Una obra que reconoce la enorme contribución y el alto número de libertadores nacidos en otras geografías.
De la anexión a la independencia (III de III)
En sus planes figuraba provocar un levantamiento armado en coordinación con diferentes expediciones procedentes del exterior. Esta operación se frustró cuando el ministro español en Washington informó a Dionisio Vives la participación en el movimiento del carpintero José Julián Solís, nacido en Nueva Orleans y radicado en La Habana quien, arrestado, inculpó a los iniciadores y a numerosos complotados de La Habana, Matanzas y Camagüey. En sentencia dictada en 1830 se condenó a seis de los encausados a la horca, sanción que fue conmutada por la de prisión perpetua. Un centenal’ más fue sentenciado a distintas penas.
Le seguirá otra, menos conocida que, curiosamente, fue organizada en la propia España. Era la «Conspiración de la Cadena Triangular y Soles de la Libertad» formada por conocidos cubanos que planeaban provocar una insurrección armada en La Habana. El propósito de esta organización (que para muchos eran dos separadas: la «Cadena Triangular» y «Soles de la Libertad») era iniciar la insurrección con un atentado al Capitán General de la Isla. Delatada, ocho de tus integrantes sufrieron largas penas de cárcel; luego, la causa fue sobreseída.
Otra figura de extraordinario relieve en la lucha por la liberación de las antiguas colonias se mantiene unida al Libertador Bolívar en aquel intento de organizar una expedición «para libertar a Cuba y Puerto Rico del dominio español” General José Antonio Páez, tres veces presidente de Venezuela10, nos dice en su autobiografía: «Uno de los principales asuntos de que me habló el Libertador en 1827, fue de la libertad de Cuba y Puerto Rico…tenía Colombia un ejército aguerrido…por todos los conceptos estaba justificada la expedición de Bolívar».
Seguiría a ésta la conocida «Conspiración de la Escalera» (1844). Severamente castigada, inocentes y culpables, blancos y negros pagaron con su vida. El más conocido, Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido). Y terminada aquella primera mitad del Siglo XIX surge la «Conspiración de la Mina de la Rosa Cubana» dirigida por Narciso López en la que participan Cirilo Villaverde y José M. Iznaga con el respaldo de lo que se conoció como Club de La Habana, muchos de ellos anexionistas y esclavistas que, a través de los participantes residentes en los Estados Unidos, gestionaban con el Presidente James K. Polk la incorporación de Cuba a los Estados Unidos. Contaba Narciso López con la colaboración de su rico cuñado Francisco de Frías, Conde de Pozos Dulces. Como antes dijimos, muchos de los conspiradores, entre ellos Narciso López, pudieron escapar al extranjero.
DISCREPANCIAS CON LA CANCILLERÍA
NORTEAMERICANA
Volvamos a la convocatoria y a la celebración del Congreso de Panamá.
Aparecían coincidiendo, al menos en ese momento, los propósitos de Bolívar y los de la cancillería norteamericana. Pronto surgen diferencias entre los dirigentes de las naciones del continente americano. Pero la Doctrina Monroe se refería «a las repúblicas hispanoamericanas» porque, en cuanto a «las colonias existentes o dependencias de cualquier país europeo, nosotros no interferiremos ni lo haremos en el futuro»”. Evidentemente la posesión de Cuba por España no sería considerada «una disposición no amistosa». Por eso, ni al presidente norteamericano ni a su Secretario de Estado les preocupaba la situación de la colonia caribeña. Ya se había firmado el Tratado Colombo-Mexicano (17 de marzo de 1826) que buscaba alcanzar la independencia de Cuba y Puerto Rico, idea que respaldaban las naciones centroamericanas.
Clay, Secretario de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos, -invitada esta nación al Congreso de Panamá, no por Bolívar sino por Santander-, abogaba por la no modificación de la situación de Cuba. Sería una Cuba aún dependiente de España.
PRECURSORES DE LA
INDEPENDENCIA CUBANA
POCO CONOCIDOS
Son estos los años en que aparecen los precursores, poco conocidos, de la independencia cubana y que provienen de las recién constituídas repúblicas latinoamericanas: Colombia, Argentina, Ecuador y Perú. Veamos algunos de estos nombres: el médico colombiano José Fernández de Madrid que, había actuado como presidente de las Provincias Unidas de Cundinamarca y vencido por el General español Carlos Morillo, lo envió a España pero el barco hizo escala en Batabanó y Fernández de Madrid fue trasladado a La Habana donde el Capitán General José Cienfuegos aceptó que ejerciese su carrera lo que le permitió hacer contacto con otros emigrados latinoamericanos entre ellos el argentino José Antonio Miralla, el ecuatoriano Vicente Rocafuerte, que años después (1834-1839) llegaría a ser presidente de Ecuador).
Poco después el argentino Miralla, junto con el colombiano Fernández de Madrid fueron acusados de participar como organizadores de la Conspiración de Soles y Rayos de Bolívar. Este será el licenciado peruano Manuel Lorenzo Vilaurre Escalada quien había llegado como Oidor a la Audiencia de Puerto Príncipe y, al llegar a La Habana en 1821 con su ardiente práctica atacó abiertamente el campamento de las tropas españolas en suramérica, manteniendo contacto clandestino con Cuba14.
En 1824 el primer gobierno republicano de México, encabezado por el Presidente Guadalupe Victoria, con el apoyo de jóvenes revolucionarios cubanos emigrados, preparó un plan que consistía en una alianza con la Colombia de Simón Bolívar, para desalojar a los españoles del Castillo de San Juan de Ulúa mediante la independencia de Cuba. Planes que no se abandonaron cuando esa fortaleza, finalmente, se rindió (23 de noviembre de 1825). Detrás de estos proyectos se encontraba La Gran Legión del Águila Negra, logia secreta fundada en Veracruz el 30 de mayo de 1823 por el propio Guadalupe Victoria cuando era Comandante General de Jalapa, con la estrecha colaboración del habanero Simón de Chávez, entonces coronel del Ejército de México. Más tarde esta logia se ramificaría en Cuba hasta que en 1829 sus ministros fueron arrestados por las autoridades coloniales.
Continúan los esfuerzos, desde México, para separar a Cuba de España. Y ya para 1825 (4 de Julio) se crea en México la «Junta Promotora para la Libertad Cubana» integrada mayormente por conspiradores de los Soles y Rayos de Bolívar exiliados en tierra azteca (Teurbe Tolón y otros que mencionaremos más adelante), a los que se unen los cubanos ya establecidos en México con anterioridad como Juan Antonio Unzueta, funcionario de la Secretaría de Hacienda y Antonio P. Valdés, editor del periódico Águila Mexicana, diputado al congreso y vinculado, como funcionario, al Emperador Agustín de Iturbide (Sergio Guerra Vilaboy).
CONTINÚAN ESFUERZOS
Continúan las gestiones que en México se hacen para independizar a Cuba. El primero de septiembre de 1825 la «Junta Promotora de la Libertad Cubana» envió un mensaje al congreso mexicano firmado por algunos cubanos y personalidades de aquel país para solicitar su respaldo a la emancipación de Cuba. La recomendación no prosperó.
El venezolano Juan Jorge Peoli aparecía como financiero de la conspiración «Rayos y Soles de Bolívar» que, según el historiador Jorge Quintana16, solicitaba dinero de letras giradas personalmente por Bolívar. Denunciado tuvo que huir. Para enfrentarse a estas múltiples conspiraciones, el gobernador Vives creó la Comisión Militar Ejecutiva y Permanente en enero de 1824 que le ofrecía poderes supremos para castigar como crimen cualquier aspiración política.
(Continuará la semana próxima)
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