Como a la electricidad
a Dios no lo puedes ver,
y así, a tu poco entender,
tú no ves la realidad.
Debido a tu terquedad
continúas desconfiado.
Todo lo has clasificado
y lo ves como deseas,
pero aunque tú no lo veas
Dios se mantiene a tu lado.
II
Del átomo tú escuchaste,
y su desintegración
es una interrogación
porque no la presenciaste.
Así fue como pensaste,
e insistes en no creer.
Tampoco quieres saber
que Dios a ti te ha cuidado,
pero Dios está a tu lado
aunque no lo puedas ver.
III
Para que entiendas mejor
con el viento pasa igual,
enfría el rostro, el metal…
y nos mitiga el calor.
No puedes ver su color
y de frescura se viste.
Tu intención siempre persiste
y no lo ves en tu intento,
porque Dios es como el viento,
tú no lo ves, pero existe.
Raúl Tápanes Estrella
Miami, Fl.
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