Demetrio Pérez Jr., dejó muchas sabias enseñanzas en su vida profesional, así como un gran liderazgo en el exilio de Miami, donde siempre fue admirado por su obra en el campo de la educación especialmente fundando las Escuelas Lincoln-Martí que ahora tienen 46 sedes.
Pérez, educador y periodista, al igual que otros famosos exiliados, llegó a Miami bajo la conocida Operación Pedro Pan, volviéndose exitoso incluso en el área pública donde también alcanzó importantes cargos uno de ellos como Miembro de la Junta Escolar.
Hoy es bueno traer a las páginas de LIBRE, semanario, del que fue su fundador y director, su honda perseverancia en trabajar arduamente día y noche para sacar adelante grandes proyectos, varios de ellos, en pro de los inmigrantes, los cuales consignó en su libro Perfiles de Perseverancia.
En aquel entonces, durante una entrevista internacional, Pérez manifestó ser “un convencido de la importancia de ese poder, para el cual los obstáculos se convierten en alientos”, tal como él mismo lo pudo comprobar y demostrar, y que lo llevó a elaborar una “constancia” de su itinerario migratorio en su autobiografía.
Pérez arribó a Miami (Florida) el 3 de junio de 1962, con 16 años de edad, dentro de la Operación Pedro Pan, conocida por un exilio infantil que entre 1960 y 1962 trajo a más de 16, 000 menores de edad hacia Estados Unidos que escapaban del régimen comunista que se instaló en Cuba.
Se conservó incluso por tal historial una lista de las personas que vinieron en aquel vuelo, permitiendo que Demetrio Pérez conservara y destacara las relaciones con personas de entonces, los cuales la gran mayoría fueron exitosas como él.
Se graduó de la secundaria en Miami Edison High School y al cabo de dos años tramitó vía México la reunificación con sus padres en 1964, quienes retomaron en esta ciudad su labor docente.
Demetrio Pérez Jr., originario de la provincia cubana de Matanzas fue organizador en Miami desde el año 1967 del “Día del Matancero Ausente”, que se celebraba a principios del mes noviembre en honor al Patrono de esta provincia, San Carlos de Borromeo.
Se atrevió a ser quizás el único en organizar y efectuar la “Parada Escolar Martiana”, por toda la Calle Ocho, en la cual tomaban parte y desfilaban escolares de diferentes escuelas, honrando el gran Apóstol cubano José Martí.
Demetrio Pérez Jr., entonces, se desempeñó en diferentes oficios. En 1966 fundó el semanario LIBRE, que se edita hasta el día de hoy.
Siguiendo la estela de sus padres, la obra que marcaría su devenir personal y profesional, fue la red de centros educativos Lincoln-Martí, cuya primera guardería fue fundada en 1968, según recordaron conocidos de él en Miami, quienes ahora lamentan profundamente su fallecimiento.
En la actualidad, el grupo Lincoln-Martí atiende a estudiantes de varios países, ofrece servicios a más de 6,500 familias y brinda más de 20.000 raciones diarias de alimentos.
“Inspirados en el legado de Abraham Lincoln y José Martí”, el proyecto educativo que al inicio se dirigía a una población de ascendencia cubana y latinoamericana ha creado “un sistema que da espacio a las características de una población de diferentes orígenes”.
Echando la vista atrás, Pérez siempre se mostró satisfecho de que el proyecto educativo hubiese dejado de ser “una iniciativa personal para convertirse en una gran realización colectiva”, que ahora todo el mundo exalta con la presencia de escuelas en el Condado Miami-Dade y en Osceola (Kissimmee).
Aun cuando han pasado más de 61 años de su salida de la isla, a la que nunca más volvió. El educador nacido en Matanzas siempre resaltó que “nunca abandonó su causa” y por ello, a raíz del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, se mostró escéptico de que se produjeran cambios políticos y sociales en su país de origen.
“Las verdaderas relaciones surgirán cuando un clima de libertad total impere en la nación, lo cual hoy no existe ni podrá existir mientras esté el país bajo la tiranía comunista que hoy la oprime, cuyas tácticas represivas siguen siendo las mismas”, afirmó en aquel entonces el educador.
Es bueno recordar, que Pérez, llegó a Miami en 1962 cuando tenía 16 años, huyendo de la situación política de Cuba, una salida que le obligó a separarse de su familia, al igual que a muchos otros jóvenes cubanos que encontraron refugio en Estados Unidos.
Con más de medio centenar de centros, que abarcan desde el jardín de la infancia hasta el grado 12. La vasta experiencia de la familia en la educación le dio la perspectiva y la visión para anticipar las necesidades de las generaciones venideras.
Demetrio siempre estuvo de acuerdo en sostener que “la educación es una”, lo cual lo consignó en el sitio oficial de Lincoln-Martí en internet, que ha llegado a cientos de miles de personas tanto a nivel nacional como internacional.
El nombre de la institución –de acuerdo con el legado dejado por Demetrio –combina las figuras del decimosexto presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, y la del poeta modernista cubano y político independentista José Martí (1853-1895).
Pérez, después de una vida en Estados Unidos, solía recordar los versos de su compatriota: “Yo soy un hombre sincero, de donde crece la palma, y antes de morirme quiero, echar mis versos del alma”, recitaba orgulloso el cubano-estadounidense.
“El objetivo es ensalzar a José Martí e inculcar en los niños valores como la libertad y la paz”, señaló en una ocasión durante un desfile organizado por el grupo educativo, que cuenta con varios colegios en Miami”.
Entre 1981 y 1985, Pérez se desempeñó como comisionado de la Ciudad de Miami y en 1996 fue electo miembro de la Junta Escolar del Condado de Miami-Dade, en representación del Distrito 5.
En este cargo su mayor logro fue conseguir que también hubiese escuelas privadas para ayudar a resolver el gran problema que se presentó en el Condado Miami-Dade con la llegada de cientos de miles de niños inmigrantes de diferentes países.
0 comentarios