El amor a la naturaleza y el respeto y cuidado de los animales son valores fundamentales que la familia, la escuela y la sociedad deben inculcar a los niños, no solo para el propio bienestar de los seres vivos sino como base para cultivar en las personas la empatía, la convivencia social y la solución pacífica de los conflictos, aseguran los especialistas.
Por Ricardo Segura
Es importante “cambiar la percepción de que los seres humanos pueden tratar a los animales a su antojo, alejándolos de su hábitat natural, utilizándolos en experimentos o domesticándolos para espectáculos”, señala el equipo de especialistas de la Fundación Mona, FM, organización dedicada al bienestar y conservación de primates.
Los expertos de esta organización consideran necesario “fomentar la reflexión entre los jóvenes acerca del bienestar y la ética animal, sobre los derechos universales de los animales, cómo el cambio climático les afecta y la importancia de los santuarios de animales”.
Los adultos deben dar el ejemplo
Para inculcar a sus niños el cuidado y respeto hacia los animales, “los adultos deben ser los primeros en mostrar respeto, y un trato digno y justo, hacia los seres vivos en su vida diaria, ya que los niños aprenden observando”, según destacan.
El equipo de la FM aconseja a padres y educadores “utilizar libros y revistas infantiles y documentales, fomentar proyectos escolares sobre conservación y realizar excursiones a la naturaleza, ya que son estrategias efectivas” para concienciar a los niños acerca del bienestar animal, comenta Valsera
Visitas a santuarios
animales
Para la bióloga Cristina Valsera, corresponsable del departamento de rescate y rehabilitación de primates de la Fundación Mona “en la formación de una conciencia ambiental infantil también juegan un papel crucial las visitas a santuarios de animales”.
“En los santuarios, los animales viven en condiciones lo más naturales posible, sin ser explotados para entretenimiento. En esos lugares, los niños aprenden sobre la historia de los animales rescatados y cómo se les proporciona un hogar seguro, fomentando la empatía y el respeto”, añade Valsera.
Infórmese antes de visitar un zoo
Valsera señala que las visitas a zoológicos o granjas escuela también son un recurso importante para enseñar a los niños a cuidar y respetar a los animales, pero dado que algunos de estos establecimientos pueden incumplir las normas de protección animal, hay que asegurarse de que el lugar que se va a visitar es recomendable antes de efectuar la visita.
¿Mi hijo está preparado para tener una mascota?
A la hora de decidir adoptar una mascota es fundamental que los padres determinen si sus hijos más pequeños están preparados para convivir con un animal de compañía, enfatizan.
Para los expertos de la FM “es necesario que los adultos evalúen la madurez y responsabilidad del niño; se aseguren de que su interés en tener una mascota no es pasajero y busquen juntos información sobre las necesidades específicas de la mascota, y consideren cómo encajará en la rutina familiar”.
Estos especialistas aconsejan dar prioridad a la adopción de mascotas en refugios y asociaciones protectoras, donde se puede conocer de antemano a los animales y hablar con el personal de estas entidades sobre sus necesidades y comportamientos.
El amor a los animales como base de la empatía
“La infancia se caracteriza por un sentimiento innato de proximidad al entorno natural, amor por todo lo relacionado con la naturaleza y los animales”, señala Nuria Máximo Bocanegra, directora de la Cátedra Investigación Animales y Sociedad, de la universidad española Rey Juan Carlos, en el portal de divulgación académica The Conversation.
“Sabemos, además, que el proceso cognitivo del aprendizaje en la infancia debe basarse en experiencias emocionalmente intensas y positivas, ya que éstas causarán una mayor adquisición de conocimientos, habilidades, destrezas, valores y actitudes”, señala esta terapeuta ocupacional.
El amor a los animales como punto de partida
Para Máximo, la educación formal (junto con la familia y la sociedad) es uno de los medios más importantes para dotar de habilidades inter e intrapersonales y valores éticos a los más jóvenes, y para fomentar la empatía y el amor hacia los animales, como un método eficaz de trabajar la empatía en general.
En tal sentido aboga por incluir en la enseñanza contenidos encaminados a las dos caras de la empatía (la cognitiva y la emocional) y adaptados al proceso de maduración cognitiva y emocional de los menores.
“Si el principio pedagógico que se pretende buscar consiste en “descubrir el entorno, y los seres vivos que en él conviven”, con los alumnos de infantil lo haremos con animales del entorno más próximo como son los animales domésticos”, apunta.
Por su parte, “en los estudiantes de primaria, secundaria e incluso bachillerato introduciremos conocimientos sobre animales salvajes, y conceptos para la reflexión como el peligro de extinción de algunos de ellos”, recomienda.
Empatía con los animales y con las personas
Nuria Máximo sostiene que “la ciencia ha descubierto que la empatía es la chispa que enciende la compasión y nos induce a ayudar al prójimo cuando está sufriendo”.
“Enseñar a lo largo de toda la etapa de escolarización a desarrollar empatía hacia los animales es construir personas con un mayor sentido social y con estrategias de afrontamiento de los conflictos de manera pacífica y menos violenta”, enfatiza.
Cómo ayudar a los niños a amar la naturaleza
“Pasar tiempo al aire libre de forma constante nos ayuda a regular el estrés, dándonos tiempo y espacio para procesar nuestras emociones. Nos obliga a levantarnos del sofá, respirar aire fresco y levantar la vista de las pantallas para admirar a la gente, los lugares y la vegetación que nos rodea”, destaca Olivia Barney, del Museo de Historia Natural de Utah (NHMU, por sus siglas en inglés).
Pero además, según esta portavoz, “el tiempo que pasamos en la naturaleza también puede influir en la dinámica familiar y en las actitudes hacia la conservación o la responsabilidad ambiental, especialmente en los niños pequeños”.
Jugando a ponerse en el lugar de los animales
Una excelente manera que tienen los padres de hacer que las actividades al aire libre con sus hijos pequeños sean más emocionantes consiste en cambiar la perspectiva, pasando de la de los seres humanos a la de los animales, según Barney.
“¿Qué animales viven en el entorno que estás explorando? ¿Cómo ven el terreno? Usa binoculares para ver las cosas con una vista mejorada (como un águila). Agáchate para observar las cosas como las ve una serpiente. Trepa a un árbol para ver el mundo desde el punto de vista de una ardilla”, recomiendan desde el NHMU.
“Al cambiar nuestra perspectiva y simular ser diferentes animales, podemos hacer nuevas observaciones, hacer preguntas diferentes y sentir curiosidad por más cosas. Es divertido. Es fácil. Y se adapta a cualquier entorno natural, como el que esté más próximo a tu comunidad o zona geográfica”, concluye.
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