Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE
Ese día hubo dos acontecimientos muy importantes en la historia de Cuba porque se inauguró la Televisión a colores y a su vez el Hotel Habana Hilton. Se podría considerar a San José como el patrono de la TV a colores y del Hotel Habana Hilton, aunque creo nadie se percató de ello.
La Televisión a Colores
El 30 de junio de 1957, Gaspar Pumarejo y los representantes en Cuba de la RCA Victor firmaron un acuerdo de adquisición de equipos de televisión en colores. Los fabricantes en Camden, Philadelphia, se comprometieron a entregarlos en La Habana a más tardar el 20 de septiembre. Pumarejo valoró ofertas de Dupont y General Electric, pero se decidió finalmente por RCA. Los equipos se instalarían en el Hotel Habana Hilton, que se estaba construyendo en La Rampa. En su cima se pensaba instalar la Antena Transmisora (145 metros sobre el nivel del mar) y la del Canal 12, enviadas por el transmisor TT-10AH de la RCA de 10 Kilowatts de potencia.
El 24 de diciembre de 1957 comenzaron las transmisiones experimentales, con el patrón de pruebas y
documentales, en espera de la inauguración oficial.
Ese miércoles 19 de marzo de 1958, los equipos instalados en el Hotel Habana Hilton fueron bendecidos por el sacerdote franciscano Ezequiel Iñurrieta.
Ese mismo día, a las 9 y 30 de la noche, el gordo de oro, Gaspar Pumarejo (1913-1975) sacó al aire Canal 12, la primera emisora de televisión en colores de Cuba y la segunda fuera de Estados Unidos, para lograr su segundo récord y su segunda victoria sobre la familia Mestre.
Por la empresa RCA estaba Robert H. Lahue, el gerente de publicidad de la RCA Internacional que vino en
representación del general David Sarnoff, presidente de la Junta directiva de RCA y Leonard Ferrari el
gerente de la RCA que en su discurso señaló: “Cuba era el primer país con televisión a colores, fuera de EE.UU., país donde ya se habían vendido un millón de equipos receptores”.
La planta contaba con equipos norteamericanos RCA, cuya potencia cubría la capital y sus alrededores. La programación se basaba en noticias y materiales fílmicos.
El acto de inauguración del nuevo Canal 12, transmitido a toda Cuba por el Canal 2 Telemundo, con la animación del propio Pumarejo y Otto Sirgo y las actuaciones de Olga Guillot, Fernando Albuerne, Jorge Astudillo, María Marcos, María de Aragón, Hilda Sour, Arturo Gatica, Christina Denise y sus guitarras y Miguel Herrero y su grupo de arte español y otros artistas más. Vinieron 18 periodistas de New York y 10 de Miami, todos estaban presentes.
Las transmisiones llegaron a Pinar del Río por el Oeste y a Matanzas por el Este, inmediatamente se organizó un sistema de antenas que transmitían en una sola dirección, llegando hasta el extremo oriental de la Isla, cubriendo así a Cuba entera. Inmediatamente los Mestre sacaron su señal televisiva en colores en el canal 7 que nombraron CMBF.
Según el Diario de la Marina del jueves 20 de marzo de 1958 en su página 16-B describe la recepción ofrecida por la firma Humara y Lastra representante de la RCA en Cuba en el Salón L’Elegant del Hotel Habana Riviera para festejar la inauguración de la televisión a colores en Cuba. Durante el acto al que concurrieron destacadas personalidades de la prensa y radiodifusión de la Isla. Estaban representando a la firma Humara y Lastra su gerente general Julián Lastra Humara y Carlos Rom el jefe de
publicidad, otros eran: Francisco Saralegui Arrizubieta (revistas Bohemia, Carteles y Vanidades), Lucio Solís, Fernando Scull, Juan Emilio Friguls (periodista), Gaspar Pumarejo, Pablo González Villagra (publicitario de Bohemia) y Fermín Cross.
Se leyó el mensaje de felicitación al pueblo de Cuba enviado por el presidente de RCA, general David Sarnoff, destacándose la inversión de más de $100 millones de RCA hasta la fecha.
El vienes 21 de marzo, por la noche, Pumarejo ofreció un cocktail a los periodistas cubanos y a las representaciones de los periódicos El Imparcial de Puerto Rico, Sponsor Magazine, Herald Tribune, el Diario de New York con su director Stanley Ross y Baby Quintero, Bilboard, Daily News, Revista Visión, Miami Herald, los representantes de los Canales 4 y 7 de Miami, el director de Publicidad de la RCA, Mr. Robert H. Lahue, Leonard Ferrari y Jorge de Arellano de Relaciones Públicas de la RCA muy querido en este país, además el presidente de la Cámara de Comercio de Miami.
El Canal 12 tenía sus estudios en Prado #20, oficina en Virtudes #312, transmitía 20 horas diarias de 6:00 am a 2:00 am a través de su planta Tele Color situada en la Ave. 49 #2806 en Marianao.
El director de los tres noticieros diarios era el periodista Agustín Tamargo (1924-2007) como jefe de información el escritor Lisandro Otero, otro de los periodistas era Carlos M. Castañeda a quien le tocó dar la noticia de la huida de Batista, aquel triste 1º de enero de 1959.
En febrero de 1959, una agitada asamblea de 5 horas celebrada en Paseo del Prado #20 puso en manifiesto la difícil situación financiera del nuevo Canal 12 Tele Color, su productora Escuela de Televisión y la organización de Hogar Club. Pumarejo afirmó que los ingresos por publicidad que llegaron a ser de ½ millón mensuales, se habían reducido en el pasado mes de enero a $70,000 y que la nueva gerencia revolucionaria del Canal 12 le ha rescindido el contrato, por lo tanto, no podía seguir transmitiendo su programación por esa emisora. Pumarejo decidió donar la mitad de sus acciones a los trabajadores del Canal.
El Canal 12 y todas las propiedades de Gaspar Pumarejo fueron robadas por Fidel Castro en marzo de 1959.
La TV a colores llegó a Estados Unidos en 1953, Argentina 1978, España 1972, Japón 1960, México 1963, Puerto Rico 1966, Reino Unido 1967, Taiwán 1969, Uruguay 1981 y Venezuela 1979. Esto nos da una idea del adelanto que tenía esa islita hasta que llegó el destrucción en jefe de 1959.
EL HOTEL HABANA HILTON
La TV a colores, coincidió con la inauguración del Hotel Habana Hilton que se extendió durante cinco días, del miércoles 19 al domingo 23 de marzo de 1958. El mayor Hotel de América Latina y el mayor de Hilton en el mundo.
A finales de la década de los años cincuenta, a pesar de la difícil situación política del país, la industria hotelera cubana estaba en pleno desarrollo. No había turistas, es cierto, pero se construían hoteles a la espera de ellos.
En noviembre de 1957 abrió sus puertas el Hotel Capri de la familia Canavés, al mes siguiente se inauguró el Habana Riviera (sus dueños eran 23 accionistas casi todos norteamericanos: Samuel Garfield, los hermanos Harris y Ben Smith, Irving y Mortimor Feldman, Julius E. Rosengard, Percy Smith, Charles Baron, Benjamin Siegel, Samuel y Hyman Abrams, Arthur Levine, Joseph Ross y otros 10 más).
El administrador era Conrad N. Hilton (1887-1979) a través del gerente José Agustín Menéndez Cruz.
El miércoles 19, cuatro aviones especialmente fletados trajeron a los huéspedes para la apertura del hotel a La Habana, desde Los Ángeles, Chicago, Nueva York, Miami y otras ciudades de los EE.UU acompañados de altos ejecutivos de la organización Hilton, siendo recibidos en el aeropuerto José Martí por el señor John W. Houser, vicepresidente ejecutivo de Hilton Internacional junto al gerente general del Habana Hilton, el señor José A. Menéndez. Una caravana de ómnibus especiales llevó a los invitados al hotel, esplendorosamente iluminado, donde fueron recibidos por el señor Arthur Elmiger, vicepresidente de Hilton Internacional.
Así comenzaron los festejos con la Banda del Estado Mayor de la Marina interpretando los himnos nacionales de Cuba y los EE.UU al llegar el Sr. Conrad Hilton y su grupo de amistades desde Los Ángeles. Durante el resto de la noche la Banda ofreció una selección de música cubana.
Entre los visitantes estaban Conrad N. Hilton que vino con la bella actriz Dorothy M. Johnson (1936-2022) ella de 20 y el de 70, con quien estaba comenzando una relación que duró 10 meses. Los acompañaban sus 3 hijos Conrad Nicky (1926-1969) que fue esposo de Elizabeth Taylor, William Barron (1927-2019) que trajo a su esposa Marilyn J. Hawley y son los abuelos de Paris Hilton y el menor Eric Michael (1933-2016) estos tres eran hijos de su primera esposa Mary Adelaide y su segunda esposa fue la actriz Zsa Zsa Gabor, con quien tuvo a su única hija Constance (1947-2015).
Vinieron muchos artistas de Hollywood como Esther Williams, Linda Cristal, Don Murray, Dolores Hart, Terry Moore, los locutores de radio, el matrimonio Tex McCrary y Jinx Falkenburg, Virginia Warren la hija del presidente del Tribunal Supremo Earl Warren, la famosa columnista de Hollywood Hedda Hooper, la bailarina Vera-Ellen, el presidente de la cadena ABC Leonard Goldenson, el periodista Leonard Lyons y la actriz Ann Miller con quien Hilton tuvo una relación en 1951.
Tras su llegada los huéspedes fueron agasajados en el esplendoroso lobby del hotel, el cual es un patio colonial cubano, pero en un plano gigantesco, adornado con árboles tropicales, exuberantes plantas, una fuente, exóticas esculturas, preciosas maderas junto a mármoles criollos. Un brindis de bienvenida fue servido en típicas tinajas camagüeyanas en miniatura. Más tarde los presentes visitaron el Patio Bar, decorado al estilo sevillano y cenaron en el exótico restaurante Trade Vic’s de estilo polinesio. Como punto final de la noche se hizo una visita al impresionante Sugar Bar en el piso más alto del hotel.
Los festejos de esa noche de miércoles dieron comienzos a la serie de eventos del período de tres días y medio de la apertura del hotel.
El jueves 20 los visitantes y su distinguido anfitrión el Sr. Hilton pasaron unas horas inolvidables entre bellos paisajes cubanos en el Central Toledo (ubicado en el barrio de Los Quemados, en Marianao) y sus alrededores con un almuerzo criollo con el tradicional lechón asado.
La Casa Blanca del Central Toledo, conocida por ese nombre, pues siempre estuvo pintada de ese color, era la residencia del Sr. Manuel Aspuru el dueño del ingenio. Una gran mansión que ocupaba una manzana de extensión. A las 3 de la tarde del domingo 6 de febrero de 1955 el vicepresidente de los EE.UU, Richard Nixon, llegó al aeropuerto de Columbia en su tercera visita a Cuba, visitó el martes a las 10 am la ciudad de Marianao y a las 11:30 salieron hacia el Central Toledo en compañía del Sr. Aspuru quien le prodigó un fastuoso recibimiento. El miércoles 9 a las 9 de la mañana Nixon voló hacia México.
Esa misma noche de jueves, abrió sus puertas para el Sr. Hilton y sus numerosos amigos El Caribe, el lujoso cabaré del hotel donde se celebró una alegre fiesta con la presencia del famoso Ballet Español de Vargas Jiménez.
El viernes 21 fue dedicado a visitar las azules playas que bañan el litoral habanero. Como el día estuvo perfecto, los visitantes quedaron deslumbrados de la belleza del mar y del cielo de Cuba durante una excursión marítima en los diferentes yates que fueron amablemente cedidos por distinguidas personalidades del mundo deportivo de la capital.
El suculento almuerzo en el Habana Yacht Club fue el punto culminante de la jornada. Por la noche se efectuó un evento acuático en la piscina del hotel y una recepción en la Embajada norteamericana en Calzada entre M y L.
Según cuenta el Sr. Manuel C. Díaz, que era un trabajador del Hotel que había sido escogido entre varios empleados para portar el libro de visitantes y de esa forma hacer que todos los invitados lo firmaran.
El sábado 22 a las 10 de la mañana llegó a la puerta principal un Cadillac color negro y de su interior salió la Primera Dama, Marta Fernández Miranda de Batista y para darle la bienvenida allí en la puerta estaba José Agustín Menéndez Cruz, gerente del hotel, algunos miembros del cuerpo diplomático acreditado en la Isla y varios periodistas que cubrían el evento.
En el vestíbulo, mientras bebían mojitos y conversaban animadamente, más de 100 personas esperaban por ella. Junto a conocidos empresarios, dirigentes sindicales y personalidades de la alta sociedad cubana de la época, estaban también algunos de los invitados de Conrad Hilton que habían llegado el miércoles 19. En el lobby, alrededor de la fuente, un trío de guaracheros se paseaba entre las mesas interpretando canciones cubanas.
Al fin, después de saludar a todas las personas que se le acercaron, logró llegar a la escalera, cortó la cinta ceremonial y siguió hasta el segundo piso donde monseñor Alfredo Llaguno la esperaba para bendecir el bar de la piscina y el cabaret adyacente.
Los invitados seguían bebiendo mojitos y los guaracheros habían comenzado a cantar Son de la Loma.
Una vez terminada la ceremonia litúrgica de la bendición, la Banda Municipal bajo la dirección del maestro Gonzalo Roig ejecutó los himnos de Cuba y EE.UU que fueron cantados por el Coro de la Academia Municipal, a cuyo cargo estuvo también la interpretación de un programa de canciones criollas por la cantante lírica Iris Z. Burguet Díaz (1922-1987).
Seguidamente el Sr. Hilton entregó a la Primera Dama una pluma de oro para que con su firma abriera el libro-registro del hotel, cuya primera página firmaron también el primer ministro del Gobierno, Dr. Gonzalo Güell, José Suárez Rivas, ministro de Trabajo, monseñor Alfredo Llaguno, el arquitecto Nicolás Arroyo y Francisco Aguirre Vidaurreta el presidente de la Caja de Retiro Gastronómico a quien se le entregó una pala de plata, como símbolo del progreso en la construcción de ese hotel.
A continuación, los invitados encabezados por la Primera Dama, hicieron un recorrido por los principales salones y dependencias del hotel, incluidas las cocinas y departamentos dedicados a despensa y refrigeración, sirviéndose después un buffet en el Antillas Bar.
A las 2 de la tarde se sirvió a las damas presentes un almuerzo en el Salón El Caribe mientras que los caballeros almorzaban en el Pavillion Room donde pronunciaron breves discursos el Sr. Conrad Hilton y el Sr. Francisco Aguirre.
Por la noche y para cerrar el programa de festejos se efectuó una cena de gala con la asistencia también de destacadas figuras del mundo oficial, diplomático y social.
Entre los párrafos más salientes del discurso que pronunció el señor Conrad Hilton expresó:
“Señores el descubrimiento de vuestro país fue el de un Nuevo Mundo, de las Américas del Norte, Sur y Central. Así que es que al establecer este nuevo hotel aquí, en La Habana, es posible que hayamos encontrado otro Nuevo Mundo, de cooperación, economía e industria. Ordinariamente el trabajador obra para beneficio del dueño que lo emplea. En este nuevo Habana Hilton hemos invertido este orden. El capital se ocupará para beneficio del trabajador; el dueño, para el beneficio del trabajador también”.
El Sr. Manuel C. Díaz estaba escuchando ese discurso de Hilton desde la puerta de la cocina y cómo él dice recordar sus últimas palabras, aquí las incluyo: «Obras como estas son las que impiden que el comunismo avance en el mundo».
¡Por supuesto estas palabras no fueron nada proféticas, porque 295 días después el hombre más malo que haya parido una cubana estaba durmiendo en la suite 2324 del Hilton! Luego lo robó, cambió el nombre y desaparecieron los turistas americanos, los mojitos, el trío de guaracheros y hasta la libertad.
La inauguración del Hotel Habana Hilton puso un colofón de victoria a la ingente y ardua empresa concebida y llevada a cabo por la Caja de Retiro Gastronómico de construir y habilitar en Cuba el más moderno y completo de los grandes hoteles del mundo y de esa suerte afirmar y propagar el papel de la clase gastronómica en la economía nacional y dotar a muestra Patria del capital instrumento por el que desde siempre y sin excepción se había clamado. La intención de la Caja de Retiro se cumplió al entregar el Hotel previo el correspondiente legal y responsable contrato a Hoteles Hilton de Cuba S.A. subsidiaria de Hilton Hotels International la empresa hotelera más grande y solvente del mundo.
La obra de la Caja de Retiro acrecienta real y funcionalmente la riqueza viva del pueblo cubano y es así como la clase de los trabajadores gastronómicos quiso mejor asegurar sus permanentes y legítimos intereses concurriendo denodadamente al incremento efectivo y constante de la riqueza nacional, riqueza de todos.
El Hilton del Vedado era el 6° dirigido por la cadena Hilton Internacional, pero era el mayor de todos. Al principio su altura iba a ser inferior pero luego del aumento de los costos de construcción como la enorme cantidad de concreto que hubo que inyectarle al terreno para poder construir encima, se decidió aumentar los pisos para de esa forma poder recuperar el dinero invertido.
Sus 30 pisos (hay artículos que dicen tiene 25, otros 27 y 31 pisos) y sus 126 metros de altura los convirtieron en el edificio más alto de la Isla y de Latinoamérica en esa época (FOCSA 121 m, el Capitolio 92 m, pero el Monumento a José Martí tiene 142 metros).
Su construcción en la manzana comprendida en 23, M, 25 y L tiene una cimentación de concreto del tipo spread footing sobre una base de coral poroso rellenado de concreto a presión. El eje central de la estructura obtiene su fuerza lateral gracias a un diseño que proporciona un muro reforzador de concreto cada dos habitaciones y además una rígida pared central de servicio.
Los balcones de todas sus habitaciones están provistos de puertas rodantes de aluminio con paneles de cristal a pruebas de vientos de más de 250 km/hora.
El Hilton fue construido a un costo de $24 millones, como una inversión de la Caja de Retiro y Asistencia Social de los Trabajadores Gastronómicos, el plan de pensiones del sindicato cubano de trabajadores de la restauración, con financiamiento adicional del Banco de Fomento Agrícola e Industrial de Cuba (BANFAIC). Fue operado por el grupo estadounidense Hilton Hotels International y fue diseñado por el conocido arquitecto de Los Ángeles Welton Becket, quien previamente había diseñado el Beverly Hilton para la cadena. Becket diseñó el Habana Hilton de 30 pisos en colaboración con los arquitectos cubanos Nicolás Arroyo Márquez y Gabriela Menéndez García-Beltrán (1917-2008) el hotel fue construido por Frederick Snare Corporation.
El diseño y decoración de los interiores fue llevado a cabo por el personal de la empresa Welton Becket bajo la dirección de James McQuaid junto con personal de decoración de Hilton Internacional.
El mural exterior de la calle L, Las Frutas Cubanas, de un peso de 9 toneladas, fue obra de la artista cubana Amelia Peláez. El mural por la calle 23 fue obra de Cundo Bermúdez y estaba en la parte del edificio entre el restaurante Trader Vic’s (Polinesio) y la calle M. En la Sala de Reuniones estaba el mural de Mario Carreño y el mural de azulejos en el Bar de las Antillas con vista a la piscina fue obra de René Portocarrero. En las habitaciones había cuadros firmados por Mirta Cerra, Agustín Fernández, Servando Cabrera y Raúl Milián.
El administrador o gerente general del hotel José A. Menéndez un cubano naturalizado estadounidense y antiguo funcionario de Hilton y Nicholas G. Benson era el administrador residente. Tanto ellos dos como todo el personal fue entrenado durante meses antes de la apertura, muchos de ambos sexos fueron adiestrados en EE.UU.
Los pisos y paredes tienen 4 tipos de mármoles cubanos: Breccia Imperial Cubano, Botticino N° 1, Botticino Santa Rita y Gris Santa Rita.
Casi todo el mobiliario fue hecho en Cuba con diseños especiales y de materiales caoba, bambú, junquillo y metal. La fuente del centro, para peces en colores, de 17 pies de largo por 8 pies de altura, hecha de bronce y cristal fue obra del escultor cubano Roberto Estopiñán.
La gran escalera que lleva desde el vestíbulo principal al piso principal del hotel está construida de láminas de sabicú (madera cubana) a base de paneles plásticos combinados, sostenidos por el pasamanos.
El piso principal que parece ser un balcón interior es de un diseño especial a base de terrazo blanco y negro y cubierto por una cúpula que tiene grandes burbujas plásticas transparentes a través de las cuales puede verse el cielo.
En las habitaciones de los huéspedes hubo 7 distintos di-seños, con sus muebles, cortinajes, alfombras y paredes armonizando. Todas tenían puertas que las comunicaba con las otras, a cada lado. Sus muebles fabricados todos en Cuba estaban hechos de caoba oscura, cestas a base de fibras de palma, adornos de cerámica y reproducciones de cuadros de artistas cubanos.
Las suites de 3 habitaciones estaban situadas en los extremos de la torre. Había 4 suites de lujo de 7 habitaciones, con los nombres de: Habana, Castellana, Caribe y Continental.
Salón El Caribe estaba situado en el segundo piso, con capacidad para 250 personas y era el comedor principal del hotel.
El Coffe House o la cafetería estaba situada junto a la entrada principal o vestíbulo o piso debajo del Salón El Caribe. Sus paredes decoradas con diseños de frutas y flores cubanas.
El Casino estaba situado también en el piso principal, decorado con cristal, bronce y oro laminado.
El Gran Salón, también en el piso principal de un área enorme, 125 x 90 pies. Del techo penden 6 enormes lámparas de hierro, bronce y cristal que hacen resaltar el techo decorado con estrellas.
El Bar de las Antillas situado en un costado del piso principal y muy cerca del Salón El Caribe.
Este bar de forma circular también da hacia la terraza de la piscina, permitiendo dar servicio tanto dentro como fuera.
El Restaurante Trader Vic’s (luego Polinesio) tenía entrada por la calle 23 construido a base de objetos traídos de Tahití, Hawái y otras islas de los Mares del Sur.
Los Comedores Privados estaba situados en el Mezanine, cada uno de los 4 tiene su decoración especial. Uno estilo francés, otro como un patio cubano, otro estilo marino y el último con decoraciones campestres de las seis provincias cubanas.
Sugar Bar, situado en la cima con un área de 120 x 65 pies. Luego sería conocido como El Turquino.
La Piscina donde en las terrazas una glorieta sombreada de la cual cuelgan grandes hamacas donde al igual que en las cabañas dominaba el naranja y el amarillo. La gran piscina cubierta de azulejos y rodeada por un piso de travertino cubano. Las cabañas equipadas con muebles de aluminio.
El Roof Garden proporciona un lugar ideal para refrescar y descansar junto a la piscina. Aquí intervino por primera vez un artista y un arquitecto decorador, Luis Martínez Pedro.
Área de Tiendas, situadas en el vestíbulo principal y en los pisos aún más abajo con entrada directa desde la calle, con sabor internacional. También había una Farmacia, Salón de Belleza, Oficina de Reservación de Cubana de Aviación, tienda de artículos fotográficos, tienda de discos, tienda de ventas de artículos para niños, joyas, alquiler de autos, oficinas de American Express, Western Union, American Cable, estanquillos de tabacos, libros y revistas, etc.
Datos Estadísticos de Interés
Metros de fabricación=106,000 Mármol=8,175 m²
Hormigón=44,000 m³
Cabillas=10,500 toneladas
Pisos de Terrazo=23,300 m²
Pisos asfálticos= 1,200 m²
Pisos de alfombras= 32,005 m
Techo acústico= 30,000 m²
Aislante térmico=12,000 m²
Impermeabilizantes= 18,000 m²
Soldaduras de azotea= 7,500 m² Chapas galvanizadas para conductos de aire acondicionado= 307 toneladas
Motores de todas clases= 1,500
Aire Acondicionado= 1,600 toneladas
Cables eléctricos= suficientes para darle la vuelta a Cuba varias veces
Cocinas= 4 con capacidad para 5,000 comidas simultáneamente
Parqueo= 500 automóviles
Comedores= 11
Salón de Convenciones= 1 con capacidad para 2,000 personas
Bares= 7
Elevadores= 13
Cisterna con capacidad de 750,000 gal.
Habitaciones= 588 todas con vista a la calle
42 Suites de lujo
4 Suites presidenciales
Teléfonos= 1,150 con capacidad de 100 llamadas simultáneas
Consumo eléctrico estimado en un año= igual al de la ciudad de Matanzas en el mismo tiempo
Altura= 500 pies sobre el nivel del mar
Jornales pagados= $6,500,000
Los planos extendidos llegarían hasta Santa Clara por la Carretera Central Horas hombres trabajadas cada día= 30,000
Total de trabajadores= 5,000 y todos sindicalizados.
El Hotel dispone de dos unidades refrigerantes de 800 toneladas cada una o sea 1,600 toneladas con dos motores de 800 HP. En la azotea una torre especial refresca 4,500 galones de agua por minuto como parte del sistema de A/C. Los huéspedes pueden controlar en sus habitaciones la temperatura y la humedad. La subestación transformadora tiene una capacidad total de 4,500 kilowatts y otra planta auxiliar de 1,000 kilowatts que trabaja en los momentos de mayor demanda de fluido, garantizando la continuidad del servicio en caso de emergencia. El sistema de distribución eléctrico está controlado por un panel ultramoderno en el cual todos los breakers y artefactos protectores son operados electrónicamente. Este panel es el más moderno y el mayor de toda Latinoamérica. Toda el agua del Hilton se filtra y purifica y el hotel tiene su propio pozo profundo y se autoabastece de tan preciado líquido.
El hotel tiene dos generadores de vapor de 250 HP que proporcionan el vapor a la moderna planta de lavado, así como todo el vapor y el agua caliente que se necesita. El hotel dispone de su propio circuito de televisión con un sistema de sonido de seis canales. Cada camarera puede operar en cada cuarto, mediante una llave especial para comunicarse o para recibir mensajes de la jefa de camareras, para actuar con rapidez. La pizarra telefónica es la mayor de Cuba con 60 líneas troncadas que trabajan rotativamente. Tiene 6 elevadores de alta velocidad controlados electrónicamente que viajan a una velocidad de 750 pies por minuto y hay uno especial para que los huéspedes puedan ir de su piso hasta la piscina (creo no haber visto eso en ningún otro hotel). La planta de filtrado de la piscina cuenta con un dispositivo filtrante de cuarzo, esto permite el uso del cloro para la purificación ya que las propiedades del cloro, que producen su olor característico, son eliminadas ante de que el agua entre en la piscina. Esta planta opera las 24 horas del día y el agua circula a través de ella todo el tiempo. Existe un intrincado sistema de alarma contra incendios que comunica directamente con todas las estaciones de bomberos locales, controlado por una pizarra que avisa inmediatamente donde está el área afectada.
Hotel de propiedad de La Caja de Retiro y Asistencia Social de los Trabajadores Gastronómicos que estaba presidida por Francisco Aguirre Vidaurreta, ex ministro de Trabajo del presidente Grau San Martín, un exrepresentante a La Cámara por el Partido Auténtico y propietario del restaurante Kasalta, en la 5ª Avenida y la calle 2 en Miramar.
El hotel era un antiguo proyecto del Dr. Mario Lazo desde que Hilton había suscrito un contrato con el gobierno de Puerto Rico en 1948 donde éste recibiría las 2/3 partes de las utilidades y Hilton el resto. Lazo después de interesar a Hilton no pudo lograr el financiamiento necesario. Luego su socio de bufete, el Dr. Jorge Cubas logró el 17 de junio de 1953 que el banco The Trust Company of Cuba accediera a la financiación.
El Hotel Hilton se arrendó por 20 años a razón de 2/3 partes de las utilidades brutas de la operación las que, en caso de no que no llegaran a $250,000 anuales se rebajarían de las utilidades del arrendatario.
El BANFAIC aprobó el 3 de marzo de 1953 un préstamo por $5 millones y el BANDES le prestó un total de $18.5 millones.
El Casino de juegos se arrendó por $1 millón al año a el grupo integrado por los hermanos Roberto “Chiri” Mendoza, un rico contratista y dueño de fincas cañeras y el Dr. Mario Mendoza, abogado en sociedad con Clifford “Big Juice” Jones, ex gobernador adjunto de Nevada, Kenneth F. Johnson senador del estado de Nevada y Sidney Orseck, abogado de Nueva York, quienes pagaron $1 millón por la concesión otorgada en enero de 1958 en oposición a la solicitud de Joe Barbera y Frank Erickson, ambos acusados del asesinato el 25 de octubre de 1957 en Nueva York de Albert Anastasia.
Los funcionarios de Hilton dijeron que 13 grupos intentaron arrendar el casino y 12 fueron rechazados porque tenían conexiones con el hampa o se negaron a someterse a la rígida investigación.
En enero de 1959, los casinos en toda la ciudad se cerraron brevemente, pero las protestas de los trabajadores de los casinos de La Habana llevaron a su reapertura en febrero de ese mismo año.
El hotel se mantuvo en funcionamiento como Hilton durante un año y medio más sin éxito. El 11 de julio de 1960, el mismo que durmió 90 noches sin pagar, se robó el hotel.
María Leopoldina Grau Alsina, conocida por Polita Grau contó esta historia: en enero de 1962, Norberto Martínez, un hombre leal al expresidente Grau, a Prío y a Tony Varona estaba exiliado en Miami y recibió entrenamiento con la CIA, se infiltró por la costa de Santa Lucía, en Pinar del Río (al Norte de las Minas de Matahambre y de Viñales) donde un carbonero llamado Pedro Fernández Díaz, que tenía un pequeño bote lo recogió y lo trajo hasta la costa. La operación funcionó y en pocos días Alberto Cruz Caso, el de Rescate, lo recibió en La Habana y se lo llevó a Polita para que lo escondiera en su casa.
La misión principal de Norberto era informar y coordinar la forma de matar a FC. Luego volvió a salir por la misma zona que entró y en la misma forma. Muy pronto, Polita y otros conspiradores, comenzaron a preparar la eliminación física de FC, fallaron el primer intento, en un entierro al que se suponía Fidel asistiría. Decidieron entonces envenenarlo, pero esto fue lo que sucedió, según contó Polita: “Ya teníamos las pastillas de cianuro, pero el muchacho que las serviría se le quedaron en su casa el día que Fidel se apareció en la cafetería del Habana Hilton y pidió un batido de chocolate”. Cuando Fidel le dijo que el batido estaba exquisito, el joven le sugirió que volviera al día siguiente, para hacerle uno mejor, con un chocolate superior a ése. Y Fidel fue. El muchacho llevó las cápsulas de cianuro y las puso en el hielo. Y cuando fue a sacarlas, estaban tan adheridas al hielo que se partieron, quedando inutilizables, nuestra frustración fue terrible”.
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