Dos organizaciones, una apoyada por Carlos Lazo y calificada de procomunista y la otra, de los exiliados cubanos que piden la libertad y la democracia en la isla, se manifestaron en el Aeropuerto de Miami.
La policía se hizo presente para evitar que hubiese enfrentamientos entre miembros de estas dos organizaciones mientras algunos manifestantes lanzaban gritos con consignas subversivas.
“Esto es algo irreverente y desafiante”, opinó el director de cine Lilo Vilaplana, quien ha hecho dos documentales titulados “Plantados” que con éxito le han dado la vuelta al mundo y muestran escenas que reflejan el drama que viven los presos y las presas políticas quienes han sufrido torturas en las inhumanas cárceles cubanas por clamar libertad y pensar diferente al régimen.
“Por esto es increíble e inaudito que se les haya permitido a estos procomunistas manifestarse en este país donde los cubanos no hemos hecho otra cosa que luchar por nuestros derechos y los del pueblo oprimido por esa dictadura comunista”, agregó Vilaplana.
“Inconcebible es que los manifestantes procomunistas de forma descarada pedían en carteles que se levantara el embargo decretado por EE.UU. contra Cuba”, insistió.
“Y es que precisamente ese embargo es el que ha permitido controlar y mantener a “raya” a la tiranía de Cuba que trata de recibir apoyo de instituciones extranjeras, especialmente, de la Unión Europea”, dijo.
“Y al frente estaba Carlos Lazo quien tiene varios procesos en México por fraude y durante su vida ha aprovechado su estancia en EE.UU. para aliarse y apoyar al régimen de Cuba comunista”, aseguró.
“Es inconcebible que, en la capital del exilio cubano, donde se ha gestado toda la lucha contra esa dictadura infame y feroz, ahora vengan adeptos al comunismo a protestar a favor de un régimen que ha hecho padecer a miles de cubanos desde 1959 solo por pensar diferente”, recalcó.
La dualidad de estas manifestaciones en el Aeropuerto de Miami pone de relieve, por un lado, la penetración de la Seguridad del Estado cubana en el país vecino y, por el otro, el rechazo creciente que estas actividades generan entre los exiliados cubanos.
El Aeropuerto Internacional de Miami se convirtió en el escenario de dos manifestaciones antagónicas, una exigiendo el levantamiento del embargo y, la otra, la liberación de los presos políticos.
El exilio histórico de Miami denunció también que en una de estas protestas estuvo el agitador Max Lesnik, un connotado admirador del dictador Fidel Castro, quien expresó que estaban allí para exigir el fin del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba.
Simultáneamente, un grupo de exiliados cubanos se manifestó en el mismo lugar para denunciar la represión del régimen cubano y exigir la liberación de los presos políticos.
Marcel Valdés, uno de los líderes de Exilio Unido Ya (EUY), destacó que su protesta estaba destinada a desmontar lo que ellos consideran “el circo de los cómplices de una dictadura asesina”.
Este denunció que la organización “Puentes de Amor” realizó una manifestación pro-Palestina cuando colocaron una bufanda en un busto de José Martí en Coral Gables, un acto que consideraron una profanación.
“El pueblo de Cuba no necesita miseria, lo que necesita es libertad”, replicó Collazo indignado, antes de sentenciar: “Estos otros están apoyando a una tiranía y, lo peor, en tierras de libertad”.
“Basta de complicidad, a Miami se respeta, al exilio se respeta”, dijo Collazo en tono fuerte y pidió a los congresistas cubanoamericanos intervenir para impedir que estas protestas se sigan realizando aquí.
Miembros del exilio cubano denunciaron que “Puentes de Amor” es una organización dirigida por Carlos Lazo, quien inicialmente llevaba a estudiantes estadounidenses a Cuba, con el fin de fortalecer el intercambio cultural entre ambos países.
“Y luego empezó a coordinar donativos para supuesta ayuda al pueblo cubano y, poco a poco, fue ganando notoriedad hasta llegar a ser recibido personalmente por el gobernante Miguel Díaz-Canel.
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