DE LA REDACCIÓN DE LIBRE Y FUENTES ANEXAS
Uno de los héroes más sobresalientes de las gestas independistas cubanas en contra del colonialismo español. “Guillermón” Moncada fue uno de los 29 generales cubanos del Ejército Libertador que participaron en la Guerra de la Independencia de Cuba, además de haber participado en las dos guerras anteriores.
Infancia y juventud
Nació el 25 de junio de 1841 en Santiago de Cuba, Departamento de Oriente, Cuba. Su padre, Narciso Veranes, esclavo liberto, no quiso reconocer a sus hijos, por lo que Guillermón tenía como único apellido el de la madre, Dominga Moncada. De niño aprendió a leer y a escribir. De mozo, se hizo carpintero, oficio con el que supo ganarse el pan que comía.
Guerra de los Diez Años
(1868-1878)
Sus compañeros de armas lo llamaban Guillermón, por su estatura y coraje en las batallas. Estuvo entre los primeros en incorporarse a las filas insurrectas en 1868, y gracias a su valentía ascendió a General del Ejército Libertador.
El generalísimo Máximo Gómez dijo de él: “tiene dotes de mando y gran habilidad estratégica”.
En la Guerra de los Diez Años combatió bajo las órdenes del mayor general Donato Mármol.
En Julio de 1869, Donato Mármol lo designó segundo jefe de uno de los batallones de la División Cuba.
En julio de 1870, después de reorganizada la División Cuba por su nuevo jefe, el mayor general Máximo Gómez, Moncada quedó de jefe del Quinto Batallón.
En febrero de 1871 asumió interinamente el mando del regimiento, sustituyendo a Rustán, quien se hallaba gravemente herido. Jefe de la vanguardia de las fuerzas que invadieron Guantánamo en agosto de 1871 participó en diversos combates.
En junio de 1872 se subordinó al mayor general Calixto García, nuevo jefe de la División Cuba. El 9 de enero de 1874, se incorporó al destacamento que organizó el general Gómez para invadir Las Villas.
Resultó herido en el combate de Naranjo-Mojacasabe, en Camagüey el 10 de febrero de 1874. El 30 de septiembre de 1874 regresó a Oriente, junto con Antonio Maceo.
Rechazó el Pacto del Zanjón para convertirse en uno de los hombres de la Protesta de Baraguá el 15 de marzo de 1878, junto al General Antonio Maceo.
El gobierno provisional del mayor general Manuel de Jesús Calvar lo designó jefe de la División de Guantánamo, con grado de general de brigada, para continuar la guerra, hasta que las adversas condiciones lo obligaron a deponer las armas el 10 de junio de 1878.
La Guerra Chiquita, prisión en España y otras acciones
Uno de los protagonistas de los sucesos de Santiago de Cuba el 26 de agosto de 1879, donde se inició la Guerra Chiquita, , no se incorporó hasta cuatro días después en que atacó el ingenio La Borgita. Calixto García, siendo presidente del Comité Revolucionario Cubano lo designó jefe de las fuerzas del centro y sur de la provincia de Oriente, con grado de mayor general.
Libró algunas acciones en la región de Guantánamo. Comprendiendo que la causa estaba perdida, junto con el entonces general de brigada José Maceo, realizó el Acuerdo de Confluentes, mediante el cual capituló el 2 de junio de 1880.
Después de embarcar hacia Jamaica, los españoles lo apresaron traicioneramente en alta mar y condujeron a Puerto Rico, de donde lo remitieron a España y a las Islas Baleares. En 1886 lo amnistiaron. Regresó a Santiago de Cuba el 22 de septiembre de ese año.
Participó en los preparativos del plan Gómez-Maceo (1884-1886), en sus postrimerías, y en la conspiración conocida como La Paz del Manganeso (1890). Por sus actividades subversivas, del 1 de diciembre de 1893 al 1 de junio de 1894, el régimen español lo mantuvo preso en el cuartel Reina Mercedes, de Santiago de Cuba. Al abandonar el presidio volvió a Cuba, a su Oriente.
Inicio de la Guerra del 95 y
fallecimiento en Santiago
de Cuba
Dos días antes del 24 de febrero de 1895, Guillermón, con conocimiento de la orden de levantamiento, se echó al monte en compañía del pulcro Rafael Portuondo Tamayo, joven de lo más distinguido de Santiago de Cuba, después general de la revolución.
José Martí lo designó jefe de la provincia oriental durante la preparación de la Guerra de 1895. Después de dar la orden de alzamiento a la región Este de la provincia, Guillermón se dirigió a Alto Songo, donde se alzó al amanecer del 24 de febrero de 1895.
Con los pulmones destrozados por la tuberculosis, mal que contrajera en las cárceles españolas, estaba en fase terminal. Sintiendo la proximidad de la muerte, confió la jefatura de su región al mayor general Bartolomé Masó.
Murió en el campamento de Joturito, en Mucaral, término municipal de Alto Songo, Santiago de Cuba el 5 de abril de 1895. Sus restos reposan en el Cementerio de Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba.
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