Las apariencias engañan
Por Yurina Fernández Noa
Como de costumbre, comenzaremos respondiendo las preguntas de ustedes, mis amables lectores. En este caso, nos resultó interesante la duda de la Sra. Georgina Bustamante relacionada con la expresión “llámame p’atrás”, pues tanto usted como yo, también, la hemos escuchado en innumerables ocasiones.
“Llámame p’atrás” no es más que una traducción literal de la frase “call me back”). En su lugar, debe decirse: “devuélveme la llamada telefónica” o sólo “devuélve la llamada”, por ejemplo.
El uso de “p’ atrás”, en sustitución de “back”, puede dar lugar a situaciones confusas. Aquí, les va una muestra de ello: “¿quiere la puerta p’ atrás”, que no significa “¿quiere usted la puerta detrás de la casa?”, sino “¿quiere usted que vuelva a poner la puerta en su lugar?”. Esta última frase tiene el sentido de ‘reponer’ o ‘volver a colocar’.
Lo anterior nos demuestra que el espanglish o spanglish -en ocasiones- nos puede poner zancadillas en nuestra comunicación diaria. Y les recuerdo la definición de espanglish o spanglish, según el Diccionario de la lengua española: ‘modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos en la que se mezclan elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés’.
Refranes populares:
“Las apariencias
engañan”
Se trata de una advertencia sobre el peligro de confiar solo en lo que vemos superficialmente. Las raíces de esta sentencia la encontramos en la fábula de Esopo titulada “El lobo con piel de cordero”.
La fábula narra la historia de un lobo que, con el fin de infiltrarse en un rebaño para devorar a las ovejas sin ser detectado, se disfraza con la piel de un cordero. Al principio, su engaño funciona y es aceptado como uno más de la manada. Sin embargo, su verdadera naturaleza sale a la luz al resultar descubierto por el pastor, quien lo atrapa y lo mata, poniendo fin a sus malévolas intenciones.
Este refrán se ha convertido en una metáfora de la desconfianza hacia aquellos que pueden ocultar sus verdaderas intenciones detrás de una fachada atractiva o inofensiva. Se trata de una lección de vida que nos invita a ejercer un juicio crítico y a buscar más allá de lo evidente antes de formarnos una opinión o tomar una decisión.
En esta asociación entre fábula y refrán, se trasmite un mensaje esencial en nuestros días, cuando la imagen y la percepción tienen un peso significativo. De ahí, la importancia de la prudencia y la reflexión en un mundo donde la realidad puede estar velada con máscaras elaboradas por intereses personales o colectivos.
Amigo lector, ¿usted encontró similitud con la realidad o es pura coincidencia? Espero sus comentarios. Mi e-mail es: yfn1990@hotmail.com
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