El volcán cubano, languideciente a veces, dormido a ratos, pero nunca muerto, acaba de eructar, por segunda vez, en lo que va de esta década.
La última erupción tuvo lugar el 11 de julio del 2021. Ésta, del pasado domingo 17, coincide con la conmemoración de los idus de marzo, fecha trágica en el calendario romano, en que fue asesinado el dictador Julio César, en el año 44, antes de Cristo. En nuestro caso, ¿se trata de una coincidencia histórica, o curiosa premonición del destino? La conclusión resultaría irrelevante porque la pregunta sólo encierra un carácter conjetural. Aquí lo que importa, (¡y mucho!) es la magnitud de los hechos ocurridos.
Súbitamente, de manera espontánea, miles de cubanos, como un volcán que erupciona, se lanzaron a las calles de Santiago de Cuba, Bayamo, El Cobre, varias poblaciones de Camagüey, Matanzas y Cárdenas, protestando ardientemente contra los apagones, por la falta de alimentos, y, sobre todo, pidiendo libertad. En total, como en julio del 21, eran varios miles de cubanos clamando por los mismos derechos, aquellos reconocidos universalmente como inalienables a todo ser humano, como tal, y que les han sido conculcados, sistemáticamente, a las generaciones nacidas después de 1960 con la implantación del comunismo como sistema de gobierno.
Pese a la severa opresión que la dictadura ejerce a diario sobre la población, en su vida cotidiana, la rebelión permanece latente en todos los ámbitos de la sociedad que, a la menor ocasión, despliega, abiertamente, en plena calle, su descontento contra el gobierno. El grito de la pasada semana fue, primordialmente, más estentóreo, claro, y firme, contra la asfixiante falta de libertad. La carencia de alimentos y otras cosas materiales, se siente, se sufre, pero se aguanta, se resiste. Mas la falta de ese oxígeno vital, que es, para la persona humana, la libertad, resulta intolerable. Y por ese imperativo emocional, espiritual y sicológico, tan arraigado en la siquis del hombre, por ese venerado concepto, clavado profundamente en el fuero interno de la especie humana, por la defensa de ese atesorado principio, el hombre ha librado terribles batallas a través de un largo período histórico.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, no es de extrañar, por el contrario, ha de entenderse como esencialmente legítimas, estas expresiones de rebeldía del cubano, en busca de una positiva y relativa ventaja de ser respetado en sus opiniones, en su empeño por su mejoramiento individual y social.
Cuba, el pueblo, como conjunto social, es, y ha sido, por muchas décadas, víctima de la negación de los principios en que se basa la democracia latinoamericana. El gobierno se ha mantenido en el poder mediante la imposición de un régimen de partido único, que no sólo practica el despotismo, sino que lo defiende con un vasto aparato teórico para justificar la implementación de la opresión política. Sin embargo, el dilema que confronta la tiranía es que ya nadie le cree. Ni en Cuba, ni fuera de ella. Es una monstruosidad de tal magnitud, que no hay manera de conciliar, justificar, o redimir, esa barbarie que se ha replicado, fuera de sus fronteras, como la metástasis de un tumor maligno.
Irónicamente, al día siguiente del brote antigubernamental, el “presidente” Díaz Canel felicitaba a Vladimir Putin por su “victoria” electoral que le daría otros 6 años en el poder de la Federación Rusa, mientras que, a la vez, comunicaba a los cubanos que durante el pasado año inversores rusos habían creado 100 nuevos negocios en Cuba. La pregunta es ¿qué beneficios les han traído esos negocios a los cubanos? Porque el hambre y la carencia general continúan; los apagones por falta de combustible, y la inhabilidad para reparar y mantener las plantas eléctricas, son síntomas de la ineficiencia del sistema. Y, por otra parte, qué ayuda efectiva le puede proporcionar Rusia a Cuba, cuando ella misma sufre de mayúsculas distorsiones en su economía por su injusta y disparatada invasión a Ucrania.
Las palabras de Díaz-Canel no sirven de nada porque están sustentadas por la mentira, en esa atmósfera de asfixia colectiva que es Cuba.
Escribo este artículo días después de la erupción rebelde, y, todavía, siguen flotando las cenizas. También, dentro de la cúpula que desgobierna, existen temblores de inquietud. Una purga reciente, cuyo final aún no se ha visto, está en marcha y varios funcionarios, ahora chivos expiatorios, están tras las rejas.
Esto no es de extrañar. ¿qué rasgos de legitimidad pueden derivarse de ese régimen, esencialmente corrupto y fallido, para que se le tome en serio por los países libres y democráticos de la región?
Las manifestaciones del 17 de marzo elevan, realistas o ilusorias, las esperanzas de un mejor porvenir cercano. El problema de fondo cae de lleno en las intangibles percepciones y en la confianza que pudiera emanar de ellas.
¿Qué pasará en el futuro? Cualquier augurio, no sería más que un hipotético salto al vacío, carente de visión racional.
Pero lo que sí resulta previsible, es la determinación del cubano a permanecer reclamante de sus libertades fundamentales, y eso, de por sí, es sumamente encomiable en una sociedad tan politizada y oprimida.
BALCÓN AL MUNDO
El pueblo americano no está feliz. Nos lo dice un nuevo estudio. Los infelices abundan más entre los jóvenes. Hemos caído del privilegiado grupo del número 20, por primera vez desde que se inició este curioso estudio en 2012, para parar en el 15. ¿Por qué? ¿Por qué somos infelices? Se citan varias posibles causas, entre ellas: disfrutar menos tiempo interactuando personalmente y dependiendo más de las redes sociales; soledad y ansiedad; preocupación por su propio futuro; lo que está sucediendo en el mundo, y la creciente inseguridad en cuanto al dinero. En resumen, los jóvenes están infelices, principalmente por el aburrimiento; y, un alivio para este mal es entretenerse ocupándose en un buen trabajo.
¿No les parece?
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Los rusos han avanzado algo, no mucho, en las pasadas tres semanas en la guerra contra Ucrania. Pero ésta le está causando serios estragos en su flota del Mar Negro, y en sus refinerías de petróleo, con el consecuente resultado de que Putin ha tenido que disminuir el acceso de gas a la población hasta en un 30%. La totalmente estúpida y mal aconsejada invasión a Ucrania, está empobreciendo a la Federación Rusa aceleradamente. Los drones de Ucrania están siendo muy efectivos y destructivos contra los rusos, y al final, esta nación terminará como un paria empobrecido, económica y militarmente.
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Las anunciadas elecciones de Venezuela para el 28 de julio, están en…veremos. Maduro ya anunció su candidatura, pero, a la vez, inhabilita a María Corina Machado, el candidato de la oposición que tiene grandes probabilidades de derrotarlo. Estos comunistas todos tienen el mismo patrón: son candidatos únicos. Putin, Ortega, Fidel Castro, Díaz- Canel, y ahora Maduro, impiden la candidatura oposicionista y después de los comicios, anuncian que fueron electos con el 90% de los votos.
El proceso electoral de Venezuela va a ser muy interesante. Si María Corina no va, entonces quién. Se dice que ella podría apoyar a otro candidato, pero ¿será éste del agrado al paladar político de los venezolanos?
Desde cualquier ángulo que se le mire, se le está cerrando el círculo a Maduro, aunque éste trate de ignorarlo.
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El tanque-buque Concord, se dirige a Cuba con 967,000 barriles de petróleo procedente de Rusia. Pero Cuba debe pagar por el costo de la transportación, y, por lo que se sabe, no tiene moneda dura, es decir, dólares, o euros, para pagar el flete.
La incógnita del meollo radica en el envío del crudo desde Rusia, a 7 mil millas de distancia, cuando Venezuela se encuentra en el traspatio de Cuba, y ha sido, por muchos años, su casi gratuito proveedor. Ir a buscarlo desde tan lejos, no tiene sentido, ni común, ni económico. Pero así son de prácticos los genios marxistas.
¿Por qué Rusia y no Venezuela? ¿Habrá alguna fricción entre estos camaradas caribeños? ¿O se trata simplemente de locuras comunistas?
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Los rumores, rumores son. Pero éste por lo que implica en nuestro mundo político nacional, requiere atención especial. Se dice, en círculos supuestamente de buena fuente, que el expresidente Donald Trump llevará como su compañero de boleta, al senador cubanoamericano, Marco Rubio. De ser así, y hasta el momento no hay detalles, sino sólo un rumor, sería una ganancia neta para Trump en la etnia hispana, con una figura inteligente, carismática, buen orador, y, además, un senador con amplia experiencia en política exterior.
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