revisada y actualizada del clásico de Hill, completándolo con ejercicios, un plan de acción y 15 nuevos capítulos para que “los lectores del XXI que deseen verdaderamente cambiar y tomar las riendas de su vida, puedan poner en práctica las enseñanzas del célebre escritor estadounidense” según explica.
A continuación, este especialista describe algunas ideas claves para atraer el éxito y la riqueza a nuestra vida, basadas en las enseñanzas que Napoleón Hill expuso en su libro y que podemos aplicar en nuestra día a día.
El éxito comienza en la mente
Para Galán “nuestros pensamientos construyen patrones y son como andamios en nuestra mente” por los cuales después nos desplazamos para comportarnos de una u otra manera.
Es una idea implícita en el conocido concepto, atribuido a Mahatma Gandhi, que afirma: “Cuida tus pensamientos porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos porque se convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos porque se convertirán en tu destino. Y tu destino será tu vida”, según este autor.
“Apunta todo lo que te viene a la cabeza cuando lees o escuchas las palabras ‘dinero, finanzas, economía, negocios, los ricos o un millón de dólares o euros’. Apunta cosas buenas, cosas malas, frases sin sentido, frases hechas… Lo que te venga a la mente. Date cuenta de que estos pensamientos dependen de ti, y puedes decidir cambiar cualquiera de ellos”, señala.
En definitiva, “tenemos el control de nuestros pensamientos. Y por tanto, el control de nuestro destino” enfatiza.
Galán afirma que “cuando uno está realmente preparado para algo, ese algo aparece. En otras palabras, cuando el alumno está preparado, el maestro aparece. Esto no sucede por magia, ni debido a la suerte. Simplemente es así como funciona la poderosa, entrenable y selectiva mente humana”, señala.
“Muchos grandes casos de éxito y riqueza, comenzaron con un pensamiento inicial de sus creadores”, señala.
Pone como ejemplo el caso Google, cuyos creadores buscaban poner en marcha el mejor buscador de internet y lo consiguieron.
“Y no solo eso: a partir de aquel pensamiento inicial vinieron muchas más cosas: sistema operativo, correo electrónico, calendario, vídeos (YouTube), almacenamiento en la nube y cientos de negocios a su alrededor”, apunta.
Añade que Jeff Bezos tuvo el pensamiento de crear la mayor librería online del mundo. Amazon solo vendía libros inicialmente. Posteriormente ha ampliado su catálogo, y lo sigue haciendo, hasta haberse convertido en ‘la mayor tienda del mundo’.
Galán admite que los pensamientos son difíciles de controlar, “pero al igual que un caballo salvaje puede domesticarse, podemos trabajar en ellos para dirigirlos. La idea es prestar atención a aquellos pensamientos que nos ayudan. Y aceptar que siempre habrá pensamientos negativos, sin hacerles demasiado caso”.
También lanza la advertencia de que “los pensamientos por sí solos no generan riqueza. Deben ir acompañados de acción” y traslada el mensaje de que “la causa de fracaso más frecuente es abandonar después de una frustración temporal, sin entender que los reveses son solo parte del aprendizaje”.
“Si te mantienes firme en tu voluntad, es muy posible que consigas aquello que buscas”, enfatiza.
Cómo enfrentarse a cualquier problema
Galán comparte con sus lectores el ‘mantra’ (frase sagrada) personal que se repite a si mismo cada vez que debe enfrentar cualquier problema, duda, preocupación o amago de queja.
Señala que esta poderosa fórmula, que le trasmitió su padre, es ‘problema-solución-acción’’, cuya aplicación explica de la siguiente manera:
Problema
“Escribe el problema. No basta con pensarlo” recomienda.
“Es muy importante escribirlo porque resulta terapéutico: escribir es un ‘limpiaparabrisas mental’. Cuando escribes el problema, te obligas a concretarlo. Y eso hace que pierda fuerza”, señala.
Solución
“Todo problema tiene su solución. O al menos una forma de que te afecte menos y puedas vivir más tranquilo”, según Galán.
“Piensa en al menos una solución. Entrena tu mente para detectar soluciones. Puedes permitir a tu mente quejarse de problemas siempre que a continuación te proponga una solución. De hecho, quienes tienen éxito precisamente convierten los problemas en oportunidades”, puntualiza.
Acción
Por último, Galán aconseja preguntarse a uno mismo, ¿cuál de todas las soluciones que mi mente me propone puedo poner en marcha ahora mismo? ¿Cuál es el primer paso?
“Aunque el primer paso no sea perfecto, ponte en marcha, porque es “mejor algo hecho, que perfecto”. Aunque solo sea un primer paso, recuerda que un viaje de mil millas comienza con un primer paso, y ¡ponte en marcha! Esto te hará sentir que tienes el control del problema en vez de ser su víctima”, reflexiona.
El reto de la última queja
Galán explica que el proceso ‘problema-solución-acción’ “nunca termina, porque siempre vamos a tener problemas”, pero gracias a esta forma de pensar, terminaremos eliminando por completo la queja de nuestra vida, según comenta.
Para este especialista” está prohibido quejarse, echando la culpa de algo a los factores externos. Señala que es muy posible que gran parte de lo que ha conseguido hasta ahora se deba a la simple decisión de no quejarse nunca más.
“Sitúa siempre la responsabilidad en ti mismo. Eso te da el poder de controlar tu destino” enfatiza.
Este autor propone el reto bastante extremo de no volver a quejarse nunca más, pero “si te parece demasiado, tu reto será reducir tus quejas al mínimo imprescindible para desahogarte puntualmente” propone.
Según su propia experiencia la gente exitosa apenas se queja y Galán nos anima a hacer lo mismo. “La queja nos convierte en víctimas. Si elegimos ser responsables de lo que nos ocurre, tenemos un mayor control sobre nuestra vida” asegura.
“Las personas podemos atribuir el mando de nuestro destino a nuestras propias decisiones y capacidades, el denominado ‘locus de control interno’, o a fuerzas externas, como Dios, la suerte o el karma, el llamado ‘locus de control externo’”, según explica.
“Tu ‘locus de control’ (grado en que una persona siente que controla lo que ocurre en su vida) ejerce una inmediata y poderosa influencia sobre tu motivación y actitud frente a la vida” destaca.
“Si sientes que una buena parte de tu vida depende de ti, estarás mucho más motivado a hacer cosas. Y tenderás a no permitirte quejas, sino a responsabilizarte de tus resultados”, añade.
“Para eliminar las quejas solo tienes que evitar cinco cosas: criticar; generalizar; discutir o querer tener razón; las expresiones ‘pero…’ y ‘es que…’; así como tener cerca a personas que hagan lo anterior”, según Galán, que recomienda comenzar el ‘reto de tu última queja’, intentando NO quejarse durante diez días.
“Eso te reenfocará en tu ‘locus de control interno’”, concluye.
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