EL PRIMER PRESIDENTE DE CUBA

Written by Libre Online

21 de noviembre de 2023

Rafael Soto Paz (1949)

Obscuramente el que había alcanzado los más altos rangos ofrendados, en una modesta casa de la calle Segarra, en Santiago de Cuba, a las once y cuarto de la noche del 4 de noviembre de 1908, expira don Tomás Estrada Palma.

Nació este ilustre patricio en la histórica ciudad de Bayamo el 6 de julio de 1832. Hace su introducción primaria en su villa natal y luego se traslada a La Habana, en cuya universidad cursa Leyes. Pasa después a Sevilla (España), para dar término a sus estudios jurídicos, pero abandona éstos y marcha a Francia, donde reside una temporada, hasta que regresa a Bayamo.

Allí se dedica a labores educativas y con sus recursos económicos, que no son pequeños, Estrada Palma redime por su cuenta a todos los esclavos que se le presentan, y a la vez los enseña a leer y a escribir. Tal conducta del altruista bayamés se le hace sospechosa a las autoridades coloniales y su nombre lo escriben en la “lista negra” de los desafectos a la Metrópoli.

Al estallar la Revolución del 65 se lanza a la manigua y su primer cargo en el Ejército Libertador fue el de secretario del general Donato Mármol. Participa en las labores de la Convención de Guáimaro y es electo más tarde Representante a la Cámara. La madre de Estrada Palma, que ha seguido a su hijo en la odisea patriótica, ve asaltado el bohío a donde buscó refugio. Tan pronto recibe la noticia el hijo, corre en auxilio de la que le dio el ser y en presencia de éste, la pobre viejecita sufre un ataque al corazón, muriendo en sus brazos.

Se produce el movimiento de Lagunas de Varona y Estrada Palma renuncia a su cargo de Representante y al ser designado Spotorno, Presidente de la República en Armas, se hace cargo de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Al año siguiente don Tomás Estrada Palma sustituye a Spotorno en el alto cargo y a los pocos meses cae prisionero de los españoles. Estos le preguntan quién es, y el patriota con un valor espartano, en el que se jugaba la vida, responde:

–Yo soy Tomás Estrada Palma, presidente de la República de Cuba.

Lo deportan a los presidios peninsulares hasta la Paz del Zanjón (1878) en que es libertado y sale rumbo a Centroamérica. Se establece en Honduras y el presidente Guardiola lo designa director de Comunicaciones, casándose en 1881 con una hija de dicho 

magistrado. Sucesos políticos hondureños obligan al bayamés a trasladarse a Nueva York y en seguida funda su famoso colegio Central Valley, el “Tomás Estrada Palma Institute”, para alumnos latinoamericanos y en el que se admiten blancos y negros.

Pero el educador no olvida la patria irredenta, y al constituirse en 1892 el Partido Revolucionario Cubano, propugnado por Martí, es uno de los primeros en afiliarse. Participa activamente en los planes revolucionarios y a la muerte del Apóstol, Estrada Palma lo sustituye como Delegado de la Revolución. Su rectitud es proverbial y presta importantes servicios a la causa libertadora.

Terminada la guerra, don Tomás vuelve a sus tareas de educador en Central Valley y hasta aquí le llegan los ruegos de numerosos cubanos pidiendo que acepte su postulación para presidente de la naciente República. Estrada Palma accede y en mayo de 1902 toma las riendas del mando. Este periodo de la biografía de don Tomás se ve coloreado por la pasión política. Se admite 

generalmente que el viejo patriota no comprendió el significado de su rol histórico en ese momento. No supo responder a las demandas revolucionarias que la creación de una nueva nacionalidad impone y ese fue su fracaso político, su tozudez que le llevó a entregar la República a la intervención extranjera.

¡Triste fin para una existencia que tuvo un pasado glorioso!

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