Enrique José Varona, patriota e ilustre pedagogo

Written by Libre Online

12 de noviembre de 2025

DE LA REDACCIÓN DE LIBRE Y FUENTES ANEXAS

Enrique José Varona nació en Santa María del Puerto Príncipe, actual provincia de Camagüey, el 13 de abril de 1849 y murió en La Habana en noviembre de 1933. Vivió exactamente 84 años, durante los cuales transitó por diferentes periodos de la historia cubana.

Enrique José Varona y Pera, filósofo, pensador, pedagogo, hombre  público y patriota, que desempeñó un importante papel en el desarrollo del pensamiento cubano a finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX, queremos rendirle desde estas páginas de LIBRE un sencillo homenaje dedicándole nuestra Portada.

Su labor como filósofo, escritor y hombre público, que llegó a ser vicepresidente de la República siendo presidente el General Mario García Menocal, es bien conocida, por eso vamos a recordar brevemente al patriota y al pedagogo.

Cuando se inicia la Guerra de los Diez Años, en 1868, con solo 19 años, Enrique José Varona se incorporó a la lucha por la independencia, pero por razones de salud tiene que abandonar esa lucha. Después del Pacto del Zanjón se unió al movimiento autonomista, pero posteriormente rompió con él.

En 1884 fue elegido Diputado a Cortes, pero al fracasar esas gestiones, sus ideas separatistas lo obligaron a irse de Cuba y establecerse en New York. A solicitud de José Martí en 1895, asume la redacción del periódico “Patria”, órgano oficial del independentista Partido Revolucionario Cubano (PRC) y será su director al morir nuestro Apóstol. 

En “Patria” publica dos documentos muy significativos “Cuba contra España” y “El Fracaso Colonial de España”. Estos documentos expresan el pensamiento y las actitudes de los patriotas cubanos y Varona es considerado por entonces como el filósofo del separatismo.

Concluida la Guerra Necesaria (1895-1898), Varona recibe la encomienda de efectuar la reforma escolar en el nivel de Secundaria y Enseñanza Superior, lo cual le lleva a desempeñar el cargo de secretario de Hacienda y posteriormente de Instrucción Pública y Bellas Artes durante la ocupación norteamericana.

Si bien Varona se destaca en la herencia cultural cubana por su contribución al desarrollo de la filosofía, la psicología o la pedagogía, asimismo realizó significativas contribuciones a la conflictiva vida política de la Isla en los años que le correspondió vivir.

La encomienda de Varona era muy compleja pues al finalizar la guerra entre España y Cuba el 54% de la población de la isla a partir de los 10 años de edad no sabía ni leer ni escribir y solo el 1,4% se dedicaba a actividades profesionales. De ahí la necesidad de fundar sobre la base del pensamiento martiano una escuela nueva que responda a los intereses de formación de los cubanos en particular y los latinoamericanos en general de acuerdo con el contexto histórico-social de la época.

En los cuatro institutos de segunda enseñanza que existían en el país se ingresaba desde los nueve años y se estudiaba durante cinco en los que se impartían asignaturas como Análisis y Traducción Latina, Rudimentos de Griego, Elementos de Retórica y Poética, Composición Castellana y Latina, Ejercicios de Traducción de Lengua griega y Latina, Trigonometría Rectilínea, Psicología, Lógica, Filosofía y Moral. En 1880 se amplió el número de institutos hasta seis y se autorizó la creación de escuelas primarias superiores que llegaron a igual número a finales de siglo XIX. 

La enseñanza para Enrique José Varona tenía un lugar principal en la sociedad, y consideraba que esta tenía que apoyarse en recursos y valores modernos y científicos. Su idea de la educación estaba muy avanzada de acuerdo con su época. Dio siempre apoyo a la modernidad y la ciencia, y consideró la enseñanza y la democracia como pilares fundamentales del bienestar de una nación.

Al iniciarse la República en 1902 prefirió al principio no participar en la política y se dedicó a su labor como profesor de la Universidad de La Habana.

Principales aportes pedagógicos de Varona:

• Enfoque en la ciencia y la experimentación: Luchó por sustituir el verbalismo y la memorización por la práctica, el estudio de las ciencias y la observación directa de la naturaleza, bajo el lema de “ver, meditar y observar más la naturaleza”.

• Reforma curricular: Propuso un plan de estudios para la enseñanza media y superior que incluía ciencias exactas y naturales, así como humanidades como la lengua española y la historia de Cuba.

• Función de la universidad: Defendió la idea de que las universidades debían ser “talleres donde se trabaje, no teatros donde se declame”, con el objetivo de formar ciudadanos más aptos y preparados para la sociedad.

• Educación como herramienta de progreso social: Creía que la educación era un instrumento clave para la igualdad, buscando minimizar las diferencias sociales existentes a través de la formación de las nuevas generaciones.

• Formación integral: Buscó un modelo educativo que, a través de la educación y otros mecanismos sociales, propiciara una mejora moral en las personas. 

Enrique José Varona, en su actividad como dirigente político y educacional, desarrolló un ideario educativo de incuestionable valor como modelo para la formación de las nuevas generaciones de educadores debido a su contribución al desarrollo de la educación y la Pedagogía en Cuba.

No vacilamos, por lo tanto, en estimar a Enrique José Varona como un hombre de genuina grandeza, máxime cuando la autenticidad de su vida se ofrece a nosotros como un estímulo, por su amor y provecho respecto al estudio; como ofrenda, por su dedicación a la libertad y a la Patria; y como ejemplo, por su intachable conducta de hombre y de ciudadano, que lo hacen paradigma de legítima cubanía.

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