Emilio Bacardí Moreau: patriota, empresario y hombre del renacimiento

Written by Libre Online

2 de febrero de 2021

La vida y obra de Emilio Bacardí Moreau presenta aspectos tan diversos y muestra una ejecutoria tan extensa que sería imposible clasificarle solo de una o dos maneras. Promovió la cultura y ocupó cargos públicos, ademas de ser un extraordinario hombre de empresa. También  escribió libros de historia, y novelas, se le reconoció como dramaturgo y fue un benefactor de Santiago de Cuba.

El gran patriota cubano Emilio Bacardí Moreau nació en Santiago de Cuba el 5 de junio de 1844. Era hijo de Facundo Bacardí Massó y de su distinguida esposa Lucia “Amalia” Victoria Moreau. Muy pronto, la familia Bacardí inició su noble tarea de engrandecer Santiago y el país cubano.

Don Facundo Bacardí había nacido en Sitges, provincia de Barcelona, España. En 1830 se trasladó a Cuba para trabajar en un establecimiento comercial de sus hermanos mayores en Santiago. La familia tendría profundas raíces en la vida social y económica de la región.

Ya en 1843 poseía su propia tienda en esa ciudad y en 1862 compró junto a su socio, el cubano José León Boutelier, de origen francés, una destilería en las afueras de Santiago, dando nacimiento a “Bacardí, Boutelier y Compañia”, reorganiza- da en 1874 como “Bacardí y Compañía”.

Antes de establecer estas empresas, Don Facundo había enfrentado graves dificultades. Antes de llevar a cabo la fase inicial de su empresa, su familia sufrió por la catástrofe representada por un terrremoto que afectó Santiago y sus alrededores en 1852.

Sus problemas no se limitaron a eso ya que una epidemia de cólera, de la cual algunos familiares fueron víctimas. En medio de tantas dificultades se vió obligado a regresar a España, pero Cuba siguió en su mente y corazón y decidió mas tarde regresar a la mayor de las Antillas.
Al establecerse de nuevo en Santiago, encontró que una tienda que poseía había sido saqueada. Se enfrentó además a un problema adicional, muchos de sus clientes no podían pagar sus deudas. No debe extrañar que tuviera que pasar por un proceso de quiebra.

Ningún obstáculo le hizo rendirse. Ni renunció a continuar con su mayor visión empresarial, la fundación de la empresa del Ron Bacardí, que ya hemos mencionado. Todo indica que el espíritu empresarial de la familia procede de aquella época o quizás es hasta anterior a esa etapa fundacional.

Regresando a su también ilustre hijo Emilio, que permaneció algún tiempo adicional en España, este se formó académicamente sobre todo en la Madre Patria, pero su educación continuó en Cuba durante toda su vida. Le interesaban todos los temas culturales.

Sus copiosas lecturas y curiosidad intelectual le fueron convirtiendo no solo en un hombre ilustrado sino también en dueño de una gran cultura. Sus intereses intelectuales eran tantos que se fue convirtiendo en un verdadero hombre del Renacimiento.

Al regresar a Santiago, Emilio se dedicó a los negocios familiares, pero en ningún momento renunció a esa vocación cultural, a la cual añadió un gran interés en todo lo relacionado con la política y la sociedad.

LA GUERRA DE LOS DIEZ AÑOS

Al llegar el año de 1868 e iniciarse la Guerra de los Diez años, Emilio Bacardí decidió unirse de alguna manera al esfuerzo por medio de una intensa y valiente colaboración y poco después participó en un intento de deponer al gobernador de Oriente con el propósito para instaurar una junta democrática. Esto le costó el presidio en las Islas Chafarinas, situadas cerca de la costa de Marruecos.

De los rigores de esa experiencia en su vida y de los relatos de otros patriotas cubanos, aunque concentrándose en una época posterior, deja testimonio el libro Prisioneros y Deportados Cubanos de Pablo de la Concepción Hernández y otros trabajos que han sido publicados a través de los años.

Al llegar el año 1877, el joven de 33 años de edad fue designado presidente de la compañía fundada por su padre. El año anterior había contraído nupcias con Maria Lay Berlucheau, cubana de origen francés. Lamentablemente, esa estimada dama falleció a la edad de 33 años. De esa unión nacieron varios hijos, Emilio (“Emilito”, José, Daniel, Facundo, María y Carmen.

Las pruebas que le había reservado el destino serían grandes. Entre ellas debemos mencionar que, como puede implicarse de lo anterior, Bacardí se convirtió en viudo a los 41 años de edad. Dos años después, contrajo matrimonio con Elvira Cape. Tuvieron cuatro hijas: Lucía (“Mimin”), Marina, Amalia (“Lalita”) y Adelaida.
Don Emilio no se rindió en la lucha por la independencia de su tierra natal. Al continuar sus esfuerzos patrióticos y realizar grandes servicios a las fuerzas independentistas sufrió de nuevo prisión, esta vez en Ceuta.

LA GUERRA HISPANO CUBANO AMERICANA

Al terminar la Guerra Hispano Cubano Americana en 1898, Bacardí fue designado como alcalde de Santiago por el Gobierno Interventor. Sus relaciones con el gobernador Leonardo Wood fueron amistosas y de cooperación, a pesar de ocasionales diferencias y del algo difícil carácter del gobernador militar, a quien no puede negarse capacidad.

Su gestión de gobierno fue altamente apreciada durante aquellos años, como lo confirmó su elección como alcalde para el período que se iniciaba en 1902 con la Independencia. En el tiempo que ocupó el cargo durante la Intervención y en la Primera República su capacidad y honradez fueron ampliamente reconocidas. En 1905 fue elegido como Senador de la República.

Don Emilio había fundado en 1899 el Museo al que después se le dió su nombre. Además, se le debe la apertura de una biblioteca anexa al museo. Y junto con Angel Moya Portuondo inició la muy tradicional y apreciada “Fiesta de la bandera” cada 31 de diciembre en el Parque Céspedes. Mientras tanto, expandía los negocios y el alcance de su compañía,

Don Emilio, acompañado de su esposa y gran gran colaboradora, recorrió lugares tan distantes como Egipto y Jerusalén, así como Paris y otros sitios en Europa. Y entre las antigüedades que lograron obtener, dentro y fuera del país, estuvo la primera momia que fue exhibida en Cuba.

Como hemos visto, con la cooperación de su esposa, Doña Elvira Cape, promovió sus actividades culturales y de beneficio popular. No solo creó la primera biblioteca pública y la Academia de Bellas Artes, ya mencionadas, sino que organizó la Banda Musical y rescató la casa natal del cantor del Niágara, nuestro primer Poeta Nacional José María Heredia.

La huella de la familia Bacardí en Santiago de Cuba y su contribución a la economía cubana y al mundo empresarial y financiero de las Américas son bien conocidas. Los aspectos intelectuales, también conocidos, merecen también ser resaltados.

Bacardí fue miembro de la Academia de la Historia y de la Academia Nacional de Artes y Letras. Había mostrado desde su niñez una clara afición por la poesía y la pintura. Ya en 1867 el Liceo de Puerto Príncipe (Camagüey) premió su memoria Conveniencia de reservar a la mujer ciertos trabajos.

LAS CRÓNICAS DE SANTIAGO DE CUBA

Además de contribuir a las publicaciones santiagueras, Don Emilio Bacardí escribió obras de gran importancia. En primer lugar deben destacarse sus Crónicas de Santiago de Cuba, con la cual rescató datos y tradiciones de la histórica ciudad, sin la cual sería imposible hablar de Cuba. Aquí tuvimos  el privilegio de recibir esa colección de manos  del Dr. Gil Beltrán al continuar su obra escolar en Miami.
Los diez tomos de sus Crónicas son insustituibles y se remontan a la conquista y colonizcación de Cuba y la fundación de Santiago por Diego Velázquez de Cuellar en 1515. La lectura de su novela histórica Doña Guiomar, que se desarrolla en la primera mitad del siglo XVI es un complemento extraordinario a esos esfuerzos del historiador.

No dejó fuera de sus escritos la gesta libertadora, como lo demuestra en su Via Crucis publicada en Barcelona en 1914. Supo reconstruir muchos hechos de valor y sufrimiento que caracterizaron la Guerra de los          Diez Años dentro del entorno de         las costumbres y tradiciones de la época.

En el tema biográfico se destacan sus trabajos de esa naturaleza como Pio Rosado y Florencio Villanova, sin olvidar La condesa de Merlín publicada después de su muerte.  Como teatrista realizó apreciables contribuciones.

No consideramos posible que un historiador especializado en Cuba pueda prescindir de la cuidadosa lectura de sus obras, la cual demuestra no solo la capacidad del autor sino su amor por Santiago, sus personajes y por todo el país. Se trata, además de su estilo ameno, de un recurso indispensable para los estudios cubanos.
La empresa fundada por su padre y promovida por Don Emilio y su familia ha alcanzado un prestigio innegable en el mundo de las grandes empresas, sin descuidar la tradición cultural. Recordamos como honró a Ernest Hemingway con una gran celebración al recibir este el Premio Nobel de Literatura.

Se trata de una de las más grandes compañías en su clase en todo el mundo. Descendientes de los primeros Bacardí han honrado la tradición familiar de muchas formas. Publicado originalmente en lengua inglesa Bacardí and the Long Fight for Cuba de Tom Gjelsen describe como la familia Bacardí resistió el embate de la confiscación a la que fue sometida por el régimen castrista.

Ya habían establecido, al producirse la toma del poder por Castro en 1959, sucursales en el extranjero. Eso continuaría sucediendo, no había lugar para la rendición, como tampoco para la reducción de actividades o del alcance de la empresa.

EN HAMILTON

Casi todos conocen de que Bacardí encontró un nuevo hogar para su actividad internacional en Hamilton, en Bermuda. Ha luchado por sus derechos y enfrentado las intenciones del gobierno actual de Cuba.

Detrás de esa labor gigantesca e incomparable está una gran familia y la memoria de personajes históricos como Don Facundo y Don Emilio Bacardí.

Don Facundo Bacardí había muerto en 1886. En
1922 murió en Cuba Don Emilio Bacardí Moreau. La memoria de estos grandes de nuestra historia sigue viva en sus familiares y en una compañía que nadie podrá superar.

El 28 de agosto de 1922, al morir Emilio Bacardí Moreau, la ciudad de Santiago de Cuba suspendió sus actos públicos por dos días. Jamás dejará de recordarse su memoria imperecedera. Para algunos cubanos, mencionar a Santiago de Cuba despierta recuerdos de la familia Bacardí.

Y sin importar de circunstancias y ubicaciones geográficas provocadas por acontecimientos, Bacardí será siempre una gran empresa cubana.

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